#InPerfecciones
Es una pena que la ex ministra de la Suprema Corte de Justicia haya caído en el juego sucio del discurso político que deja de lado la correcta aplicación de la ley.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
El palmarés y credenciales de la ex ministra y hoy secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero representó en el momento de su anuncio y nombramiento no solo un hecho que históricamente tuvo un peso específico importante por el perfil que guardó durante mucho tiempo el encargado de la política interior del país. Sánchez Cordero –primer mujer en el cargo- destacó dentro del equipo designado por el Presidente bajo la presunción de formar parte de un equipo de “especialistas” muy capaces para ocupar cada encargo, algo así como los “magníficos” de López Obrador.
Con el paso del tiempo de la actual administración –hoy 11 meses-, la actuación y percepción de los integrantes de ese equipo de “profesionales” se subió de manera literal a la montaña rusa de la 4T, obviamente en muchos casos han tenido que ceñirse y soportar los altibajos que les ha representado tener que respaldar –como dice el manual- el discurso del Presidente, que, como hemos visto ha presentado bajas notorias. Carlos Urzúa y Germán Martínez han sido no solo bajas notables, sino que además con la exposición de sus motivos pusieron de manifiesto el lado flaco del discurso del Presidente en el que ha quedado claro que la discrepancia no tiene espacio, y mucho menos cuando exhibe la muy blandengue idea del anti neoliberalismo de la que se encuentra retacada la 4T.
Después de lo ocurrido en junio pasado cuando se conjuró la amenaza de Donald Trump sobre el aumento de aranceles con el que amenazó al Gobierno mexicano, la crisis institucional se puso manifiesto al haberse brincado la envestidura que representa la Secretaría de Gobernación al negociar el traslado de efectivos de la Guardia Nacional a la frontera sur mexicana para controlar el flujo migratorio, dejando en un segundo plano –nada digno- la presencia de Sánchez Cordero como actor determinante de la política interior nacional.
En ese momento se especuló ya con la renuncia de la secretaria de Gobernación debido al irrespeto que recayó sobre su embestidura, y realmente quizá hubiera sido buen momento para pensar en la dimisión al encargo para no esperar el fatídico acto con el que le da el espaldarazo al ahora Gobernador de Baja California Jaime Bonilla.
El asunto no es haberse presentado en la toma de posesión como representante del Gobierno Federal, el asunto es haber caído en el doble discurso donde por un lado señala que la extensión del mandato es inconstitucional para posteriormente señalar ante la grotesca carcajada de Bonilla que la “norma va a pervivir” dejando claro que el periodo de cinco años – y no de dos- quedará como precedente –y ejemplo- de la manipulación de la ley.
Es una pena que la ex ministra de la Suprema Corte de Justicia haya caído en el juego sucio del discurso político que deja de lado la correcta aplicación de la ley. ¿dónde quedó Olga Sánchez Cordero? ¿dónde quedó ese miembro destacado que tanto presumió el Presidente para hacer cumplir la ley? ¿le va a ayudar al Presidente a levantar la cara que se le iba a caer de vergüenza?.