Editorial

URGENCIA.

#InPerfecciones
Al Presidente que ya se le “cuecen las habas” por salir a “pasear” los fines de semana porque si no lo hace sentir que no está cerca del pueblo y las encuestas de popularidad.

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

La repercusión emocional –incluso física- que ha representado el confinamiento durante la pandemia de COVID-19 ha comenzado a dar resultados –algunos desastrosos- en cualquier ámbito de la vida nacional. Los resultados económicos, políticos y sociales han comenzado a mermar la imagen de aplanadora que representó en su momento la 4T para mostrarse con la cara lavada ante la opinión pública y olvidarse del recato.

 

Situaciones como el “enredijo” en que se ha convertido la “numeralia” que presenta el Subsecretario de Salud Hugo López Gatell para tratar de justificar porque no se hacen más pruebas para confirmar casos de COVID-19 o el enojo del Presidente por las notas del periódico Reforma con las que se engancha y esgrime un discurso intolerante que hace temblar las estructuras de la libertad de expresión que piensa que se inventó el día de tomó posesión como Presidente, están dejando de manifiesto que de verdad les hace falta poder salir a la calle a espabilarse un poco de toda la bruma mental que los tiene dando palos de ciego.

 

En el caso del Presidente que ya se le “cuecen las habas” por salir a “pasear” los fines de semana porque si no lo hace sentir que no está cerca del pueblo y las encuestas de popularidad, algo así como agenda de monarca que durante la semana se encuentra despachando las diligencias de los súbditos lambiscones, pero el fin de semana gusta de pasear por el reino para revitalizarse y generar nuevas ideas que le añadan mejoras al reino.

 

Políticamente fuera de la ironía, el anuncio del Presidente con el que solito se da luz verde para regresar a su normalidad propagandística para darle el banderazo al tren maya resulta un mensaje no de normalidad sino de desesperación, y no precisamente porque extrañe mucho al pueblo, sino que la presión económica que ejerce la entrada en vigor del T-MEC y la baja de popularidad, ya han vuelto insostenible su estadía en Palacio Nacional donde no puede hacer más que dar vueltas en los pasillos, aspecto que no le abona mucho al Proyecto de Nación fundamentado en el discurso panfletario de la 4T.

 

Desafortunadamente ese mensaje de salir a su normalidad más el vamos bien y el ya domamos a la pandemia resulta sumamente irresponsable por el impacto que tendrá en quienes le han entregado un cheque en blanco del país en materia económica, política y social que por desesperación u osadía desdeñaran las recomendaciones sanitarias a partir del próximo lunes, pero ojalá me equivoque y el detente del Presidente me tape la boca para no estar a fin del mes de junio dando cuenta de un repunte en el número de contagios, que por supuesto tendrían una explicación lógica bajo la supervisión de López Gatell que señala que cada país tiene su metodología y háganle como quieran, después de todo la fuerza moral se derramará por todos lados sanitizando al país.    

 

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