#InPerfecciones
Ver con tintes políticos al Deporte sigue siendo una tarea complicada, hay quiénes aún se aferran en no ver las relaciones entre la Política y el campo deportivo, pero mientras esto sigue sucediendo los ejemplos de conexión siguen incrementando.
Jorge García Vielma
jorge.garcía@inperfecto.com.mx
Conforme avanza la vida se puede observar que existen cosas que no nacieron para estar juntas; aunque son pocas las ocasiones donde se cuestionan este tipo de decretos, los cuales pueden ser totalmente falsos. Hay quiénes de manera atrevida mencionan que existe una triada, casi prohibida y peligrosa para hablar en comunidad: Política, Futbol y Religión; ¿es esto cierto?, por ahora las primeras tomarán el papel principal en esta historia, aunque no solo se abordará al balompié como uno de los protagonistas sino que este papel será ocupado por el Deporte, sí, de manera general.
Siendo atrevidos y yendo un poco más allá tomando una frase externa se podría considerar una contradicción hasta biológica tener un rol social en esta vida y no hablar sobre Política, Deporte y Religión, aunque bueno, hay quiénes prefieren estar al margen de dichas cuestiones pero en algún punto de cualquier trayectoria, casi por regla general, estas vicisitudes aparecen en el camino que sea. Hablar de Política parece ser una tarea sencilla, cualquiera puede emitir juicios de este arte sin ningún miramiento, pero ¿todas y todos tienen conocimiento de ésta? No, reconocer y conocer son cuestiones totalmente diferentes; casi lo mismo cuando José José hace ver la diferencia entre el querer y amar. En las calles hay temáticas que despiertan más interés que otras y sin dudarlo, alguna de ellas corre a cargo del Deporte, para muestra un botón, no es ninguna casualidad que los encabezados de los diarios deportivos sean los que mayores miradas acaparen, al igual que los noticieros de este tipo, todo tiene una razón de sí. Usted lector, cuando tenga un poco de tiempo libre y esté por las avenidas de su ciudad haga un ejercicio sencillo, escuche de que habla la gente, es probable que se discuta el penal no marcado en el partido de anoche o el nocaut de derecha en la pelea estelar del fin de semana, pero también es factible que sus oídos sintonicen críticas hacia el actual gobierno, tachándolos de incompetentes y rateros; un capítulo más en las crónicas diarias.
Hasta ahora ha quedado expuesto que tanto el campo de la Política como el del Deporte tienen mucho de donde cortar, hay recursos inagotables en cada uno, algo para envidiar por muchos otros rubros, ahora es momento de cuestionarse, ¿qué pasaría si hay un diálogo entre ambos? Poco a poco se están descubriendo los resultados, no es mentira que los pasos dados hasta ahora son lentos, pero hay confianza que está siendo así porque se pretende llegar lejos. Cortar con algunas tradiciones es vital para poderle dar paso a nuevas tendencias, por ejemplo, al estudiar a la Política siempre hay una serie de temas que son tomados en cuenta y miran con desprecio a aquellos que vienen pujando fuerte por ganarse un lugar en una de las mesas separadas que la conforman, por ejemplo el Deporte. El campo deportivo se está volviendo un ingrediente apetecible para ser estudiado como una muestra más de lo político en la Política, no es casualidad que día con día haya más manifestaciones de relaciones de poder cuando se ponen bajo la lupa cuestiones deportivas.
Hay un reto repartido, por un lado desde el ámbito académico se debe contemplar una mayor apertura en las temáticas cuando se habla de Política, no encasillar a la disciplina solamente en lo que ya se ha venido trabajando por mucho tiempo; algo similar a la propuesta de Immanuel Wallerstein: Abrir las Ciencias Sociales. Y una pieza fundamental está en el resto de la sociedad civil, ésta debe comenzar a asimilar que la relación entre el arte político y el Deporte está más presente de lo que cree, hay quienes siguen siendo incrédulos al respecto, pero cuando un evento conmociona los dos campos las dudas se disipan y el interés va aumentando. Investigar estas temáticas se ha vuelto un gozo y compartir dicha sensación se ha convertido en uno de los principales objetivos.
Rueda el balón, rueda la vida