Editorial

Qué triste fue decirnos adiós

#InPerfeccciones
Esperemos que José José, ya descanse en paz, ahora sí, sin dolores físicos ni del alma, esa que ofrecía en cada presentación y que se le fue escapando con cada traición

 

 

 

Firenze Genis
editorial@inperfecto.com.mx

 

 

 

Ahora que hemos sido espectadores de una situación dolorosa como lo fue la muerte del “Príncipe de la canción”, pero sobre todo, de la rebatinga que hay desde sus restos hasta sus bienes, me atrevo a pensar que estos últimos son los que más preocupan a sus herederos,  y ¡cómo no! si las regalías que se están generando por la venta de sus canciones, ya sea por los medios tradicionales o a través de los digitales, producirán importantes cantidades.

Sabes lo que dicen por ahí, que José José  poseía algunos bienes raíces que maneja la familia de su esposa, cabe decir, pobre ruiseñor lo han sometido.  Creo que José José, se conformó con un poco de amor, pero una vida de trabajo, con claroscuros, caídas y recuperaciones, no fue lo suficientemente  grande para brindarle un equilibrio y la relativa felicidad a la que los humanos aspiramos.

A través de las noticias de los espectáculos, de las secciones de los periódicos dedicadas a estos temas y de la serie de televisión que presentó una conocida plataforma, nos hemos enterado de su vida, real o de novela supimos de sus padres, de sus sufrimientos infantiles conviviendo con un padre alcohólico, de su afición por la música desde temprana edad, sus amores y desamores, de los éxitos y de su intensa carrera, nos dejaron ver que nunca faltó quien se aprovechara y lo despojara del producto de su trabajo.

Pobre tonto, ingenuo y confiado, actuó de buena fe pero se equivocó de personas, depositó su confianza, amor y amistad en quienes no lo merecían, lo engañaron y su trabajo benefició a terceras personas y ahora, ya ausente de esta vida, sus restos son motivo de discordia, que si allá, que si aquí, que si se homenajeará en cuerpo presente o únicamente ante sus cenizas. 

Esperemos que los hermanos lleguen a un acuerdo,  y que la extraña conducta de su hija Sara, despeje incógnitas sobre el fin de nuestro querido Príncipe, esperemos que José José, ya descanse en paz, ahora sí, sin dolores físicos ni del alma, esa que ofrecía en cada presentación y que se le fue escapando con cada traición.

Ni José Joel ni Marisol, los hijos mexicanos, pudieron despedirse de su padre, sobre esto no podemos expresar opiniones, si lo buscaron, si no lo hicieron, si se les negó el verlo o si les faltó carácter para exigirlo por la vía legal, no es tiempo de manifestarnos, ya lo pasado, pasado, no nos interesa.

Si llega a México, recibirá el cariño de sus admiradores, de quienes lo amaron a distancia, de quienes siguieron su trayectoria, de quienes le lloran desde el 28 de agosto, de quienes le hicieron un homenaje en Clavería, su amado barrio juvenil.

Hasta el Presidente de México intervino.  dijo que habrá un avión dispuesto para trasladar sus restos.  En fin, si llega o nó, ya no es, ya no existe; José José, vivirá en sus interpretaciones, cada una de sus canciones nos lo recordará y nos hará pensar en aquel hombre que dio todo de si, y que murió lejos, enfermo y sin voz, y tal vez solo o asistido por extraños, él que le cantó al amor, quizá se preguntó en el último momento  “¿donde está el amor, alguien lo ha encontrado por favor o no? …..si me escuchas, si me puedes ver, no me cierres tu guarida, llena un poco de mi vida, llena un poco de mi ser.

¡Descansa en paz Príncipe de la canción!

 

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