#Cultura
HOY LES VOY A COMPARTIR UN CUENTO, SE LLAMA “SEMILLA” ESTÁ UN POCO EXTENSO Y POR ESO SE LOS VOY A DIVIDIR EN DOS PARTES.
Raúl “TLAHUILCUAUHTLI” González
raul.glz@inperfecto.com.mx
HOLA!!!! HOLA!!!! CUALLI TLANEZI (BUEN AMANECER)…
HOY LES VOY A COMPARTIR UN CUENTO, SE LLAMA “SEMILLA” ESTÁ UN POCO EXTENSO Y POR ESO SE LOS VOY A DIVIDIR EN DOS PARTES.
HEMOS PASADO DÍAS MUY DIFÍCILES, Y LOS CUENTOS SIEMPRE NOS TRAEN UN POCO DE RELAX, PAZ, NOS ACTIVAN NUESTRA IMAGINACIÓN, Y EN AUTOMÁTICO ENTRAMOS EN EL MUNDO DE LA FANTASÍA… ESTE CUENTO LO ESCRIBÍ HACE 20 AÑOS, Y SE LOS COMPARTO CON MUCHO CARIÑO.
De pronto Itany e Hiana se detuvieron de su loca carrera, tres grandes grutas les cerraban el paso, sus rostros reflejaban la desesperación y el miedo; sin pensarlo mucho, Itany tomó de la mano a Hiana, con paso firme y rápido la condujo a la caverna de en medio, no tenían mucho de haber entrado cuando comenzó a llover, -justo a tiempo- comento Hiana, -sí- contestó Itany y prosiguió hablando, -imagínate si las gotas de la lluvia nos hubiesen tocado-, -no me quiero ni imaginar- dijo Hiana, -me acuerdo cuando éramos niños, era un placer caminar bajo la lluvia, sentíamos cómo se deslizaba por nuestro rostro, y cuando chapoteábamos en los charcos ¿te acuerdas, que hermoso era?-, pero ahora -comentó Itany– -tenemos miedo de que nos moje ya que nos puede desintegrar, como si fuéramos de sal u otro tipo de material endeble, -sí- dijo Hiana -desgraciadamente es por el ácido que la compone y otros químicos corrosivos, qué pena que nuestro ecosistema y medio ambiente se volvieron en contra de nosotros-.
De pronto, se dejo escuchar una voz en lo más profundo de la caverna que le decía: -¡Nosotros no tenemos ninguna culpa, de lo que les está pasando! ¡son ustedes los que tienen al mundo así!-, Hiana sintió miedo y abrazó a Itany su hermano, quién también estaba asustado, Itany se armó de valor y en voz alta preguntó: ¿quién anda ahí? Y la misma voz que les había hablado apenas unos segundos antes, les volvió a contestar: -soy el único sobreviviente de los millones que existíamos en la Tierra-, Itany se quedó en las mismas, volvió hacerle otra pregunta, ¿cómo eres? Y nuevamente la voz le contestó: -soy alto, muy alto, soy fuerte muy fuerte y mi cabellera es verde y mi cuerpo café-, Itany se quedó pensando por un momento, cuando iba a dar la respuesta, Hiana se le adelantó ¡eres un árbol! ¿verdad? -sí- contestó la voz, -soy un árbol de los más hermosos que han visto en su existencia-, iba seguir hablando cuando lo interrumpió Itany -¿cómo es posible que los árboles hablen? No lo puedo creer, -muy simple- contestó la voz, -nosotros escogemos a los seres con los que queremos tener la comunicación ¡ah! Pero eso sí, tienen que ser muy especiales, -¿especiales? ¿en que forma? Preguntó Hiana, -bueno-, contestó el árbol, -tienen que ser muy sensibles, tienen que ser respetuosos con todo lo que les rodea, y algo muy importante, tienen que ser respetuosos con ellos mismos, deben de tener un corazón bondadoso, muy bondadoso, y si ustedes no hubiesen llenado esos requisitos, nunca me habría comunicado con ustedes-, incrédulo, Itany le dijo -si es verdad todo lo que nos dijiste, muéstrate ante nosotros-, -mmm, tienes razón, ya no tengo porque esconderme de ustedes-, y de un rincón de la gruta comenzó a moverse algo, Hiana tomó de las manos a Itamy, se las apretó, estaba nerviosa, entre más avanzaba el árbol hacia ellos, su silueta se dibujaba cada vez más y más, hasta que quedó en todo su esplendor frente a Itany y Hiana, -que les parece, ¡no soy hermoso!-, les dijo el árbol, pero ellos no lo escucharon, realmente estaban absortos viéndolo. El árbol, al ver que no obtenía respuesta de los niños, acercó sus ramas hacia ellos y los zarandeó delicadamente, y les dijo: -¿qué… les comieron la lengua los ratones?-, la que reaccionó fue Hiana, quien dijo -discúlpanos, pero en realidad hacía mucho tiempo que no veíamos un árbol; -¡oye! en sí no eres tan alto, ni tan fuerte como nos habías dicho, pero eso sí, eres muy bello-, en ese momento interrumpió Itany -no es muy alto ni muy fuerte será porque todavía es un árbol bebé-, -bebé ¿yo?