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Un tipo de violencia silenciosa es la violencia económica, muchas veces no necesitas de golpes, insultos, pero es una manera tan común de generar dependencia en la otra parte.
Marto GoAg / @MartoGoAg
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Existen muchos tipos de violencia, la violencia física, psicológica o sexual, las cuales son más conocidas, pero hoy en día existe un método aun más silencioso de violencia en la cual no es necesario ningún contacto físico o golpe, ningún grito, insulto o cualquier otra cosa, este tipo de violencia es la económica la cual puede generar una gran dependencia de la victima hacia el agresor.
Según la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia define la violencia económica como “toda acción y omisión del Agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas”.
Este tipo de violencia se caracteriza porque por lo general, una de las partes, o el agresor prohíbe a la victima que trabaje, se apropia y administra el sueldo del otro, no cuenta con acceso a las cuentas bancarias o tiene que dar explicaciones de todo lo que gasta.
Normalmente e presenta cuñado una de las partes aporta el cien por ciento del gasto familiar y la otra parte desempeña el labor domestico, la parte agresora pide explicaciones de los gastos y puede amenazar a la otra parte si usa el dinero de otra manera.
Puede suceder también cuando una de las partes trabaja y percibe un ingreso, pero se las arregla para quedarse y administrar el sueldo de la víctima, y en estas ocasiones sustrae el dinero del otro con chantajes y engaños.
También se puede dar en el divorcio, cuando una de las partes se niega a dar pensión alimenticia o la ofrece a base de chantajes, y esto suele estar relacionado con la custodia de los hijos.
La violencia económica puede afectar tanto a hombres como mujeres, sin embargo a nivel nacional, el 36 por ciento de las mujeres han manifestado haber recibido reclamos por la manera en que gastan el dinero, esto según cifras de la última encuesta sobre Dinámicas de las Relaciones en los Hogares del INEGI, 24.8 por ciento de las mujeres señaló que su pareja les prohibió trabajar o estudiar y el 21.9 por ciento señalo que aunque sus parejas tienen dinero, no les brindan el suficiente para sus necesidades.
