Cultura

La novela hispanoamericana contemporánea: “definición” y evolución.  

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¿Qué sucedió con la novela hispanoamericana contemporánea en la última década? 

 

 

Fernanda S. Weffru / @justmaryfer
fernanda.s.weffru@inperfecto.com.mx

 

Parte I

A propósito del final de la década y el comienzo de un nuevo año, creo que es necesario hacer un repaso por lo que hoy en día consideramos novela. El siglo XXI ha sido un parteaguas en la literatura hispanoamericana contemporánea pues, aunque el siglo comenzó con una gran cantidad de novelas cuyo tema principal era el narco, conforme pasaba el tiempo, se dieron nuevas escrituras que se alejaron de aquella temática para dar paso a temas más crudos y realistas. Por eso, esta columna estará dividida en dos partes: en la primera intentaremos acercarnos a una definición y hablaremos un poco de su evolución, mientras que en la segunda analizaremos uno de los rasgos más comunes dentro de la novela hispanoamericana contemporánea.

Resulta muy complicado definir qué es novela. No existe aún una definición precisa, pues se trata de un género bastante libre y no puede clasificarse tan fácil por la variedad de sus temas y enfoques, pues a veces, lo único en común que se tiene es que está escrito en prosa. 

Según Bajtín, la novela es uno de los únicos géneros que todavía no está bien consolidado, pues no ha terminado el proceso de formación y su estructura aún no está delimitada; no se pueden prever aún todas sus posibilidades. Son muchísimos los estudios hasta ahora del género que aún no han logrado determinar un rasgo específico del mismo, porque la novela es una obra que aborda múltiples planos lingüísticos, sin embargo, existen novelas de uno solo; las hay con intriga, pero también sin ésta. Es un perpetuo juego en el que a veces se encuentran similitudes y en otras no. Por esta razón, para definir qué es la novela, se recurre a la descripción más que a la definición.

La crítica ha tomado en cuenta dos aspectos en un intento por caracterizar la novela: la forma y el conjunto argumental, la ficción. Aún y cuando existen divergencias para concretar el significado, se pueden señalar algunas categorías sintácticas que se encuentran en este género, tales como:

 

  • Un discurso en prosa que se caracteriza por la polifonía
  • Narrador: el cual organiza la historia en un argumento y, a su vez, las voces del discurso. Determina las distancias entre los personajes y sus acciones, el punto de vista y el tono, así como los modos de narración. 
  • Los personajes: quienes aparecen en la narración de muchas formas y con funciones distintas, las cuales van desde el protagonista hasta una simple presencia textual que se reduce a la mención.

 

  En el caso del protagonista, éste no debe ser tratado como héroe, ni en el sentido épico ni en el trágico. Debe poseer rasgos tanto negativos como positivos, tanto cómicos como serios, bajos y elevados… no debe ser alguien completo, es preciso mostrar el proceso de formación, de cambios y adaptación a la vida.

 

 

  • Las acciones
  • Un cronotopo (tiempo y espacio)
  • Temática

 

Estas categorías de la novela toman diferentes formas en cada relato y generan relaciones singulares para organizar el esquema cerrado característico de cada obra. De una u otra forma, siempre existe un esquema en la novela, es decir, un modelo de relaciones entre sus términos, al que se denomina argumento, el cual ordena de forma específica los motivos o historia. Esto es sólo un humilde bosquejo de todo lo dicho acerca del género, sin embargo, es importante señalar que este intento de definición es adecuado sólo para algunas novelas, no para todas.

La novela es un género completamente libre, el cual evoluciona y no se consolida ni se decanta por un solo camino, pues su estructura varía y variará siempre. La novela hispanoamericana contemporánea es un buen ejemplo de esta evolución. Carlos Fuentes (2012) lo dice muy bien en La novela y la vida: “La realidad es un flujo de formas en perpetua transformación” (p.16), por lo que la ficcionalización de la misma resulta también algo bastante más complejo e innovador. La visión de la realidad se transforma y multiplica, deja de ser única y estricta en su clasificación; el punto de partida y los enfoques se escogen, al igual que la realidad que se quiere representar. Las perspectivas posibles ahora resultan ilimitadas y adquieren un carácter multidireccional, llevando al escritor y al lector de estas ficciones a un nivel más moderno de la escritura y la lectura.

Las llamadas escrituras del presente, como las denominará Josefina Ludmer (2010) en sus reflexiones, atraviesan las fronteras estipuladas por la literatura para el concepto de novela. Poco a poco, se advierte el cambio por medio del proceso de pérdida de la autonomía en la literatura por la forma en la que se desdibujan los campos autónomos de lo político, económico y cultural. Esto significaría el fin de las clasificaciones literarias, de las divisiones y oposiciones entre los críticos por establecer una etiqueta, ya que la literatura postautónoma no diferencia entre la buena y mala literatura, no existe tal cosa, pues son al mismo tiempo buenas y malas, son realidad y ficción. 

La novela hispanoamericana contemporánea sería entonces una experiencia verbal subjetiva pública de la realidadficción que construye el presente en un ambiente urbano latinoamericano, acoplando las experiencias expresadas de la inmigración y el subsuelo por medio de personajes que se definen afuera y adentro de estos territorios.

Estamos entonces ante una característica específica y recurrente en las novelas hispanoamericanas contemporáneas: la del sujeto intelectual (hombre de letras en su mayoría) que nos conecta con una parte de la realidad que dejó de ser ficción por un momento al describirla tal cual, mostrando algo al lector que no se hubiese tratado en las novelas de la autonomía. La realidad ha dejado de reproducirse simbólicamente porque ahora es una representación cruda y pura de la misma. El cómo el sujeto intelectual logra esta conexión entre la ficción y realidad se verá a detalle en la próxima columna con ayuda de algunos títulos que respaldarán el análisis.

 

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