#InPerfecciones
Sin duda, una Navidad distinta a todas las demás a las que podamos tener memoria, pero quizá el momento de la reflexión es el más idóneo para centrar nuestro siguiente caminar.
Miguel A. Millán Cancino / @MiAngel_Millan
miangel.millan@inperfecto.com.mx
El año 2020 nos ha puesto a prueba a todas y a todos por el lado que queramos observar e incluso analizar. Podríamos hablar desde la perspectiva de la emergencia sanitaria del Covid 19, que ha sido quizá, la principal afectación que todos hemos tenido y que nos ha llevado a una serie de crisis sociales, económicas, laborales, etc.
También ha sido un año de muchas despedidas, desde la despedida de la vida de seres queridos, conocidos o admirados, como de la despedida de trabajos, de viviendas, de tiempos, de épocas y muchas que simplemente no han tenido la oportunidad de decir un: adiós.
Sin embargo, la navidad es el momento que nos lleva a la reflexión. Mucho más allá de la fiesta de cambio de año que se vive una semana después, y amén de la fe que cada uno de nosotros podamos profesar, esta época tiene como cualidad poder pensar en como hemos vivido, nuestro accionar, el proceso de reconciliación con nosotros mismos y con los demás.
¿Qué he hecho bien y que he hecho mal?, ¿A quién he lastimado y quién me ha lastimado?, ¿He tenido orgullo en mi corazón?.
En mi editorial de fin de año del 2019, yo exponía que cada año debemos de disfrutar y entender, que quizá es la última fiesta que vivimos entre nosotros ya que no tenemos una vida comprada, y durante los días transcurridos del 2020, nos queda muy claro que somos tan frágiles que estoy seguro, hoy debe de ser un día para ser agradecidos con quienes nos acompañaron y a quienes pudimos acompañar, agradecidos de tener la oportunidad de seguir de pie y quizá si, con secuelas de alguna afectación, que sin duda tendremos la fuerza de sacar adelante en compañía y fuerza de quienes son nuestros bastiones.
En el equipo de InPerfecto, agradecemos su corazón y su entrega y a nombre de todas ellas y de todos ellos, quiero enviar un fuerte abrazo a sus corazones en el lugar en donde estén y en la compañía en la que estén. Ustedes han sido nuestra compañía y el motivo de que nosotros podamos seguir aquí.
A mis compañeros y amigos colaboradores de InPerfecto les deseo una grandiosa Navidad, en donde no sea la comida el único objetivo de poder celebrar, sino la dicha de seguir vivos, de tener espacio donde comunicar y aprovecho para decirles que me siento orgulloso de ser parte de un equipo tan vibrante y un equipo talentoso que nos da a todas y a todos la oportunidad de crecer, los culmino a seguir adelante con fe, y los invito a seguir ejerciendo, de manera responsable, su libertad de expresión que es, lo más importante que tenemos.
Feliz Navidad a todas y a todos, les quiero dar un abrazo que, con el tiempo se que será una grandiosa realidad.