#InPerfecciones
El tiempo pasa, las fechas llegan y el emotivo momento se apodera de nuestras emociones.
Miguel A. Millán Cancino / @MiAngel_Millan
miangel.millan@inperfecto.com.mx
No hay plazo que no se cumpla, y cada año, al llegar a diciembre podemos darnos cuenta de que, estamos por terminar etapas.
La navidad, en si es una fiesta de índole Cristiana, sin embargo, muchas culturas, religiones y más, adoptan la fecha como un momento de reconciliación y sobre todo, de alegría, de comida pero también de hacer un balance de los años, pero sobre todo de los daños.
A veces, es para el que suscribe, difícil poder delimitar en que momento uno debe o no felicitar, dependiendo del credo o de la tradición de las personas, no obstante, la navidad parece ser un momento en el que todos meditamos para saber el caminar del ya casi finiquitado año que nos quiere dar siempre sus últimos golpes.
En realidad, muchas veces no sé como calificar estas fiestas, ya que son emotivas en lo personal y llenas de muchas reflexiones, pero quizá, escuchando los comentarios que hace unos días pude escuchar en el programa “Disecciones” por parte de alguno de los escuchas del Arq. Carlos Rosas, me puedo dar una idea de lo que la Navidad puede representar.
Alguien -no recuerdo quién-, mencionó que estas fechas pueden ser siempre las últimas en el encuentro de muchos, en el que muy probablemente algunos estaremos y otros no en el siguiente año, yo quisiera siempre pensar que todos estaremos y que sin lugar a dudas, sin importar nada más, pudiéramos encontrarnos siempre con una nueva oportunidad.
A veces los enojos, la desesperación, las divisiones, las distancias, las amistades, los trabajos o incluso el irnos de la vida terrenal nos puedan separar para siempre y no encontrarnos en el caminar, creo que el darnos cuenta de la importancia que todos tenemos para los demás, pero sobre todo de la importancia que alguien más tiene para nosotros nos debería de dar la lección de que no hay tiempo que desperdiciar, porque siempre puede ser la última oportunidad de todo.
Me da miedo pensar de esa manera, porque entonces el reto debería de ser diario, pero quizá necesitemos fechas como éstas para poder recapacitar, y entender que es el llamado para que podamos iniciar nuevamente, sin importar el credo y, renovar de esa manera la vida y la forma de vivir.
Quiero, a través de esta editorial, que me permito mandar con motivo de la celebración de la Navidad 2019, un mensaje a todos ustedes:
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Lleguemos a este momento de la vida aprendiendo a no desperdiciar nada, porque el tiempo no regresa, tal vez lo que ya hemos ido perdiendo gente en el caminar nos damos cuenta de la importancia de despedirnos, de abrazarnos y sobre todo de haber estado disfrutando el tiempo, creo que esta navidad, en lo personal se enmarca en ese tenor, porque es justamente algo que al escuchar, marcó el momento. No sabemos si seremos nosotros o si alguien más no esté, de la manera que sea. Caminemos en el sendero del encuentro, quitando la cinta de los ojos que nos pueda cegar para ver el resplandeciente momento de darnos cuenta que nada nunca fue tan grave y que somos nosotros los que podemos hacerlo más sencillo.
Sé, que todos los colaboradores de InPerfecto, les deseamos la mejor de las fiestas, y hago un reconocimiento público a cada uno de ellos, que desde lo administrativo, escrito, diseño, radial y en cada una de las áreas que tenemos se quedan en el caminar diariamente, a quienes expreso mi agradecimiento, y les deseo también, unas fiestas maravillosas, vamos hacia adelante, y aún falta el mensaje de fin de año.
