#InPerfecciones
Lo que se dice de que el poder lo tenemos todos en nuestras manos no es necesariamente en sentido figurado.
Georgina Valez / @gini_friski
gvt3377@outlook.es
Hay muchísimas teorías sobre las manos y su poder, pensadas desde brujería hasta espiritualidad, reiki, alquimia y demás, pero yo hablaré de porqué creo tanto que las manos sanan desde mi propia experiencia. Partiendo desde que nacemos, una caricia nos hace sentir tranquilos, en calma, seguros, sobre todo si son las manos de tu madre, que creo que son las primeras que te curan y que siempre lo harán, crecías un poco y al tener golpes o raspones lo que te hacía sentir mejor era la mano de tu padre sobre el área lastimada curándola, poniéndole algún ungüento y vendándola si es que hacía falta. Para cuando comienzas a tener amigos, la mayoría de los juegos son “de manos” mientras cantan una canción, y eso sin duda lograba que te sintieras bien sin importar donde estabas o quién te estuviera viendo, sigues creciendo y tus manos cada vez pueden hacer más por ti. Creces aún más y ahora las manos de otra persona sobre las tuyas te causan las famosas mariposas en el estómago. Las manos enseñan, bailan, curan, operan, demuestran, explican, crean y sostienen.
Tus manos cocinan, lavan, te bañan, te duermen, te masajean, te dan terapia, te hacen sentir mejor en general, si son otras manos las que hacen esto por ti y viene de buena fe se siente como si tuvieran aún más poder que el tuyo, piénsalo, y siempre que te duele algo lo primero que haces es poner la mano ahí donde está el malestar, o alguien te toca, si tú lo permites, para ver si estás bien. Tenemos más energía y poder en nuestras manos (literalmente) que no lo vemos porque está dentro de lo cotidiano, faltaría que tal vez pudiéramos ver este poder como en las películas de ciencia ficción que vemos en las que los héroes, o villanos, lanzan todo su poder desde sus manos, es exactamente lo mismo, solo que no lo vemos, no lo queremos ver, o incluso se nos ha olvidado.
