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El autismo es uno de los trastornos que afectan a muchas áreas, como lo es la comunicación, socialización y conducta, por eso mismo surgen mitos sobre este trastorno, el cual es más común de lo que se piensa.
Marto GoAg / @MartoGoAg
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El Trastorno del Espectro Autista o Autismo es uno de los trastornos que guardan más mitos a su alrededor, y esto se debe en gran medida a que si bien no es una condición médica nueva, puesto que se cree que grandes personajes ilustres de la historia pudieron tener un cierto grado de autismo, pero el término autismo se empezó a utilizar en 1943.
Por eso mismo, el autismo puede significar algo nuevo para las personas que no están familiarizadas con esto, ya que si bien se podría pensar que no es un trastorno tan común, se calcula que 1 de cada 115 niños en México, nacen con Autismo, lo cual puede parecer muy poco, pero siguiendo esta estadística, hay poco más de 39 millones de menores de edad, de los cuales el 1% por ciento puede ser autista, es decir 390 mil niños, una cifra bastante grande.
Debido al gran número de personas que pueden sufrir de este trastorno, su relativo reciente “descubrimiento” y sus síntomas donde existe una anomalias en el lenguaje, en su comunicación, intereses restringidos y un gran déficits en la reciprocidad social o emocional, puede causar preocupación por los padres, debido a que el autismo se diagnostica a los primeros tres años de edad.
Y bien es cierto que no existe una cura para el autismo ni existe un tratamiento único para todos los pacientes, por eso es de suma importancia que los pacientes recurren a un médico especialistas para que pueda darle el tratamiento necesario, y que sepan sus familiares que a pesar de eso, puede cumplir sus sueños como cualquier otra persona.
El autismo no significa el fin del mundo, solo significa que las personas con ese trastorno ve la vida de una manera un poco distinta a como la vemos, es cierto que puede confundirse con otras actitudes, por eso es importante tener el diagnóstico de un doctor para saber cómo reaccionar, porque muchas veces el miedo de los padres, familiares y amigos, puede afectar de una peor manera a la persona con autismo.
