Editorial

Las estrategias que usa el machismo para ejercer su violencia

#InPerfeccciones
Una cultura que impide a la mujer decir “no” a los demás es una cultura que le impide a la mujer decirse “si” a ella misma. 

 

 

 

Theo Laurendon
theolaurendon@inperfecto.com.mx

 

Una cultura que impide a la mujer decir “no” a los demás es una cultura que le impide a la mujer decirse “si” a ella misma. 

 

Todos nacemos en una cultura que no enseña valores, tanto de forma explícita como implícita. La cuestión es: ¿somos realmente conscientes de todos los valores y ideas que nos han inculcado desde que somos niños? Pues si bien muchas son muy válidas, otras muchas nos limitan pues no son más que prejuicios colectivos. Ideas preconcebidas que millones de personas repiten y repiten sin darse cuenta que lo hacen y sin haberse preguntado si valía la pena hacerlo.

 

Te pongo un ejemplo: a los hombres desde pequeño se les dice que tienen que luchar para conquistar lo que quieren. Está bien visto. Que hombre no ha soñado con ser un “triunfador”, alguien que logra crear su proprio camino a base de fuerza de voluntad?
En el caso de la mujer sin embargo no se le empuja a vivir así. Como mucho, (y no siempre) se le tolera que lo haga pero prácticamente nunca se le enseña a vivir la vida con esta actitud.

 

Para la sociedad es natural que el hombre se preocupe de él: que luche por su felicidad, que logre sus sueños. Y también es natural que no se tenga que encargar del problema de los demás.
Pero para la mujer el futuro no es tan fácil ni radiante: se le inculca de pequeña que la que tiene que encargarse de los demás es ella. Se le pone en sus hombros esta responsabilidad muy pesada y completamente injusta. ¿Porque injusta? Porque los problemas de los demás no dependen de nosotros. Ponemos ayudarles hasta cierto punto pero no somos responsable de ello. Y por otra parte porque el hombre no carga el mismo peso de responsabilidad que ella. Por ejemplo: a veces, en una familia con varios hijos, la que se tiene que encargar de los padres cuando envejecen es la hija. No lo hijos…
Y a la vez de esto se ve mal a la mujer que se responsabiliza de su vida y usa el poder de su libertad. Es una mujer “egoísta”. “Irresponsable”. Es decir, la mujer tiene que obedecer, servir. Olvidarse de ella misma. Y es que para el inconsciente colectivo de la psique masculina, que sigue en gran mayoría durmiendo en un espacio de inconsciencia en el cual lo “femenino”le parece ser ajeno, raro, molesto hasta peligroso y tiene por lo tanto que ser sometido, no ve de buen ojo esa libertad. Le asusta. Le da miedo porque el mismo no se deja vivir esta sensibilidad que lleva dentro, porque no sabe qué hacer con ella. “No puedo con mi parte sensible, la que sufre emocionalmente a veces” piensa el inconsciente colectivo del hombre. “Entonces mejor niego su existencia y me refugio en mi fuerza, me vuelvo menos sensible”. Y al negar esta parte femenina en el, el hombre la niego también fuera. Es decir niega a la mujer.

 

Primera ley fundamental del machismo (y gran sistema de manipulación colectivo sobre la mujer)

La mujer tiene que ayudar a los demás pero no ayudarse a ella misma. Tiene que ser empática con los demás y mimarlos pero no puede ni debe cuidarse de ella. Y si lo hace, se tiene que sentir culpable.

 

Segunda ley fundamental del machismo (y gran sistema de manipulación colectivo sobre la mujer): la mujer no debe decir “no” a los demás”.

 

Y duele darse cuenta que por muy empoderada que sea una mujer, la sigue persiguiendo la sombra de la culpa cuando piensa en pensar tiempo con ella misma, no ayudar, no apoyar etc. Tan grande es el peso oscuro de los prejuicios morales…y tan necesario es liberarnos, colectivamente, de ellos.

Un estudio reciente sobre los insultos hechos en contra de la joven Greta Thunberg en España demuestran que cuando una mujer se aleja del comportamiento que se espera de ella, esta automaticamente mal vista. Aqui lo dejo.

Feliz y liberadora reflexión…

Fuente: EL País

 

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