Editorial

Diálogos En Resistencia: Un espacio para ejercer sororidad colectiva

#InPerfecciones
La sororidad no es un concepto, es una disciplina. No es una teoría, es un lazo vivo que nos acerca, nos conecta y nos fortalece.

 

 

 

Karla Soledad / @kasoledad
k28soledad@gmail.com

Dentro del diccionario feminista, la sororidad es uno de los conceptos que encabeza el listado. En algunos países como Francia y Estados Unidos ya se tenía un entendimiento de este concepto, utilizado como sororité y sisterhood respectivamente. En el caso de Latinoamérica, fue la antropóloga y académica mexicana, Marcela Lagarde, la primera mujer en acuñar este término.

 

“Es una dimensión ética, política y práctica del feminismo contemporáneo. Es una experiencia de las mujeres que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y la alianza existencial y política (…) con otras mujeres para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer”.

 

La belleza de la sororidad es que, en la práctica, podemos ejercerla de manera transversal en cada uno de nuestros actos individuales, y podemos también utilizarla como un eje rector para impulsar transformaciones sociales profundas. La sororidad es personal y también es colectiva, es política y revolucionaria. En el plano personal, la sororidad es la medida con la que desarrollamos nuestras relaciones con otras mujeres, y en el plano colectivo es la bandera con la que generamos políticas públicas con perspectiva de género.

 

Habiendo enmarcado este contexto, tengo algunas preguntas para tí: ¿De qué manera eliges ejercer la sororidad día con día? ¿Has encontrado una vía para practicarla en comunidad? ¿Consideras que practicas la sororidad de manera sistemática y consciente?

 

A lo largo de mi proceso personal adentrándome en el feminismo, uno de mis principales aprendizajes ha sido que la sororidad es una decisión intencional que se toma todos los días. Una decide hermanarse con las demás mujeres, una decide creerle a las demás mujeres, una decide favorecer a las demás mujeres entendiendo que, por la identidad que nos atraviesa, el mundo nos desfavorece a todas juntas.

 

La sororidad no es un concepto, es una disciplina. No es una teoría, es un lazo vivo que nos acerca, nos conecta y nos fortalece. Si queremos ejercerla de manera más consciente,  intencional y libre, debemos tener la convicción de buscar espacios que nos permitan hacerlo. Fue esto lo que me impulsó a emprender el proyecto Diálogos En Resistencia, un espacio seguro creado por y para mujeres que desean crecer su conocimiento en el feminismo, compartir sus experiencias y crear un sistema de soporte basado en la sororidad.

 

Diálogos En Resistencia es una dinámica donde un grupo de diez mujeres nos reunimos de manera virtual una vez por semana, durante un periodo de cinco semanas, para conversar sobre diferentes temas con perspectiva feminista. La tercera temporada de Diálogos En Resistencia comienza el próximo martes 27 de abril, con cuatro grupos en cuatro horarios diferentes. Puedes registrarte y elegir el grupo que mejor te acomode en el siguiente link: http://bit.ly/registro_dialogos_3

 

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