Editorial

IZQUIERDA CONSERVADURISTA.

#InPerfecciones
La queja del Presidente López Obrador por que “nunca la prensa le había pegado tanto a un gobierno”, solo exhibe la memoria selectiva del tabasqueño.

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

La izquierda mexicana fue esa oposición que durante la época dorada priista esgrimió discursos y acciones con cierto grado de coherencia apegándose a una ideología emanada de esos paradigmas que se ciñeron a un modelo marxista en búsqueda de ocupar un escaño y difundir un discurso en defensa de la clase obrera pauperizada y generar esa conciencia de clase tan necesaria para comprender como es que el modelo capitalista basa su estadio en el desmantelamiento de las victorias obreras y así asegurar la máxima ganancia sobre el costo de producción incluyendo el salario, sin embargo, el valor de cambio –o precio- de esa izquierda resultó ser ínfimo y de pose.

 

En México sobran ejemplos de políticos de izquierda que a pesar de ser sobrevivientes de aquel 1968 o 1971 –por citar solo dos- terminaron convirtiéndose en “vacas sagradas” ocupando curules y guardando en gavetas muy profundas su ideología y dignidad al incorporarse a la clase política que enseña y enseña muy bien en los cursos intensivos para diputados y senadores que se imparten en las cámaras, como simulación, arribismo, desfalco y demagogia, después de todo lo único que tenían que hacer era perderle el asco a esos enemigos naturales del pueblo encarnados como los profesionales de la política de derecha, centro e izquierda que únicamente tienen que hacer dos cosas, aparentar y seguir un guión político.

 

De todo lo anterior existen documentos, relatorías, notas y editoriales periodísticas que se descalificaron, persiguieron e incluso tuvieron consecuencias fatales para muchos periodistas, pero esto no ha cambiado porque las amenazas, persecución, desaparición y asesinatos de periodistas continúan. Y a pesar de todo la crítica hacia los gobiernos y políticos en turno tiene una tradición que no solo se esgrime a nivel periodístico, la crítica se hace desde muchos lugares y de parte de quién nada tiene que ver con el periodismo en México.

 

La queja del Presidente López Obrador por que “nunca la prensa le había pegado tanto a un gobierno”, solo exhibe la memoria selectiva del tabasqueño que incluso se atreve a señalar que no hay periodismo independiente y que esto se debe a que ese periodismo se encuentra muy distante del pueblo. “¿Ustedes creen que no aburre abrir el periódico y no encontrar nada bueno del gobierno?” reclama el Presidente que casi nos hace recordar el “ya se que no aplauden” de Enrique Peña Nieto, en un franco chantaje que no solo descalifica sino que carece de autocrítica. 

 

El otrora opositor de izquierda por excelencia –que no es periodista- que cuestionaba y solo señalaba lo malo del Gobierno mientras se jactaba de su cercanía con el pueblo hoy se queja de esa prensa que tilda de conservadurista por no señalar o comentar lo positivo de su Gobierno como los proyectos insignia que carecen de un respaldo económico sólido y viabilidad, que bajo la reserva de mantener oculta la información por los próximos cinco años dejan en total opacidad y ridículo el ofrecimiento de transparencia del Gobierno, ¿eso es lo positivo que quiere que se diga?.

 

Esa cercanía con el pueblo de la que el Presidente dice que carece el periodismo actual probablemente es cierta, tan cierta como la lejanía que tienen del mismo pueblo los periodistas que aplauden y justifican la realidad alterna en la que vive López Obrador cuando habla de la felicidad del todos, el detente y el clásico “vamos bien”, pero que ha carecido de sensibilidad para resolver una situación económica donde en un arranque de arrogancia se atreve a decir que ya sabían de la crisis económica que venía y que todo lo explica en su libro “Hacia una economía moral”, pero que no ha presentado una estrategia sólida y coherente con la que demuestre esa gran capacidad que presumió durante los largos años de campaña.

 

Así es la izquierda mexicana, la izquierda que ideológicamente se asume como defensora de los intereses del pueblo pero que literalmente se le “hace bolas en engrudo” al tratar de justificar un accionar de derecha con bandera de izquierda, para mantener una imagen y estatus que persiguieron durante mucho tiempo y que les aterra perder, dejando de lado un proceso autocrítico para volverse intolerantes a lo que ellos fueron un día, coherentes. Al final solo se convirtieron en una izquierda conservadurista.  

 

#InPerfecto