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Alexis leyendo estaba,
cuando la luz se apagaba,
en eso gritando la muerte entraba,
comiendo una calabaza.
Redacción InPerfecto / @InPerfectoMx
redaccion@inperfecto.com.mx
Estaba lloviendo a torrentes,
en las calles de Guadalajara,
que no tienen nada de corrientes,
y si son medio caras.
Aléxis León se asomaba a su ventana,
mirando y soñando sobre la vida anhelada,
cuando de pronto en el reflejo se miraba
una sombra que atrás de él se instalaba.
Sin darse vuelta Alexis preguntaba,
tibubeando sobre de quien se trataba,
la sombra a él se acercaba,
y en su oído de pronto se carcajeaba.
El pavor lleno a Aléxis,
derribando la editorial y su práxis,
pensando en como preguntar
quien es quien lo vino a acompañar.
La muerte sintió ya su miedo,
y le dijo murmurando y con tiento,
“soy la muerte amigo querido,
y me han enviado a llevarte conmigo”.
Aléxis volteó luego luego,
con el color de regreso en el rostro,
“Ah, no juegues conmigo,
pensé que eras Alfaro”.
La Catrina espantada lo vió,
sintiendo como el miedo se disolvió,
“¿No te da miedo que venga a verte
para hacer que sientas tu muerte?”
Aléxis le respondió:
“Más miedo el gobierno me dió,
pensando que la visita de ellos llegó,
pero tú tienes mucha lealtad
a la vida, al humano y a tu bella labor”.
La Muerte sonriendo lo miró,
pensando en lo que iba a decir,
“Commigo esta noche no te irás,
pero tus editoriales a mi me leerás,
quiero entender tu argumento
y porque mejor a otros los llevo con unguento”.
Alexis la invitó a comer,
disfrazada claro para no hacer correr
a la gente que en su paso encontró
en el recorrido que con su amiga realizó.
