#Cultura
HOY TERMINAMOS EL CUENTO DE ETERNO AMOR… SÍGANLO DISFRUTANDO…
Raúl González
raul.glz@inperfecto.com.mx
CUALLI TLANEZI (BUEN AMANECER)
¡HOLA!!!
¿Cómo se encuentran?
HOY TERMINAMOS EL CUENTO DE ETERNO AMOR… SÍGANLO DISFRUTANDO…
Se acuerdan qué Copo de Nieve fue atacado por un halcón, éste le causo varias heridas, pero, aun así, él siguió buscando a Reyna…
Así pasaron varios días, entre más pasaba el tiempo sus heridas iban sanando, así como también iba desapareciendo la fe en encontrar a Reyna.
El cansancio se iba acrecentando más y más, llegó el momento en que sus alas ya no le respondían, volaba sin ton ni son, su sentido de orientación era nulo completamente, como pudo llegó a un gran árbol, de exuberante follaje, se pozo en una de sus ramas y se abandonó a su suerte, ya no le importó seguir luchando.
Pasaron varias horas, antes de que llegara aposarse otra paloma en el mismo árbol, pero en diferente rama, también venía desfalleciendo por el esfuerzo realizado, esta paloma era blanca como la nieve, en la frente tenía una mancha en forma de corona, era Reyna, que también había recorrido grandes distancias y pasado mil peripecias para estar junto a Copo de Nieve. De pronto sus corazones comenzaron a latir aceleradamente, y ambos volteaban en diferentes direcciones para ver a qué se debía ese latir de sus corazones; de repente, sus miradas se encontraron, no lo podían creer, los dos estaban frente a frente después de pasar por un sinnúmero de pruebas, de muchos sufrimientos.
Se fueron acercando poco a poco en silencio, en su mirada se veía el inmenso amor que se profesaban, sus corazones latían aceleradamente; pero esta vez era de felicidad plena, un abrazo ardiente fue quién rompió aquel silencio, para convertirlo en una melodía de vida, en una melodía de amor.
Fue una total comunión de dos seres invencibles al dolor y un pacto de AMOR ETERNO.
Ya más tranquilos, Copo de Nieve preguntó a Reyna sobre todo lo que había ocurrido desde el momento que éstas habían sido capturadas y sobre la suerte que habían corrido sus demás compañeros y compañeras, Reyna le explico a grandes rasgos todo lo que había sucedido hasta el momento en que fueron abandonadas las jaulas en pleno campo, -pensamos que íbamos a morir de hambre y sed, pero gracias a Dios todo fue lo contrario de lo que habíamos pensado, para nuestra suerte nos encontró gente buena que se apiadó de nosotras, abrieron las puertas de las jaulas para que pudiéramos salir, la mayoría de nuestros amigos y amigas tomaron rumbos diferentes, otros se quedaron ahí, realmente les pareció un gran sitio para vivir, y yo, como anhelaba estar contigo… -ésas fueron las últimas palabras que pudo pronunciar, ya que las lágrimas comenzaron a aparecer en sus pequeños ojos; Copo de Nieve, al ver como estaba sufriendo, se acercó a ella, la abrazó amorosamente, la llenó de besos y le dijo cariñosamente -ya no llores, Dios en su infinita bondad quiso que nos encontráramos nuevamente y aunado a eso, nuestro inmenso amor que nos profesamos ¿o no lo crees así Reyna? -si mi amor, estoy de acuerdo contigo-, le contestó Reyna.
Ya más tranquilos, Copo de Nieve le comentó que había encontrado a Don Cebas, nuestro querido protector -¿Dónde se encuentra?- Preguntó Reyna, –EN UN ASILO DE ANCIANOS-, contestó él, -llegó ahí por órdenes de sus familiares ya que solo así le pudieron quitar su casa, y de paso nuestro castillo-, -pobre- comentó con tristeza Reyna, -¿Quieres que nos quedemos a vivir aquí?- Preguntó Copo de Nieve a Reyna, ni tarda ni perezosa le contestó en seguida Reina, -no, me gustaría regresar y vivir nuevamente con Don Cebas ¿No crees que le hacemos falta?- -Tienes razón- le contestó Copo de Nieve. Descansaron varios días, después emprendieron el viaje de regreso, el viaje resulto divertido, todo lo contrario del primero, llegaron al poblado por la tarde, lo primero que vieron fue el campanario de la iglesia, ya que éste sobresalía por su gran tamaño y hermosa arquitectura; desde lejos vieron por última vez el hogar donde habían vivido antes, el palomar; éste se encontraba completamente destruido y abandonado, un suspiro de ambos se dejó escuchar, prosiguieron su camino hacia el asilo, cuando llegaron se posaron en el marco de la ventana del cuarto que ocupaba Don Cebas, éste estaba recostado, pensativo, había envejecido un poco más, volaron a su encuentro, se posaron a la altura de sus piernas, al sentir el contacto de sus cuerpos, se enderezó, al verles las lágrimas empezaron a invadir sus mejillas, se acercaron a él, los tomó en sus manos y los comenzó a besar, ellos hicieron lo mismo, claro a su manera, -los amo- les dijo tiernamente, -yo creí que los había perdido para siempre, pero gracias a Dios, regresaron-, sus ojos recobraron su brillantez de antaño, se dibujo una sonrisa de felicidad en sus labios nuevamente.
Se levantó de la cama y se dirigió con ellos al patio, siempre aprisionándolos contra su pecho, al llegar los depositó muy suavemente en el piso, de pronto, se metió otra vez a su cuarto, para después regresar con una bolsa de papel, dentro traía comida que había guardado todo ese tiempo que dejó de verlos.
Volvieron hacer nuevamente una familia
Al poco tiempo, en el asilo, en el asilo, ya existía en sus cuatro paredes un palomar, su forma era de un pequeño castillo, sacado de un cuento de hadas, pulcramente limpio, sus tinitas para el agua y los pequeños platos de barro para la comida, dentro del hermoso castillo había varios pequeñines jugueteando, ellos eran blancos como Copo de Nieve Y ellas eran tan hermosas como Reyna, en sus cabecitas llevaban una mancha en forma de corona, eran fruto de un inmenso amor.
Don Cebas alimentaba sus almas con infinito amor, y ellas también alimentaban su alma con el AMOR ETERNO que le PROFESABAN…
USTEDES QUE PIENSAN SOBRE EL AMOR?
SE HAN HECHO ESA PREGUNTA?
HASTA LA PRÓXIMA… SIGANSE CUIDANDO… NO BAJEMOS LA GUARDIA…
TLAHUILCUAUHTLI