#InPerfecciones
“Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos.” (Jn 15, 13)
Maikel Ansted Hoffmann / @AnstedM / https://maikelansted.wixsite.com/website /maikel.ansted@inperfecto.com.mx / maikel.ansted.hoff@gmail.com
La semana pasada puse una Instagram story con la pregunta del título: “¿Se puede amar a un amigo?” la verdad es que estoy sorprendido por los resultados: 100 personas contestaron que sí y 18 que no.
Desde hace unos años, por estas fechas, cerca de la celebración de la Navidad, he reflexionado sobre el año que está por terminar y aunado a ello, reflexiono profundamente sobre los amigos… los que ya tengo mucho tiempo de conocer y los que hice en este año, también, porque no decirlo, los “falsos” amigos que descubrí durante el último año.
Ahora bien, ¿se puede amar a los amigos? Debemos entender que el amor real no es como últimamente lo pintan las series, los programas de televisión, las redes sociales, estas herramientas tecnológicas pintan un supuesto amor superficial, únicamente sexualizado y físico, pero ¿Qué hay de los sentimientos, emociones, pensamientos, todo ello que no se ve de las personas? Eso… eso es lo que hay que amar.
Según el tratado de C.S. Lewis: Los cuatro amores, la amistad corresponde al amor que él define como Philia, es en griego que se utiliza para designar al amor del alma, es la forma que surge del goce de vernos fulgurados en el otro. En pocas palabras, es el amor solidario, leal, que valora y admira al prójimo, se preocupa por él y se compromete por el otro. Yo añadiría, y es un comentario muy personal, que es el amor más perfecto, eso sí, siempre después del amor de Dios.
Aunque suena muy bonito, y por supuesto, lo es, es importante hacer referencia que la amistad real es muy complicada desarrollarla. Hay que tener sobre todo cariño, lealtad y darse. Siempre he sido de los que dicen que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una sola mano, y así es… Podemos tener amigos de la escuela, amigos de diversión, amigos para las fiestas, etc., pero amigos de verdad, esos que están más en las malas que en las buenas, esos son los reales. Los que te conocen a fondo y hacen hasta lo imposible por verte feliz.
Hace poco (un par de meses), experimenté un sentimiento que hace mucho no lo sentía… Un amigo (de verdad más que amigo, yo diría) de un día para otro me dijo: “te dejaré de hablar por un tiempo, no sé cuánto, pero es por tu bien”, la verdad es que al principio sentí un abandono frío, feo, incluso recordar el momento me duele. Pasó el tiempo y al mes me volvió a hablar… ese mes pasé por muchas cosas que, pude arreglar y él me dio la fuerza para solucionar muchas cosas que tenía dentro de mí y no había podido sacar. Hoy lo considero más que un amigo, él es la única persona que me conoce, podría decir, más de lo que yo me conozco. Te quiero JCUG.
Siempre es y será importante cultivar la amistad, pero aquí puede surgir esta duda: ¿cómo le hago? Realmente no hay una respuesta genérica, pero puedo dar unos tips.
- Estar presente, en las buenas y en las malas ¿Qué pasa cuando se viene el mundo encima? En ese momento es cuando más cerca debemos estar de nuestros amigos.
- Confianza, esto es lo que más acerca el amor Philia con el Ágape. Cuando tenemos confianza con nuestro amigo, él ya entró en nuestra vida, nos puede ayudar y viceversa. Contémosles nuestras alegrías, tristezas y preocupaciones a nuestros amigos. Con esa confianza, incluso será difícil mentirles.
- Empatía, este punto se asemeja al primero, pero en este hay que sentir lo que nuestro amigo siente. Hay una frase que me gusta mucho: “Si te caes te levanto, y si no, me tiro contigo”. No hay que tomar de forma literal esta frase, pero refleja lo que un amigo hace por amor al otro.
