Sexualidad

La sumisión, en primera persona

#Sexualidad
… “Pregunta a otra persona que significa para ella la sumisión y obtendrás un libro muy distinto” evita juzgar y disfruta del Diario de una sumisa que cumple lo que promete.

 

Diana Villamarin P
dianitavp@outlook.com / sexualidad@inperfecto.com.mx

 

Ser sumisa no afecta ningún trabajo y aunque casi nadie se entere, cada vez que se experimenta como tal, nos afirma la protagonista, juega a una versión adulta de un juego infantil por el que ofrece los contraste emocionales y sexuales más significativos en el proceso de descubrir deseos íntimos propios. De este modo, Sophie Morgan ya no es sólo un seudónimo de la periodista británica más criticada y también más alabada en los últimos tiempos, sino la mujer – protagonista que con honestidad narra en primera persona que no es una pervertida, que no tiene ningún trauma detrás, que tuvo una infancia muy normal, pero que sin darse cuenta ese deseo de ser sometida sexualmente siempre ha estado ahí.

“Al principio el aire salía violentamente de mis pulmones con cada erre metida y sólo podía pensar en lo mucho que me dolía. Desde luego, no tenía nada que ver con las eróticas palmadas de mis fantasías secretas. Estaba intentando decidir, en un aterrorizado monólogo interior, si poner fin a los azotes o intentar aguantarlo…  Todavía me dolía, pero el escozor del culo se transformaba en un dolor placentero.. . “

 

Si bien las escenas chocan con lectores poco acostumbrados a estos temas, son por otra parte, una degustación exquisita para quienes disfrutan de las descripciones eróticas que generan emociones aunque no sean siempre, precisamente positivas y sin embargo, provoquen reflexión y curiosidad a través de sus vivencias con tres hombres dominantes: su novio de la facultad, su amigo con derecho a roce con el que descubre plenamente como es una relación basada en la sumisión y finalmente el hombre del que se enamora.

 

Suponer lo que es apropiado para ser una chica buena y todo lo que implica sentirse como una chica mala es lo que ofrecen muchas obras de literatura erótica ficción y en oposición, esta obra, basada en una historia de la vida real, desglosa el sentir de una mujer independiente en su vida profesional y familiar y la excitación al ser humillada, que no existen tales límites sino que a partir de las propias vivencias, pensamientos, cómplices y deseos, somos una mezcla de distintos atributos que según la oportunidad, reaccionamos de una u otra manera sin que por ello merezcamos un juicio o una única definición como etiqueta.

“Me gusta creer que poseo una imaginación rica. No hay duda de que tengo, y no lo digo con orgullo sino simplemente como un hecho, una mente calenturienta, lo que quiere decir que me encanta encontrar usos alternativos a objetos de aspecto inofensivo.”

La autora nos cuenta cada acto sexual y cada castigo sin pelos en la lengua. Llamando a cada cosa por su nombre y con un vocabulario muy directo sin omitir ningún detalle. “Era excitante, desde luego, pero también inquietante. ¿Cómo sabría cuál era el equilibrio correcto? ¿Cómo sabría dónde debía parar?”

En síntesis, lo mejor de esta novela es se convierte en un desafío personal que nos inunda de ideas sexuales, convirtiendo el proceso de lectura en un placer intenso, más vivo y motivante, así como el gusto de ser sumisa, en una decisión tan personal que pasa a ser sólo una faceta más de la personalidad de alguien, una faceta que por supuesto influye en todas las demás.

 

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