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Este día del abuelo, hablaremos acerca de la importancia de estos en el México prehispánico, la cual es sumamente grande.
Marto GoAg / @MartoGoAg
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¡Feliz Día del Abuelo! A todos los abuelos de México, y para todas las personas que lean esta nota vayan y feliciten a su abuelo, ya que los abuelos tienen una gran importancia, son identificados como un símbolo de experiencia, de fuerza y de consejo, sin embargo esto fue así muchas veces en las culturas pasadas.
Para empezar hablaremos un poco de los abuelos y la vejez en la sociedad de Tenochtitlán, con los aztecas, ya que la vejez se alcanzaba a los 52 años, cuando se cumplía un siglo, transcurridos 52 vueltas del ciclo de 365 días y 73 vueltas del calendario adivinatorio.
Cuando se comenzaba esta edad en Tenochtitlán eras respetado por la comunidad y se eximían de muchas responsabilidades y obligaciones que debían cumplir como jóvenes y adultos, por ejemplo, ya no pagaban tributos, sus consejos eran considerados como sabios y podían consumir la bebida de los dioses, o mejor conocido como el pulque.
Al contrario de lo que pasa en la sociedad actual, cuando se cumple una edad avanzada, sutilmente se excluye de la sociedad, ya no hay tanto voz ni voto por la gente mayor, sin embargo, con lo aztecas esto era lo contrario, los viejos tenían una vida activa en la política de los Aztecas y tenían la tarea de concertar matrimonios, ceremonias religiosas e interferir en asuntos del trabajo, familia y la guerra con sus consejos.
Fray Bernardino de Sahagún se refirió a los ancianos aztecas como: El viejo es cano, tiene la carne dura, es antiguo de muchos días, es experto, ha experimentado muchas cosas; ganó muchas cosas por sus trabajos. El buen viejo tiene fama y honra, es persona de buenos consejos y castigos; cuenta las cosas antiguas y es persona de buen ejemplo.
Los calpullis, barrios de la administración citadina mexica, era gobernado por un consejo de ancianos, los cuales se llamaban Huehues, viejos con injerencia dentro de la jurisdicción civil y criminal y decisiones que atañen a sus calpullis.
Los viejos del calpulli, los calpulhuehuetque, participaban en las ceremonias religiosas y se les consultaba en relación a los asuntos importantes que afectaban al barrio.
Cuando eran nombrados los tlatoanis, el jefe máximo de los mexicas, asistían los tecuhtlatoque, los soldados viejos y los ancianos no miliares.