- A veces es muy complicado y lo digo por experiencia personal, decir a una persona “te quiero”. Es necesario externarlo de manera verbal, aunque en los actos lo hagamos. Y es importante decirles a nuestros amigos que los queremos incluso que los amamos.
- Pedir perdón y perdonar, es algo que siempre costará trabajo, pero es necesario hacerlo 1, 2, 3 o hasta mil veces con nuestros amigos.
- Tener detalles con los amigos, tal vez no siempre algo material, pero siempre estar pendientes si necesitan o les falta algo.
Después de todo lo anterior, también debemos atacar una pregunta esencial: ¿hay edad para la amistad?
Podría contestar simplemente con un tajante ¡no!, pero explicaré algunas cuestiones. ¿Qué sabio dijo que tenemos que tener amigos de nuestra edad?
Como ya hemos visto, la amistad es un tipo de amor que comparte y se comparte. Muchas personas, han pensado a lo largo de muchas épocas que, para hacer amigos, estos tienen que ser de tu misma edad, pero la realidad y la vida misma, demuestran que no es así.
Así como muchas veces se ha demostrado que el amor de pareja, de novios y esposos no necesita igualar la edad, mucho menos en el amor de amistad. Realmente, las edades son irrelevantes cuando la amistad es transparente y verdadera.
Es cierto, que no es algo común ver a unos amigos, uno de 18 años y otro de 30, por poner un ejemplo, pero ¿tiene algo de malo? Pues no, si la amistad es verdadera y pretende el bien del otro, no es algo malo y mucho menos extraño.
Como todo en este mundo, estas situaciones dependen de la personalidad de cada persona y de cultivar la amistad día con día.
Tener amigos de diferentes edades, también tiene beneficios y es que, cuando conocemos a personas mayores y después se hacen verdaderas amistades, pueden compartir experiencias, dan perspectivas diferentes de la vida, los mayores ayudan a que los amigos menores no se dejen influenciar por modas o estilos de vida que no convienen. Se refuerza sobre todo el diálogo, respeto, ayuda y cariño sincero.
Sólo a través de compartirse con un amigo, la otra persona llega a conocerse a sí misma. Una persona puede confiar todos sus secretos a las páginas de su diario personal, pero sólo puede conocerse a sí misma y experimentar la plenitud de vida en el encuentro de otra persona y no hay más amor que el del amigo.
La amistad se convierte en una gran aventura. Hay un descubrimiento de uno mismo y del amigo que se ahonda continuamente al revelar nuevas y profundas capas de nuestro yo. Esto le da significado a nuestra vida.
Según Aristóteles, la auténtica amistad, la amistad verdadera se funda en el bien, no exigen del amigo nada externo, pues el sentimiento se cifra en el anhelo del bien para el amigo, por causa del amigo mismo. Se da en hombres que no cambian de parecer y cuyo carácter es estable.
En el 2016, una investigación realizada por la Universidad de Tel Aviv y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, Erez Shmueli, responsable del estudio, afirmó: “Hemos descubierto que el 95% de los participantes en la investigación consideraba que sus relaciones de amistad eran recíprocas. Si piensas que alguien es tu amigo, esperas que esa persona piense igual que tú. Pero no es así: sólo el 50% de los entrevistados encajaba en la categoría de amistad bidireccional, es decir, la que se produce por ambas partes”
La amistad verdadera, dice Aristóteles, nace de la libre elección que hacen los hombres virtuosos. El acto propio de los que tienen este tipo de amistad, es el amor. Se quiere al otro por sí mismo y no por otra cosa.
“Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos.” (Jn 15, 13)
Esta columna se la dedico a varias personas, gracias por hacer un gran año. Escribiré algunas de sus iniciales para guardar su privacidad: JCUG, APN, JDUR, JPBE, PRRT, M/S/ELG, JDAC, JGM. Sé que me faltaron algunos, les pido perdón.
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Saludos, un abrazo virtual.
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