- contestó el árbol indignado, -los bebés son ustedes-, -nosotros no somos ningunos bebés, ¿qué no te das cuenta que ya somos personas grandes?, venos bien-, dijo Hiana, -bueno, si ustedes son gente grande, yo también soy un árbol alto, fuerte y bello-, dijo el árbol, -está bien, está bien, no vamos a pelear por pequeñeces-, dijo Itany, y agregó, -que te parece si nos presentamos-, me parece buena idea-, dijo el árbol; -bueno ella es Hiana, mi hermana, y yo soy Itany, y tu ¿cómo te llamas?, –árbol-, contestó el árbol, -¿árbol?- dijo Hiana asombrada, -sí, árbol– dijo el árbol, -¿no tienes otro nombre?- preguntó Itany, que yo me acuerde siempre me he llamado así, ¿hay algún problema porque me llame árbol?-, -no, ninguno-, contestó Hiana, -¿por qué te escondes?- preguntó Itany, -porque afuera de la gruta corro un gran peligro, me pude ver alguno de los seres humanos que pululan allá fuera y me pueden hacer leña, y como soy el único sobreviviente de mis hermanos, tengo que cuidarme, porque tengo una misión que cumplir-, -¿cuál es esa misión?- preguntó Hiana, -la misión que tengo es poblar nuevamente la Tierra de árboles altos, muy altos, fuertes, muy fuertes y hermosos como yo ¿me entienden?- -sí, te entendemos, ¿pero cómo le vas hacer?- preguntó Hiana, -el espíritu del ecosistema y del medio ambiente me están guiando por medio de revelaciones-, -¿y que te han revelado?- preguntó Itany, -en primera, que dos niños iban a llegar a la gruta-, -¿dos qué?- interrumpió Hiana, -perdón, dos personas adultas-, corrigió el árbol, -un hombre y una mujer, que me hiciera acompañar de ellos para ir en busca del espíritu de la Tierra-, -¿y es tan importante buscarlo? Preguntó Hiana, -¡claro! es tan importante que si no lo encontramos, la Tierra desaparecerá, y por consiguiente, todos los que la habitamos-, -y nosotros ¿cómo vamos ayudarte?- -no lo sé, eso no me lo han revelado todavía- dijo el árbol, -¿Qué les parece si nos ponemos en marcha?- Itany y Hiana se quedaron viendo preguntándose si lo acompañaban o no; el árbol, al ver la duda en ellos, optó por irse solo; no había caminado mucho, cuando atrás de él se oyó dos vocesitas que le decían: –espera, vamos contigo amigo-.
Fue así como los tres mosqueteros iniciaron la búsqueda, caminaron grandes distancias, cruzaron grandes desiertos, aldeas deshabitadas, pasaron por grandes ciudades, donde la gente se burlaba de ellos, pero su fe era mas grande que las burlas y el cansancio.
Llegaron a preguntarle al cielo contaminado de smog, a las montañas vacías de árboles y nieve, a los mares contaminados de basura y alguno que otro animalito, que se había salvado del depredador más peligroso, los seres “humanos”, pero la respuesta fue siempre la misma, no sabían dónde se encontraba el espíritu de la Madre Tierra.
Descansaban por la noche, y al despuntar el alba iniciaban su búsqueda.
Una mañana se toparon con una parvada de pajarillos, y al ver estos al árbol, su mirada se iluminó, se acercaron a él, y le pidieron de favor que los dejara posarse en sus bellas ramas, ya que ahí encontrarían la paz a sus pesares; el árbol conmovido les dio el asilo que le pidieron y así, con sus nuevos acompañantes prosiguieron su camino, el trinar de los pajaritos amenizó el viaje, iba cayendo la noche cuando se toparon con un personaje fuera de lo normal, éste era sumamente alto y muy delgado, su ropa era toda café, gruesa, muy gruesa, de su cuello colgaba una cadena plateada, con una bola de cristal blanca del tamaño de una naranja; fue él quien se acercó al grupo y les preguntó: ¿qué andan haciendo por estos, mis lugares?, ¿Qué buscan con tanta ansiedad?-, y el hermano árbol contestó: -estamos buscando el espíritu de la Madre Tierra ¿tu sabes donde podemos encontrarlo? Al terminarle de hacerle la pregunta, la bola de cristal resplandeció y cambio a color magenta: el alto personaje la cubrió con sus grandes manos, la esfera cambió nuevamente de color, ahora era amarilla, fue entonces que habló el personaje… -el camino que tienen que seguir es el que está adornado de flores- -¡oye! interrumpió Itany, ¡si las flores ya no existen!, el personaje sin prestar atención al comentario que hizo Itany, dio la media vuelta, dio tres pasos y desapareció en las sombras de la noche; desconcertados, los tres mosqueteros no hicieron ningún comentario, decidieron pasar la noche ahí…
Y BUENO… EL DESENLACE SERÁ EL PRÓXIMO MARTES…
¡¡¡NO SE LO PIERDAN!!!
SÍGANSE CUIDANDO…. POR FAVOR!!!