Turismo

Crónica de ascenso a la cima del Citlaltépetl (Pico de Orizaba)

#Turismo
“¿Es posible escalarlo sin experiencia previa en alta montaña?”

 

 

Isaí Maldonado / @ingviajero
ingeviajero@inperfecto.com.mx

 

Nota previa: nunca había escalado alta montaña y decidí que la primera vez fuese el Pico de Orizaba por un tema de reto personal, la montaña es una metáfora de vida.

El recorrido comienza desde la CDMX un sábado por la mañana; el punto de reunión es en el metro San Lázaro para tomar el transporte que nos llevaría al pueblo de Tlachichuca. Una vez llegando al poblado es necesario abastecerse de los insumos necesarios para la travesía: agua, semillas, algunos alimentos de viaje, etcétera.

Pico de Orizaba

Del centro de Tlachichuca nos trasladan a una casa a las faldas del Pico de Orizaba en donde nos esperan con un consomé y un pipián acompañado de tortillas hechas a mano y un ponche caliente.

Ya con el estómago lleno, cae la tarde noche, la ansiedad aumenta, muchas preguntas en la cabeza: ¿Podré subir? ¿Cómo será el camino? ¿Estoy realmente listo?…

Subimos a la camioneta 4X4 para llegar al refugio Piedra Grande. Durante la ruta se puede observar a su majestad el Pico de Orizaba, imponente, con la punta nevada; sólo de verlo impone una mezcolanza entre miedo y a la vez entusiasmo por estar en aquella cima. Un banco de niebla súbitamente oculta la punta del volcán, los tonos grisáceos a negros cambian la perspectiva, ahora parece un tirano dispuesto a acabar con todo aquel que se atreva a subir en sus territorios.

 

Pico de Orizaba

Llegamos al refugio, todo está lleno, es necesario acampar a las afueras mientras da la hora de la salida, son como las nueve de la noche. En la casa de campaña intento dormir, pero es imposible (de hecho, desde un día antes) la mente da vueltas, el corazón se acelera, fulgores de adrenalina, cicatrices mentales de tanta ansiedad.

Llegó la hora de partir, el guía da las últimas instrucciones, es casi la una de la mañana, el ritmo cardiaco a mil; cargamos nuestras mochilas para comenzar la ruta. Apenas en el primer kilómetro una compañera decide regresar y me cuestiono si realmente no hice una estupidez.

Pico de Orizaba

El camino se vuelve cada vez más pesado, el oxígeno escasea y cada paso cuesta más. Repentinamente una compañera entra en shock, es una subida muy inclinada en donde los crampones resbalan con la nieve suelta, la sensación de caer es muy agresiva, miro hacia abajo, no estoy seguro de continuar, escucho el miedo de mi compañera y me contagia, como película de terror en vivo, en mi mente entra un tipo disyuntiva entre arriesgarme o buscar la seguridad que brinda el hecho de regresar. Un pensamiento me recuerda el por qué estoy ahí y con un vasto miedo que jamás había sentido decido continuar.

A mitad de camino la montaña nos regala como presagio una hermosa luna de sangre entre carmín y escarlata que dura sólo unos minutos antes de cubrirse por la niebla.

Pico de Orizaba

Horas después, el sol comienza a bañar el horizonte con los primeros rayos de sol, el espectáculo de los tonos purpura, rojizos, amarillo y azul es todo un festival de apreciación; la nieve los recibe respondiendo con la misma intensidad y nuestras siluetas se mimetizan en ese vaivén de colores. En ese momento sabes que eres parte de la montaña, que ya no eres un extraño, en el corazón existe una emoción tan intensa y rara que no puedo expresar con sólo palabras, es un momento cien por ciento sensorial, emocional, de vida.

Llegamos al último punto y el más difícil, el Glaciar de Jamapa cuya inclinación llega a superar los cuarenta grados y que se convierte en un factor de riesgo mortal en caso de resbalar por la pendiente.

El guía nos da nuevas indicaciones, en caso de resbalar es necesario hacer una maniobra de supervivencia con el piolet, tenemos que subir encordados y concentrados al cien por ciento para evitar un accidente.

Pico de Orizaba

El frío en los pies incrementa a más del doble, ya no hay piedras, sólo hielo; no tenía calcetines térmicos, el guía me recomendó usar un par de bolsas para evitar que se metiera el agua, aun así, tengo la sensación de que los dedos de los pies están a punto de entrar en hipotermia.  A mitad de camino pierdo un guante por tomar una foto; sólo veo cómo resbala por la pendiente, es imposible recuperarlo. Seguimos escalando, pero ahora me duelen los dedos de la mano y los pies. “No he llegado hasta aquí para rendirme” pienso, tratando de dar un poco de aliento al precario estado en el que ya me encontraba.

Estamos a unos cien o doscientos metros de hacer cumbre, el guía decide que por seguridad debemos bajar, es tarde, casi todos ya han bajado, y el clima era impredecible; debido al agotamiento ya no subíamos al mismo ritmo, cada paso costaba más. En mi mente pensaba que sí podíamos llegar, pero el guía es el experto y había que acatar la instrucción por seguridad.

Pico de Orizaba

 

Respondiendo a la pregunta principal respecto a si se puede escalar el Pico de Orizaba sin experiencia previa en alta montaña. La respuesta es SÍ pero mi recomendación es NO LO HAGAN, el Pico de Orizaba es una prueba mental y física muy violenta e intensa en la que si no estas preparado puede ser una experiencia desagradable o incluso tener desenlaces desfavorables. Un servidor, no sabía a lo que se enfrentaba, me sugirieron hacer otras cimas antes que el Pico de Orizaba, pero decliné las invitaciones por un tema muy personal y cambios en mi vida en el que había sentido que mi existencia había estado por muchos años en una zona de confort la cual me había hecho inútil emocionalmente y que era tiempo de partir de esa zona, de entender de lo que realmente uno está hecho, de volver a conocer lo que se siente tener dificultades, miedo, carencias, frío, dolor y de recordar de dónde vengo porque la vida no avisa y cuando menos lo esperas, te pone prueba tan complicadas que sólo si confías en tus capacidades mentales y físicas podrás superarlas.

Si bien aguanté hasta el final y estuvimos a uno metros de llegar a la cima, tuvimos que regresar por motivos de seguridad y logística, pero en mi mente queda esa sensación de regresar para saldar una cuenta pendiente, no sé si fue la montaña, no sé si es el alma, no sé qué carajos fue, pero parte de mí se quedó en ese punto, esperando algún día volver para cumplir lo que un día me prometí.

Nota final:

Para llegar a la cumbre existen distintos factores que quedan fuera del alcance de los montañistas, tales factores incluyen: el clima (en la montaña es muy cambiante), la logística (tiempos de traslado, salida, etc.) el desempeño del grupo durante la ruta, contratiempos (lesiones, equipo, etc.).

Especial agradecimiento a Marcos, nuestro guía quien antepone el amor a esto que le gusta al mero simple fin de lucro.

Teléfono de Contacto: 55 8101 7319

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