#Editorial
Abril 10, 2018
Carlos Rosas C.
carlos.rc@inperfecto.com.m
Las campañas electorales arrancaron el pasado 29 de marzo y ahora si es momento de ponerse cómodos para recibir el bombardeo de spots, chismes, escándalos, y descalificaciones del show cómico, mágico electoral que culminará el próximo 27 de junio para rematar con la jornada del 1º de julio, si que nos vamos a divertir con tan interesante e inteligente contenido.
Lo cierto es que las campañas electorales han perdido fuerza por el desgaste de argumentos mediáticos que han dejado un rastro de dudas crónicas sobre el curso que tomara el país-independientemente del vencedor en los comicios-derivadas de la elevada coyuntura por la manera tan sui generis como se han ido conformando las formulas que aparecerán en las boletas electorales.
Ideológicamente estamos siendo testigos de un corto circuito partidista donde podemos ver como el Revolucionario Institucional ajustó sus estatutos para colocar a un tecnócrata no militante como su candidato presidencial evidenciando la crisis de recursos humanos que atraviesa el partido optando por ungir a Meade Kuribreña; podemos ver como Acción Nacional ha sufrido una fractura en la espina dorsal mediante el madruguete de su mismísimo presidente que apostó por la división para encumbrarse como candidato y comenzar a librar una guerra en dos frentes; el Partido de la Revolución Democrática ha perdido gas no solo como el autoproclamado portavoz de la izquierda nacional y en un ataque de desesperación fue capaz de aliarse con el partido que le represento durante años un enemigo natural para respaldar a Ricardo Anaya como parte de ese pacto; MORENA el mas cuestionado por sus competidores y los medios por haberse convertido en el regazo protector de los desertores de otras líneas políticas que lo han transformado en una emulsión ideológica complicada de entender y que se han pertrechado alrededor de López Obrador; las candidaturas independientes han resultado una montaña rusa de irregularidades de entrada por la aprobación de la candidatura del “Bronco” y ahora Margarita Zavala dejará de ser el salero de la contienda; al menos ya no será la única que los partidos desdeñen o minimicen.
La tendencia del discurso de los candidatos presenta similitudes derivadas de la problemática contractual que ya conocemos de sobra como acabar con la pobreza extrema, más empleo, mejora de salarios, seguridad, educación y perspectiva de genero, todos temas que cada tres o seis años se reciclan como bandera de campaña que lejos de encender el ánimo del electorado lo tienen sumido en un hartazgo enfermizo que solo arroja comentarios generalizados de desaprobación por la continua y nula capacidad de solución para estos males tan enconados durante generaciones y su aumento exponencial cada que las administraciones terminan su periodo.
La expectativa se encuentra centrada el próximo 22 de abril cuando se suban al ring del primer debate presidencial con el tema principal sobre política y gobierno y como temas secundarios democracia y vulnerabilidad que ojalá sea la dinamita pura que le de sabor al caldo de la reyerta electoral porque al paso que llevan las campañas solo se asemejan a un Valium que los equipos de campaña tendrán que atender de inmediato porque se esta desinflando la neurosis sobre el aeropuerto, y las reformas estructurales que empiezan a caer en el choteo por la redundante critica de forma y no de fondo que exigen estos temas, de momento solo queda esperar a ver con que nuevas y elevadas arengas de temor y descalificación buscan agredirse los tan políticamente correctos candidatos.