#Sexualidad
Rosario Aguilar.
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En el antiguo Egipto la sexualidad también es todo un tema, el baile sexual fundamento importante para complacer al hombre egipto, las mujeres preparaban sus vestidos con redes de pesca y adornaban con cuentas de barro, su maquillaje intenso resaltando la belleza. Las “prostitutas sagradas” egipcias eran las más aceptadas en la sociedad, debido a que se les consideraba muy cercanas a deidades como Bes, cuya función era salvar a los niños de cualquier mal y peligro, además de que se asociaba con el amor y placer; o Hathor quien fuera diosa de las artes musicales y el amor.
Para poder ser una bailarina sexual, debían ser vírgenes. Aunque al principio sentían miedo, era una actividad que poco a poco disfrutaban e incluso, hacían lo posible por no embarazarse y seguir disfrutando de su libertad sexual. Sin embargo, si alguna de ellas era fecundada, había mayor felicidad, puesto que el embarazo y posteriormente el parto, eran estados sagrados para las mujeres protegidas por diosas como Isis, Neftis, Mesjenet y Heket quienes con disfraces de humanas, se unían a ellas y les enseñaban las danzas más bellas y sensuales. Las mujeres aprendían a quererse tanto que sólo podían dedicarse a su cuerpo y belleza, reforzando su vínculo con lo divino y con la imagen de una mujer capaz de satisfacer su deseos a través de la complacencia de otro ser humano.
La mayoría se dedicaba al arte del placer por gusto, no recibían dinero por bailar ni por dar satisfacción sexual de diversas formas. Ellas eran libres de hacer con su cuerpo lo que querían y se enorgullecían con el hecho de saberse deseadas, bellas y sensuales. Incluso, con esta actividad, esperaban tener un matrimonio, puesto que era un requerimiento para conseguir un buen partido; es decir, debían probar que cumplirían con el “deber de esposa” que entonces se creía era el ideal; el placer sexual de los esposos era mucho más importante que las labores domésticas, y otras cualidades que ellas pudieran tener.
Las bailarinas se relacionaban con las diosas del amor y la feminidad, a las parejas que se formaban les pedían rindieran un tributo u ofrenda a Nut y Geb quienes están representados en la Escena de autofelación. Nut y Geb eran hermanos, pero aún con ello sentían una atracción muy fuerte el uno por el otro, por lo que desobedecieron todas las órdenes y se convirtieron en amantes. Ante ello, su padre, Ra, ordenó su separación inmediata y como castigo, les prohibió volver a verse. Geb es la representación de la tierra, mientras que Nut es el cielo. Esto fue mostrado en el papiro antiguo en el que cada quien se da placer a sí mismo al no poder unirse. Las mujeres y hombres del antiguo Egipto veían la masturbación como una forma de satisfacer sus necesidades elogiando a los dioses, quienes habían satisfecho sus necesidades sexuales estando lejos.
Los penes erectos mostraban su virilidad por eso la importancia de mostrarlos en estado de erección, sinónimo de abundancia, mientras que para las mujeres mostrar un cuerpo bellos y sensual. A los hombres les enorgullecia su pene tanto que al morir tenían que tener el pene erecto y al doble de si tamaño poniendo extensiones , es así como se han encontrado los sarcófagos.
Los egipcios son los primeros en usar e inventar los juguetes sexuales, una muñeca echa de gaucho con la cara y cabello de cadenas, para bailar con ella manifestar la fertilidad y satisfacer sus necesidades. Bebian de su rhyton (un recipiente para bebidas) líquidos embriagantes; pero eran los recipientes los que llamaban la atención, puesto que se tiene registro de muchos con representaciones fálicas.
La cultura egipcia tiene mucho que contar, su sexualidad era vivida con la importancia que se merece, hace miles y miles de años, el pasado de nuestro mundo nos enseña cómo se vivía la sexualidad en plenitud.
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