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ESPECIAL DE ARQUITECTURA. GEOMETRÍA Y NATURALEZA

 

#Arquitectura

La relación del mundo con lo que hace el hombre dentro de sus límites ha quedado registrado y se ha transmitido a lo largo de la civilización y que nos ha dado el conocimiento para lograr las hazañas y hasta los grandes errores que hemos cometido.

Carlos Rosas C.   

carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

Platicamos en la anterior entrega sobre esos pormenores a la hora de hacer crítica de arte según nuestra percepción, y pudimos darnos cuenta si es que hicimos el ejercicio critico personal que de arte sabemos muy poco, que lo apreciamos con cierto desdén como si fuésemos como esos grandes curadores de exposiciones que con los ojos cerrados podrían reconocer un “Renoir” por el puro olor.

 

Ésta semana para irnos adentrando en el conocimiento previo y del cual echa mano la arquitectura, les traigo un artículo que la extinta revista “SABER VER” que durante los años 90 fue un referente de la difusión del arte en México y que quienes tenemos la fortuna de conservar algunos números de verdad son dignos de difundir.

 

“Geometría y Naturaleza” que es el título de éste artículo dará pié al ensayo de “Arquitectura y Naturaleza”, que espero nos vaya sensibilizando a todos para tener elementos con los cuales no solo criticar, sino, poder apreciar con un ojo más educado no solo el mundo que nos rodea sino las creaciones que emanan de nuestra mano y de la mano de otros que como nosotros gustan de concretar materialmente lo que ocurre en el mundo de las ideas.

 

GEOMETRÍA Y NATURALEZA

 

Hace aproximadamente 2,500 años científicos y filósofos concibieron la idea de que el mundo era una esfera; sin embargo la idea más o menos circular del mismo con todas sus limitaciones conceptuales de territorio y falta de conocimiento real de lo que conformaba el mundo terrestre, ya existía en la astronomía babilónica (en Mesopotamia) y por transmisión anónima (en aquella época se creía que todo conocimiento procedía de los dioses y los escribas rara vez solían firmar los textos científicos) viajó a Egipto, después a Grecia y a otros sitios contribuyendo a establecer los fundamentos de la ciencia moderna.

 

 

Son miles y miles de años los que ha tomado ésta difícil sucesión de metódicos estudios (averiguaciones, revelaciones, experiencias, estimaciones, cálculos, desviaciones, mitos y filosofías) en el transcurso de la aventura humana (sus muchas culturas propias, próximas o lejanas, conocidas o desconocidas. Orientales y occidentales) y es ahora en nuestro siglo, cuando vemos y vivimos fascinantes escenas; tomas fijas o en acción y a todo color, no de la tierra sino también de las estrellas y de los demás planetas. La mayoría de ellos vistos en su constante movimiento en una fascinante multiplicidad circular.

 

Se sucedieron visiones imaginativas, posturas religiosas y estudios científicos, pero fue hasta el 23 de agosto de 1966 cuando gracias al satélite norteamericano lunar Orbiter I que la idea de la tierra física, circular y esférica que se vería avalada además por fotografía (desde la distancia de la luna). El 21 de diciembre de 1966 los astronautas que iban a bordo del cohete estadounidense Apollo 8 fueron los primeros en ver con sus propios ojos el extraordinario espectáculo de la tierra sobre el horizonte lunar. La tierra es vista desde la luna por nosotros mismo. El acto de ver se ha invertido.

 

 

Desde que el hombre comenzó a vivir en tribus la observación del cielo fue parte de su vida. De punta a puna del horizonte la tierra se veía rodeada por el azul celeste, omnipotente. Se presentía entonces que el cielo afectaba la vida terrestre, no era una coincidencia que ciertos fenómenos celestiales y determinados acontecimientos terrestres sucedieran de manera paralela, eran pronósticos de la naturaleza que se fueron asociando no solo para determinar no solo los calendarios solar y lunar, sino las épocas propicias para la caza, la siembra y la cosecha con sus ritos (donde la sabiduría y lo místico fueron uno) y sus presagios.

 

 

Con cada cultura los cielos se vieron gradualmente poblados de embrolladas jerarquías de seres celestiales. Cada civilización creó su propia cosmogonía que los observaba afectando su vida cotidiana: sus costumbres, su lenguaje y las artes. Igualmente la obtención de conocimiento varió en cada cultura.

 

 

En babilonia ya se conocía algún sistema de regla para medir, que el tiempo después se bautizó como teorema de Pitágoras. Este teorema se encontró en tabletas de arcilla provenientes de la antigua Babilonia donde figuran textos matemáticos. Mientras que en Mesopotamia evolucionó considerablemente el conocimiento de las ciencias, en Egipto, debido a las necesidades del entorno, se enfocaron sobre todo en su aplicación práctica. Los progresos científicos alcanzados tanto en Mesopotamia como en Egipto fueron la base del posterior desarrollo de la ciencia Griega clásica.

 

 

Alejandro Magno (356-326 a.C.) fue educado por el filósofo griego Aristóteles (388-322 a.C.) y por su formación estimuló la búsqueda de conocimiento. Durante sus viajes de conquista se hacía acompañar de los mas distinguidos médicos, zoólogos, filósofos, astrónomos y cartógrafos quienes mantenían informes precisos de hechos diversos.

 

 

Tolomeo Sotero quien gobernó en Egipto tras la muerte de Alejandro Magno, fundó de Alejandría la gran Biblioteca Real en el siglo III a. C. Hasta su destrucción, siete siglos más tarde ésta fue el cerebro y el corazón del mundo antiguo. Allí se establecieron las bases del estudio sistemático, de la s matemáticas, la física, la biología, la astronomía, la literatura, la geografía, y la medicina; no solo habría de competir en importancia, en cierto momento con la biblioteca de Pérgamo, en Anatolia (hoy Turquía). En la de Alejandría se llegaron a reunir 700 mil obras, en forma de rollos de papiro copiados a mano, fue construida y sostenida por los tolomeos, reyes griegos que heredaron la porción egipcia del imperio de Alejandro Magno.

 

Para Alejandro Magno y su sucesor Ptolomeo Tolomeo Sotero, China y América no existían, tampoco parte de África y Europa. Esos “universos” desconocidos debido a la ignorancia fueron apareciendo gracias a la aventura, la ambición, la necesidad y la invención. Por eso es interesante y a veces hasta divertido observar las múltiples versiones de mapamundis y planos territoriales que a lo largo de los años se han dibujado, corregido, admirado, y aumentado para diferentes usos: conocimiento de la expansión y administración de un imperio, actividad bélica, navegación, comercio, agricultura, conocimiento de la flora y fauna… muchos de ellos se hicieron superando infinidad de limitaciones tecnológicas y con recursos escasísimos, abrazados por la fe y la tenacidad del ser humano de encontrar su lugar en el universo y ampliar el conocimiento del mismo.

 

 

En nuestra siguiente entrega nos ocuparemos propiamente ya de la arquitectura y como y su relación con la naturaleza, para irnos adentrando en este apasionante tema del conocimiento de todo lo que tiene que ver con la arquitectura. Saludos y tengan excelente semana.

 

#InPerfecto

FUENTE

“SABER VER Lo contemporáneo del arte”

Nº 11 JULIO-AGOSTO 1993

Fundación Cultural Televisa

PÁG. 8-25

ISSN. 0188-6819