#InPerfecciones
Dos latitudes mundiales atraviesan momentos complicados, y el deporte contribuye a la visibilización de tales problemáticas.
Jorge García Vielma
jorge.garcia@inperfecto.com.mx
Hacer visible, una tarea tan sencilla como complicada. En un pasado se podía percibir una sensación de alejamiento por parte de los deportistas hacia su realidad social; resultaba casi un pecado pronunciarse en torno a los hechos que aquejaban a la sociedad, esa misma de donde emergieron, Hoy en día el campo deportivo cumple con roles primordiales para el entramado social, por un lado dota de distracción y diversión, pero también es una ventana para visibilizar algunos cánceres que han echado raíces en los grupos sociales.
Los últimos tiempos han servido para que ciertos temas complicados en una sociedad sean abordados en el deporte, y a partir de esta apertura ha cobrado relevancia estudiar a este campo desde otra perspectiva, una donde no solo se tomen en cuenta los récords y las hazañas. El imaginario colectivo parecía haber patentado una tesis donde el mundo social estaba totalmente apartado de la esfera deportiva, ¿por qué? se cree que los males de la sociedad no deben “ensuciar” algo positivo y en ocasiones pulcro como lo es el deporte, pero todo se desarrolla en el mismo espacio y por ende es inevitable que no haya contacto alguno.
Palestina dice presente, sigue combatiendo su propia lucha ante un oponente ilegítimo que suele presentarse como víctima cuando es todo lo contrario. La tendencia actual parece favorecer a quiénes se han encargado de oprimir al pueblo palestino, es por ello que las muestras de resistencia, sea cualquiera su lugar de origen, son totalmente importantes y necesarias. El futbol se presenta como un espacio vital para visibilizar cuestiones sociales, día con día esto se demuestra, los partidos siempre traen consigo cargas simbólicas bastante marcadas; ver ondear la bandera de Palestina en varios estadios alrededor del mundo es un ejemplo de dicho fenómeno.
Futbolistas y aficionados a nivel mundial mostraron estar del lado de Palestina, el apoyo fue desde salir al terreno de juego con la tradicional kuffiya o abiertamente manifestarse en contra de la barbarie por la que atraviesa el pueblo palestino, ¿qué nos dice esto? No todo está en el partido sino que en ocasiones lo que ocurre detrás deja mayores cosas para el análisis y suele tener grandes repercusiones en la sociedad. Libertad, tan ansiada como lejana; pero el deporte sigue sumando esfuerzos para que la primera cualidad sea la que llegue primero.
Ha dejado de ser anecdótico para convertirse en lamentable seguir hablando de los hechos de violencia y represión que azotan a la gran Colombia. Por ahí es común leer o escuchar la frase: “el show debe continuar”, y al menos en el país sudamericano es algo que las autoridades tienen muy claro. ¿Se debe llevar a cabo un partido de futbol a pesar de la situación adversa? Ni siquiera tendría porque pensar en esta posibilidad, pero tal razonamiento no es compartido por los dueños del juego. Insostenible poner a rodar el balón mientras que afuera de los estadios la policía realiza detonaciones y arroja gases a quiénes protestan por tener un país mejor; las imágenes reflejan sucesos que probablemente ni el realismo mágico pueda explicar.
Y tampoco es que los futbolistas hayan traicionado a su hinchada sino que ellos también están sujetos a la burocratización deportiva, o sea a los organismos encargados de dirigir el deporte. Algunas pancartas en las manifestaciones suscitadas en Colombia mostraban un rotundo no al futbol y al ciclismo hasta que hubiera paz, dicha relación no se ponía en tela de juicio porque hasta hace algunos meses se llevaba a cabo sin problemas aparentes. La transmisión de los partidos por televisión sirvió para dimensionar un poco más la situación actual que está atravesando el país, los gritos en la cancha fueron totalmente opacados por los estallidos a fuera del estadio. Diego Latorre para la cadena Fox Sports dijo al respecto: “me parece irrespetuoso estar hablando de futbol cuando suceden hechos verdaderamente lamentables fuera de la cancha”; las problemáticas sociales se manifiestan en el campo deportivo, pero hay que tener claro que en ocasiones el deporte no debe estar por encima de cualquier problemática, no es sano.
Rueda el balón, rueda la vida