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MONEDA NACIONAL MEXICANA CONMEMORTIVA JUEGOS OLIMPICOS

1968, EN LA MEMORIA DE MÉXICO

 

Eduardo Morales

dorado.deportes@inperfecto.com.mx

 

 

El 18 de octubre de 1963, el mundo se enteró que México sería sede de los Juegos de la XIX Olimpiada.   A partir de ese momento, el Gobierno y algunas de sus Secretarías, iniciaron los trabajos y la planeación de este acontecimiento deportivo, que se llevaría a cabo cinco años después, en 1968.

El 23 de diciembre de 1966 y para conmemorar el acontecimiento, se publicó un Decreto a través del cual el Congreso de la Unión aceptaba acuñar una moneda de plata con valor facial de veinticinco pesos de circulación corriente.  El tiraje inicial planeado, fue incrementándose  con el paso de los meses, hasta convertirse en una enorme emisión de estas piezas.

El escultor Lorenzo Rafael, creador de un sinfín de diseños y grabados de piezas numismáticas, se encargó del diseño del reverso, para el cual propuso un motivo que hiciera alusión a un jugador de pelota prehispánico; debería estar también, desde luego, el emblema de los aros olímpicos, mismos que copió de un sobre, el Comité Organizador.

Anverso
El Escudo Nacional con el águila de perfil hacia la izquierda, en semicírculo la Leyenda “Estados Unidos Mexicanos”, y las inscripciones “25 Pesos” a dos renglones; de lado derecho a tres renglones: “Ley / 0.720” y la ceca “Mo”.

Reverso
La representación de un jugador de pelota y detrás de él, un trazo representando el campo de juego; en la parte inferior, los cinco aros entrelazados del emblema olímpico y rodeando casi toda la pieza la leyenda: “Juegos de la XIX Olimpiada México 68”.

La moneda pesa 22.5 gramos y tiene 38 milímetros de módulo. En el canto, la leyenda “Independencia y Libertad”.

Miguel L. Muñoz, nos cuenta LA ANÉCDOTA: “Oportunamente se hicieron los troqueles y se acuñaron las primeras monedas. Cinco de esas fueron entregadas, como es costumbre, al Banco de México, cinco más a la Sría. de Hacienda y otras cinco a una oficina superior.   Como estas monedas estaban en una bolsa de celofán, el fabricante de dichas bolsas solicitó 25 piezas para probar sus máquinas.   En total, salieron cuarenta monedas…

REl Comité Olímpico pronto notó que el emblema de los cinco aros entrelazados no estaba correcto.  Pues resultó que el diseñador tomó en consideración la curvatura de la moneda y movió los aros para que se adaptara mejor a éstas.  Debido a este ‘error’ se decidió recoger las cuarenta monedas para ser fundidas con las otras en la Casa de Moneda e inutilizar los cuños con este ‘error´…

Cuando se solicitó a las varias personas que habían recibido estas primeras monedas que las regresaran, la mayoría lo hizo.  Sin embargo, después de varios días aún faltaban seis de ellas (de dos oficinas diferentes).   Unos días más tarde, solamente dos monedas estaban pendientes y aproximadamente una semana después, faltaba una moneda.

La persona que la había recibido, ni residía en México, ni es mexicano.   Cuando se le insistió que regresara dicha moneda, simplemente contestó ‘la perdí’.

La Casa de Moneda de México recibió instrucciones de acuñar toda la moneda que se pudiera con los troqueles fabricados con este ‘error’.   Así es que la moneda extremadamente rara y en realidad la moneda que iba a ser única se convirtió en un miembro de una familia…” 1   ¡De casi 30 millones de piezas!

 

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