Editorial

EL MENSAJE ANTE LA CRISIS.

#InPerfecciones
La discusión ha sido muy amplia, se han expuesto argumentos obviamente de salud, económicos, políticos, sociales, etc. y lo que en México ha generado nerviosismo son sin duda las medidas preventivas que parecen muy laxas.

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

Las teorías de la conspiración sostienen que la existencia de la cepa del Coronavirus COVID-19 fue creada en un laboratorio para afectar las actividades económicas de China y así poder ganar una guerra comercial que ha entablado con Estados Unidos, sin embargo, una cosa son las teorías que manejan una serie de datos que intentan sustentar la existencia de las cosas en materia de dominación mundial, y otra cosa es tener mucha confianza como para pensar que nunca pasará nada.

 

El subsecretario de Salud Hugo López Gatell ha explicado que  mantener la fase 1 frente a lo que la OMS ha declarado como pandemia mundial es porque los casos que se tienen confirmados son importados y se han mantenido controlados, por lo que no es necesario tomar medidas más extremas –fase 2- aunque lo inminente sea llegar a las cifras que se han presentado en Italia y España donde el cierre de fronteras y resguardo de la población en sus hogares nos ha dado imágenes inéditas de calles vacías y temor, pero en México hay algo que parece nos hace inmunes a los efectos del COVID-19, y salvo la medida que adelantó y extendió el periodo de receso por Semana Santa en las escuelas, las medidas sanitarias se reducen a la recomendación de cuidados básicos de higiene. 

 

La discusión ha sido muy amplia, se han expuesto argumentos obviamente de salud, económicos, políticos, sociales, etc. y lo que en México ha generado nerviosismo son sin duda las medidas preventivas que parecen muy laxas cuando en la última semana la confirmación de casos ha ido en aumento, independientemente que las cifras oficiales se manejen con verdad, dentro del entorno en el que el sistema de salud mexicano se encuentra evidentemente limitado no solo por el hecho de que no haya ni medicamento especializado, ni especialistas y mucho menos vacuna. Los protocolos mostrados parecen más bien una parodia cuando según lo reportado la etapa más crítica está a punto de tocar la puerta.

 

Desde luego que el pasado fin de semana en el que no todos los eventos masivos se suspendieron alimentan la desconfianza hacia las autoridades que parece no están tomando con la suficiente seriedad un escenario más que complejo. 

 

A pesar de que parte del mensaje ha  pugnado por no politizar el escenario de salud en México, esta situación no se ha dado porque principalmente el mensaje que politiza y ha elevado la temperatura de la discusión ha sido por planteamientos que critican y defienden las medidas que ha tomado el Gobierno, y a esto se ha sumado lo que parece una declaración muy desafortunada de López Gatell que ha dicho que la fuerza del Presidente no es de contagio sino moral, todo en el marco de los mítines que lleva a cabo donde la reunión de personas podría significar un riesgo de contagio alto.

 

Poner en estos momentos al Presidente en el centro de la discusión sobre las medidas sanitarias que deberían tomarse evidentemente busca obtener un beneficio político para el gobierno que parece mezquino, porque antepone la figura idealizada del político a una emergencia nacional y desdeña las recomendaciones y experiencia que han tenido otros países frente a la pandemia, lo que deja a la sociedad la tarea vital de mantenerse informada y con un alto sentido común de lo que representa esta emergencia. Exigir verdad en materia de cifras de salud es una labor que no debe tener filiación política.

 

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