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El cacao ha formado parte de la historia de casi todas las civilizaciones prehispánicas y en estas culturas era considerado como un regalo por los Dioses ¿Conoces este mito?
Marto GoAg / @MartoGoAg
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En el México prehispánico, así como todas las culturas precolombinas, el cacao formó parte importante en su desarrollo, no sólo gastronómicamente hablando, el cacao se volvió tan importante que se volvió en una unidad de medición y una unidad económica, y esa importancia está reflejada en la mitología.
El cacao nace de un árbol llamado cacao, y es un fruto, generalmente se usa la semilla de este fruto, el cual era llamado “El Alimento de los Dioses”, y no era para menos, ya que su preparación y sus productos eran sagrados, únicamente para los sacerdotes, gobernadores y personas importantes, algo similar con el pulque.
Por supuesto, la mitología nos ofrece una respuesta de cómo llegó el cacao y porque es considerado como un regalo de los Dioses, y en la mitología prehispánica existen dos Dioses que tienen que ver con el cacao, por parte de los aztecas, Quetzalcoatl y por parte de los mayas, Ek-Chuah.
Quetzalcóatl
Conocido como la serpiente emplumada, uno de los dioses más bondadosos y benevolentes de los dioses aztecas, siendo el encargado de enseñarles a los hombres la agricultura, la astronomía, la medicina y las artes plásticas, siendo un Dios que odiaba la guerra y no le gustaba los sacrificios.
El mito dice que Quetzalcoatl regaló a los humanos el árbol del cacao como recompensa por el amor y la fidelidad de su esposa, la cual sacrificó su vida con el objetivo de no revelar el tesoro escondido en la ciudad, secreto que Quetzalcoatl le reveló.
Después de la muerte de la esposa de Quetzalcoatl, su sangre fertilizó la tierra, naciendo el árbol del cacao el cual tenía un sabor amargo debido al sufrimiento que padeció oscuro como la sangre, llamado Cacahuaquahitl.
Ek Chuah
Conocido como el Dios del Comercio y de la Guerra, pero también reconocido como el Dios del Cacao.
Para los Mayas el cacao era tan importante que era considerado como forma de pago, y para ganar el favor de Ek CHuah, los dueños de plantaciones de cacao celebraban ritos en nombre de este dios con el objetivo de tener una buena cosecha.
