1968, EN LA MEMORIA DE MÉXICO.
Camino hacia la liberación femenina.
Rosario Aguilar.
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La revolución sexual movía ideas, pensamientos muy a su manera se vivía ya con la pastilla anticonceptivas, las relaciones sexuales más abierta y sin compromiso, el miedo a mostrar la diversidad, se ha ido rompiendo y mostrar sus gustos sexuales era más frecuente. El despertar de una sociedad donde romper la comodidad de ideas, un estilo de vida que intentaba funcionar para no destruir lo que en su momento fue “bueno”.
Y fue así que a una rebeldía, bien fundamentada y necesaria, ya que a la mujer, de todas las responsabilidades solo le reconocían algunas, administrar un hogar era su mayor éxito, pero no existían derechos ante la sociedad, fue así que el 17 de octubre de 1955 las mujeres mexicanas pudieron votar por vez primera en unas elecciones federales. Ya lo habían hecho en las municipales a partir de 1947, pero entonces se consideró que no estaban preparadas para participar en la política nacional. Hasta 1953 se reformó la Constitución para que las mexicanas gozaran de la ciudadanía plena, después de que la ONU había llamado a los países miembros a reconocer los derechos políticos de las mujeres, ya que no podía considerarse democrático a un país si más de la mitad de su población no participaba en la toma de decisiones. Ya el fruto de las mujeres en la lucha por sus derechos daba sus primeros exitos. Primero lucharon por el acceso a la educación y por sus derechos laborales, después por sus derechos políticos, en la actualidad siguen luchando por su derecho a la salud y a una vida libre de violencia.
Sesenta y tres años de la obtención del voto de las mexicanas, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (inehrm) publica La Revolución de las mujeres en México, obra colectiva donde se hace una revisión histórica del proceso revolucionario que protagonizaron mexicanas para conseguir ser reconocidas como ciudadanas ante una sociedad
Hermila Galindo, una duranguense, pionera feminista y primera candidata a diputada federal, luchadora social, gran oradora, revolucionaria, maestra y periodista, a quien la defensa de los derechos de las mujeres marcó su vida personal y su trayectoria política, envió al Constituyente de Querétaro la propuesta para modificar el artículo 34 constitucional y otorgar a las mujeres el derecho a ejercer el voto. Aunque no se aceptó su propuesta, la Constitución no prohibió que las mujeres pudieran contender por puestos de elección popular, por lo que Galindo lanzó su candidatura para diputada. La acción de la maestra confirmó los temores de Félix F. Palavicini, cuando el constituyente advertía que las mujeres se podían sentir incluidas cuando se hablaba de “mexicanos”. Galindo expone sus ideas en torno de la igualdad política de las mujeres y en defensa de la legitimidad de su candidatura. Hermilia afirmó con razón que: “la mujer tiene iguales necesidades que el hombre, tiene y debe tener indefectiblemente los mismos derechos que él, tanto políticos como sociales”. Valles Ruiz refiere que pese a la popularidad que alcanzó quien fuera secretaria del presidente Carranza, perdió la elección. No obstante, se convirtió en censora legislativa, vigilando el desempeño del triunfador y pudo ver aprobada la reforma constitucional en 1953; su lucha fue reconocida designándola diputada honoraria.
Hermilia Galindo, deja huella en su lucha en este movimiento hacia la liberación femenina, una liberación que si bien tenía argumentos sociales y en cada mujer también personales, y esto ¿Qué consecuencias tendría en un futuro?
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