#InPerfecciones
Al final del día después de un discurso de felicidad, lo más interesante y revelador es la reyerta por el control del Senado.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
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En realidad todo marchaba con normalidad durante la mañanera presidencial del día de ayer, la misma velocidad, la misma somnolencia, la ya tradicional consigna sobre los conservadores y el “somos diferentes”, hasta que el tiempo se detuvo –todavía más- cuando al hacer referencia sobre el informe de gobierno el Presidente señaló convencido que “el pueblo está feliz, feliz, feliz, hay un ambiente de felicidad, el pueblo está muy contento, mucho muy contento, alegres”, y está claro que nadie pudo evitar fruncir el entrecejo con aquella frase digna de incluirse en una canción interpretada en la próxima producción discográfica de la auto proclamada “No Primera Dama de la Nación” Beatriz Gutiérrez Müller.
Irónicamente es imposible dejar de preguntarse de manera hilarante ¿de que país estará hablando el Presidente?, porque con eso de que a los políticos les encanta llenar sus discursos con frases inacabadas como esa de “primero los pobres” donde queda abierta la posibilidad de preguntarse ¿primero los pobres que?, o quizá el Presidente no tuvo oportunidad de enterarse de las manifestaciones del viernes pasado, o quizá no ha tenido la oportunidad de ir al supermercado últimamente para darse un “quemón” de a como está el encarecimiento de la vida, sin embargo, podemos verlo desde la óptica de que podríamos estar peor y por este simple hecho es mejor estar feliz que preocuparse por culpa de esa bola de amargados que protestan por la seguridad, y mejores condiciones laborales, mejor atención médica, o mejor abasto de vacunas.
El caso es que mientras tratábamos de decodificar el mensaje de felicidad del Presidente, la confrontación por el control de la Mesa Directiva del Senado de la República se puso buena, interesante, e intensa. La disputa quedó de manifiesto el día de ayer cuando el Senador Ricardo Monreal aplicó aquella de “no contaban con mi astucia” y dejó sin posibilidad de reelección al frente de la Mesa Directiva al Senador Martí Batres al convocar al Partido Encuentro Social a votar, dando por resultado que la Senadora Mónica Fernández obtuviera el control para beneplácito de Ricardo Monreal.
Con esta reyerta entre camaradas de partido por el control de la Mesa Directiva del Senado podemos advertir que la “felicidad” al interior del Movimiento de Regeneración Nacional no lo es tanto, eso de la unidad es solo parte de un discurso fachada, sin embargo, nada de esto –nuevamente- debería causarnos sorpresa. Los antecedentes perredistas y priistas que tienen propios y extraños dentro de MORENA solo traen a escena una película de lo que son los partidos políticos de los que emanan estos personajes que ahora se tildan de tramposos, traidores, facciosos, incapaces etc. pero eso si, ahora muy diferentes, y en la histeria por demostrar que sus procesos democráticos son totalmente legítimos, lejos de eso solo dejan claro que lo mismo dar ser de aquí o de allá porque la felicidad está en el control del poder.
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