Editorial

De la noche de los muertos y brujas y nuestro mundo interior

#InPerfecciones
Cada año celebramos el Día de muertos (tradición mexicana), el  Halloween (tradición norteamericana), el Samhain (tradición celta). ¿Qué es lo celebramos en estas fiestas?

 

 

Alix salas
Al_ix_29@hotmail.com

 

 

Cada año celebramos el Día de muertos (tradición mexicana), el  Halloween (tradición norteamericana), el Samhain (tradición celta). ¿Qué es lo celebramos en estas fiestas? Recordamos a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros, y tal vez nos visiten… Reconocemos que aunque hay un cielo y un inframundo aún hay espíritus que vagan en la tierra, que siguen entre nosotros los vivos porque tienen “asuntos sin resolver”. Son los espíritus que nos causan miedo, de los cuales a lo largo de la historia nos hemos protegido con luces, lámparas, velas, las cuales podían adoptar la forma de nabo o calabaza. 

No es coincidencia que esta noche tan peculiar ocurra justo hacia la mitad del otoño, estación del año que antecede la noche más oscura del año: el solsticio de invierno. Este Día de muertos o Samhain también coincide con el final de las cosechas. Los días entonces  son más oscuros, se vuelve necesario prepararse para el frío que está por venir, distribuir bien los alimentos pues no habrá más cosecha, y cuidarse de los espíritus que vienen con el tan característico viento de otoño.

Sabemos que el otoño, en un nivel psicológico y del mundo interior, representa ese retraimiento hacia uno mismo. Al igual que las hojas de los árboles, el otoño simboliza el dejar atrás aquello que ya no nos es útil: un rencor, enojo, timidez, desidia, etc. Es la estación que simboliza ese trabajo interior necesario hacer para liberarnos de aquellos aspectos (sombras, defectos).

El Día de muertos, Halloween, Samhain, son el “momento culmen” del otoño, pues representa la muerte definitiva de aquello que lentamente se fue acabando desde el comienzo de la estación. A pesar de tratarse de la muerte, suele ser una fiesta muy celebrada en diversas tradiciones, incluso puede llegar a ser alegre. ¿Por qué habría de causarnos alegría la muerte?

Es la alegría de que por fin nos hemos liberado de aquello que cargábamos y solo nos causaba pesar, solo nos agotaba. Celebramos que hemos dejado atrás ese lastre que veníamos arrastrando sin darnos cuenta. ¿Cómo es esto?

 Es como si los espíritus que corren por las calles dándonos sustos fuesen nuestras propias sombras o fantasmas, nuestra propia oscuridad. Según las tradiciones, a los espíritus se les aleja con velas, con luz, la cual sirve al mismo tiempo para guiar a los buenos espíritus, tal vez a nuestros seres queridos. Esas lámparas son nuestra propia luz interior, es la conciencia que nos permite ver, trabajar y liberarnos de lo no nos es útil, es la luz interior que nos guía en el camino que recorremos en la vida. 

Es así como podemos celebrar esta fiesta con alegría, en nuestro mundo interior.