Editorial

PROVOCADORES ESTILO 4T

#InPerfecciones
El síndrome del provocador empoderado con licencia para legislar no solo causa risa, causa preocupación.

 

 

Carlos Rosas C.   / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

Sin duda a la hora de opinar a nadie le gusta parecer ingenuo o ignorante, desde luego la pretensión nunca será quedar en ridículo ante la mirada inquisitiva de los demás, es simple, de lo que se trata es de dar la imagen de ser un alma inteligente que ha postrado los pies sobre la tierra –siendo un poquito sarcásticos-.

 

Dentro del universo de personajes que conforman lo se ha tenido a bien llamar la “cuarta transformación” encontramos de todo, pero ojo, nada nuevo, solamente hay una reubicación de elementos que por su desempeño en muchos casos el simple hecho de recordarlos resulta un acto lamentable. Pero este tema parece no importar mucho cuando lo que se ha pregonado es que la figura moral de la cabeza del ejecutivo será el ejemplo lo suficientemente potente para redimir y hacer cambiar a los antiguos “pecadores políticos”.

 

Ahora bien, el hecho de que el Movimiento de Regeneración Nacional tenga mayoría en las cámaras y un empuje casi juvenil que le ha alcanzado para rescatar y dar vida nueva a muchos elementos que parecían estar al borde de la fosa, y que ahora se suman con toda esa experiencia adquirida durante esos años en el priismo, el perredismo, panismo, etc. para aportar –ya sin dolo- su granito de arena para “ahora si” arreglar lo que durante muchos años se encargaron de “desmadrar”, con la tranquilidad de que lo hecho con anterioridad quedará en el olvido del perdón político que desafortunadamente no es más que una cara diferente de la corrupción que se pretende erradicar.

 

Las atribuciones que se llegan a tomar debido a ese sentimiento de cobijo de la figura presidencial y el auténtico “no somos machos pero somos muchos” se ha convertido en un síndrome que va permeando nuevamente en la clase política que comienza a encaramarse en su posición alardeando de ese poder. Es el caso del Senador, actor, coleccionista y político extravagante Félix Salgado Macedonio, que ha olvidado que el correcto y sano desempeño de la República tiene su base en la separación de poderes.

 

Con declaraciones como “nosotros tenemos la facultad de quitar o poner”, que en el marco de la aplicación  de la ley de remuneraciones que ha levantado ámpula en la Suprema Corte de Justicia por la lluvia de amparos en contra de ésta ley, ha desatado una profunda coyuntura donde la amenaza de Salgado Macedonio de proponer la desaparición de la SCJN en caso de no ceñirse al mandato u orden –como se le quiera ver- de ganar menos que el presidente, invita necesariamente a pedir al senador aplicar la máxima de “no me ayudes compadre”, porque además de hacer el ridículo, hace gala de desconocimiento constitucional, y deja claro que es uno de esos especímenes portadores del síndrome del provocador empoderado con licencia para legislar. De estos políticos ruidosos que hacen más alharaca que trabajo legislativo es de lo que se tuviera que prescindir si es que lo que se busca es solidez y certeza política en México.

 

#InPerfecto