#InPerfecciones
Las últimas noticias provenientes desde Europa han conmocionado al mundo del futbol, la manera de concebir al deporte más popular del orbe podría comenzar a cambiar.
Jorge García Vielma
jorge.garcia@inperfecto.com.mx
Justicia suele ser una palabra que brilla por su ausencia en las sociedades contemporáneas, y en el futbol parece estar totalmente olvidada porque realmente muy pocas veces la hay. Los últimos días han sido trascendentales respecto al balompié a nivel mundial, pocas noticias a lo largo de la historia provocaron tal revuelo como la que salió a la luz recientemente sobre la creación de un torneo donde solo participarán la élite de los equipos europeos, principalmente los más adinerados y poderosos, dejando a la deriva aquiénes no se codean en las mismas esferas, las escuadras chicas.
Múltiples opiniones han comenzado a girar en torno a la creación de la llamada Superliga, por un lado están quiénes van en contra porque consideran que el futbol resultaría perjudicado por el inicio de esta cofradía elitista; románticos les han llamado. El otro bando es representado por aquellos que ven una oportunidad de mejorar este deporte; son los visionarios. ¿Existe una postura que esté por encima de la otra? Tratar de dar solución a esta pregunta se vuelve, hasta cierto punto, insignificante porque no se hallarán respuestas absolutas, y todas contarán con argumentos válidos dependiendo desde la perspectiva con que se mire la situación. Aquí se debe ir a fondo y plantear una pregunta más robusta sobre el tema: ¿por qué todos están hablando del futbol?
El anuncio cayó como un balde con agua fría y dentro de sus repercusiones originó que varios sectores de la sociedad comenzaran a emitir opiniones al respecto, ¿es habitual que los noticieros de los horarios estelares arrancaran con esta noticia? No, pocas veces se le da un lugar protagonista al futbol en estos espacios, y cuando llega a ser así se debe a cuestiones meramente deportivas. Las dimensiones previstas hasta ahora son mayúsculas, quizá a esto obedece la participación de bastantes actores; el balón está yendo hacia un solo lado y parece no tener boleto de regreso. Sumado a lo anterior, también líderes mundiales se han manifestado respecto a esta propuesta elitista del futbol, por ejemplo: Emmanuel Macron actual presidente de Francia ha manifestado su inconformidad; la Unión Europea (UE) ha mostrado su descontento y pide que el tema sea repensado antes de tomar las decisiones. El juego atrajo la mirada de propios y extraños, las notas sobre este fenómeno no dejan de salir y por momentos se coloca como un tema vital y crucial para el futuro de la sociedad.
Una frase que se comienza a leer y escuchar de manera habitual se refiere a que con la creación de la Superliga se está atentando contra la esencia del deporte, ¿pasa de tal manera? Sí. Un gran exponente sobre temas deportivos y su relación con lo social, es el sociólogo argentino Pablo Alabarces quién en alguna de sus obras presenta una clasificación que caracteriza al campo deportivo, una de estas claves la denomina como secularización, la cual trata de la búsqueda de competencia, éxito, prestigio, dinero o fama. ¿El nuevo torneo cumple con esta caracterización? No en su totalidad, porque solo se está priorizando el tema económico sobre la naturaleza deportiva. El escritor sudamericano también habla sobre la igualdad; primordial para este campo, la cual se ve rebasada con la propuesta de una justa donde solo participen un grupo reducido de equipos, y que a su vez sean los que cuenten con mayor valor adquisitivo dejando sin posibilidades a las entidades más modestas.
Los hinchas se han manifestado en contra de esta medida, saben que el futbol debe estar al alcance de todos como hasta ahora lo viene siendo; pero a su vez esta visión parece no ser convincente para los empresarios que manejan el negocio deportivo. La noticia se sigue desarrollando y hasta ahora todavía no se convierte en una realidad, pero conforme avanza el tiempo esto puede llegar a cambiar de manera total, por eso hay que mirar más allá y tratar de dimensionar las repercusiones que se pueden llegar a dar; no es más que un simple partido de futbol.
Rueda el balón, rueda la vida.