Editorial

El país en donde la tranquilidad… se perdió

#InPerfecciones
¿Qué es lo que pasó? y ¿Cuándo paso?. La seguridad y tranquilidad ha quedado rezagadas para darle paso a la intranquilidad, en donde inocentes y criminales pagan el plato roto de la inseguridad.

 

 

Miguel Angel Millán Cancino / @MiAngel_Millan
miangel.millan@inperfecto.com.mx

 

El fenómeno de la migración y la sumisión ante los intereses del Gobierno de los Estados Unidos y de su presidente Donald Trump no son los únicos puntos en los que la llamada Guardia Nacional nacen, sino ante la creciente ola de inseguridad que se vive en el país, que no es una novedad claramente, pero que a los últimos meses ha ido en ascenso y sin una figura que los detenga.

 

¿Qué es lo que se debe de hacer con los grupos delincuenciales que violentan la paz de los mexicanos y de las mexicanas en tránsito?

Esa es una de las grandes preguntas que parece que, nadie tiene respuesta. Siendo uno de los temas más sonados dentro de la percepción de la sociedad, pero también en las agendas de gobierno y legislativas en donde, es una preocupación que ya ha alcanzado a todos los niveles.

 

 

Pero por lo pronto, nos podremos preguntar, ¿qué se hace para detener la violencia?

Esa quizá sea la pregunta más crítica de todas, porque justamente parece no haber una táctica más allá de la Guardia Nacional, ya que parece que la violencia se ha apoderado de todos los niveles que nos han sitiado a todos en un estado de negación o de paranoia, claro, éste último en nosotros los de a pie, que si transitamos todos los días para ganarnos el pan de manera honrada.

¿Cuáles son las auténticas facultades de la Guardia Nacional? Por el momento solo el control del tráfico de migrantes y la contención en algunas zonas en donde han sido enviados, pero la muerte de personas en tránsito por México proveniente de centroamérica, el asesinato de un niño de 8 años en Neza, el secuestro de estudiantes sea por quien sea, es una muestra de que nos alcanza.

 

Justamente el problema de la inseguridad se está prestando en todos lados, siendo así, que las balaceras inician a acontecer en los lugares más cercanos a nosotros, desde los vecinos, hasta los grandes centros comerciales que tienen seguridad pero que en las calles hieren a personas, los casos dejan de ser aislados para que todos iniciemos a pensar en que conocemos un lugar o a alguien que ha vivido de cerca cualquiera de los conatos.

La improvisada agenda de seguridad nos deja ante la obviedad que el crimen va ganando al Estado, dejando un espacio de ingobernabilidad, que por más que se niegue y se tengan otros datos, vemos que los demonios andan sueltos.

 

Pero, ¿quién soltó a los demonios?

No lo sé, ni puedo suponer. Lo que si tengo claro es que los demonios nos ha ido sitiando en lugares en donde nos sentimos cómodos o seguros, en las casas, aprovechando ellos para ir gobernando y mandando mensajes.

Pero algo que como sociedad no nos podemos permitir, es asinarnos y entrar en un gueto del que no podamos salir por el pánico que nos han ido causando, como al más puro estilo de cualquier película en donde se hable de la fiesta gringa del Halloween, en donde mientras lo fantasmas se apoderan de la calle para masacrar a quien se encuentre, muchos en rezos, encierros y con cruces debajo de la almohada vivan con el miedo constante hasta el amanecer en donde nos sentimos seguros.

 

La gran diferencia, es que ahora nuestra sociedad vivirá con armas de todo tipo o incluso a la defensa todo el tiempo, porque el miedo es real y no hay acciones concretas que nos hagan poder tener la certeza.

Será que el Señor Durazo o el Señor Orta en el Gobierno Federal y de la Ciudad de México respectivamente, ¿hagan algo ya? Porque los casos pasan, aumentan y las declaraciones triunfalistas no faltan, pero la gente sigue muriendo, secuestrada, asaltada, golpeada, por accidente o por alevosía.

 

México, no caigamos en el papel de ser los que se encierran, porque ese puede ser el objetivo, en las calles la porquería se gesta, no seamos participes desde la oscuridad, no caigamos en la violencia generada también del miedo, un miedo latente, que créanme también tengo, sería muy tonto no sentir temor, pero no quiero caer en la paranoia.

Presidente y todos los órganos de seguridad, no dependan solo de la Guardia Nacional, para hacerle frente al crimen se necesita de una estrategia, que claramente no tienen, y si no pueden y no quieren renunciar, pidan ayuda entonces, no por orgullo le hagan más daño a las calles.

 

#InPerfecto