#InPerfecciones
Nuevamente vemos el nivel de la política nacional, esa política que copta instituciones mientras gritonea que la democracia gana.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
En México los Diputados y Senadores son una caja de sorpresas, no solamente militan, también legislan –dicen-, debaten, etc. sin embargo, en un episodio más del “reality” que se transmite por el Canal del Congreso, pudimos ser testigos de las aptitudes de los “profesionales de la política” para jugar rugby, y es que durante la toma de protesta de la ahora titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos Rosario Piedra, la energía acumulada por los legisladores tuvo su válvula de escape cuando los ánimos se caldearon al punto de pasar de las palabras a los hechos y dar una cátedra de comportamiento.
El motivo por el que se dio semejante “zafarrancho” fue por no quedar conformes después de las tres rondas de votación en las que se pretendió reponer el proceso de elección de Rosario Piedra, que no cuajó y al hacerla entrar al pleno para tomar protesta, la cuerda se rompió por lo más delgado. Gustavo Madero sube a la mesa directiva tratando de romper el cerco morenista que lo recibe con una técnica digna de la NFL para derribarlo y así acomodar, y levantarle la mano a Piedra Ibarra, mientras entre gritos, aplausos, consignas y demás linduras el opaco proceso de elección de Rosario Piedra se consumaba.
Nuevamente vemos el nivel de la política nacional, esa política que copta instituciones mientras gritonea que la democracia gana, al tiempo que se descalifica, se hace trampa, y el en caso de Morena, utiliza de forma aplastante la mayoría de la que tanto se jacta. Pero lo más lamentable no es la actuación de los legisladores que constantemente irrespetan el recinto legislativo con las prácticas a las que están acostumbrados, esas prácticas que mañosamente justifican con una interpretación muy a modo de la ley, no, lo lamentable es que la Señora Rosario Piedra se haya prestado al circo que representó su elección, el activismo, la dignidad y la congruencia quedaron de lado al aceptar ingresar al círculo del poder, ese círculo que tanto criticó precisamente por llevar a cabo semejantes prácticas de las que durante su toma de protesta formó parte mientras la llevaban de la mano y le decían que hacer y que decir.
La clase política en México tiene muchas facetas, pero sin duda la que causa más indignación es la que muestra bajo el doble discurso que por un lado presume de honestidad mientras que por otro lado no es capaz ni siquiera de organizar un proceso de elección claro y sin manipulaciones, insultando la inteligencia de todos al momento de justificar jurídicamente una mentira, un circo y los intereses partidistas de esa minoría que ladra en sus discursos pura demagogia para el pueblo mientras debajo de la mesa negocian lo que al final legislarán para que todos terminemos pagando. Esa es la cara de los políticos, la cara de la “ineptocracia” que ocupa las curules y se despacha con la cuchara grande.