#Cultura
Les voy a dar un ejemplo de una de las culturas que fue destruida con mucha saña por los hispanos y ahí se van a dar cuenta de la superioridad de armamento que traían a comparación de los que tenían nuestros antepasados.
Raúl González
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MAH CUALLI TONALLI (BUENOS DÍAS)
Como recordarán en el artículo anterior les comenté que íbamos a abordar el tema de la invasión en el México prehispánico.
Anáhuac era como se le conocía a lo que hoy es la República Mexicana, y su significado en náhuatl es: atl (agua) y nahuac (rodeado), es decir rodeado de agua.
Cuando llegaron los hispanos lo que hicieron fue destruir varias culturas que existían a lo largo y ancho de lo que era él Anáhuac, hoy en día en varios estados de la República Mexicana todavía existen zonas arqueológicas de esa época, algunas muy bien conservadas y otras en mal estado, de alguna manera los lugareños siguen preservando su cultura.
Les voy a dar un ejemplo de una de las culturas que fue destruida con mucha saña por los hispanos y ahí se van a dar cuenta de la superioridad de armamento que traían a comparación de los que tenían nuestros antepasados.
El 13 de agosto de 1521, cae la ciudad de México–Tenochtitlán después de 80 días de asedio; el Señor Cuauhtémoc es tomado prisionero.
Muchos investigadores como historiadores utilizan mucho la palabra conquista; sin embargo mi punto de vista muy particular, para mí fue una invasión en toda la extensión de la palabra, ya que mientras los hispanos utilizaban cañones, arcabuces, ballestas, sables y lanzas de acero forjado, caballos y barcos etc., nuestros grandes guerreros manejaban la macana (macahuitl), que tenía puntas de obsidiana por ambos lados, lo mismo las lanzas su punta era de obsidiana, arcos y flechas, y así podría darle más ejemplos pero no es el caso hacer comparaciones de esa masacre donde murieron miles y miles de seres, a eso se le llama genocidio y fue casi en todo el Anáhuac. Asimismo llegaron a imponernos varias cosas, entre ellas la religión, con base en la crueldad y el temor, hablaban de un dios de amor.
En las cartas de relaciónes que Hernán Cortes le envió a su rey Carlos V, nos describía así: indios barbaros, indios sucios o cochinos e ignorantes. Que no nos merecíamos nada, y hasta la fecha después de casi 500 años nos seguimos creyendo todo eso.
Estábamos más avanzados que ellos en muchos aspectos, por ejemplo: mientras en varios países de Europa todavía tiraban por la ventana los orines y la suciedad, aquí en cambio había baños públicos, habían temazcales, escuelas para hombres y mujeres, escuelas de canto y danza etc.
Había arquitectos, ingenieros, médicos, astrónomos, músicos, cantores, filósofos, matemáticos, escultores, tlacuilos (pintores), orfebres etc.
Somos un pueblo muy especial en todos los aspectos, es el momento de retomar nuestras raíces y buscar en ellas nuestra identidad como mexicanos, no tenemos porque estarles copiando a otros países sus formas y sus raíces cuando nosotros tenemos una riqueza ancestral hermosa.
TLAUILCUAUHTLI
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