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Messi y los abucheos de la afición de Monterrey que calaron, molestaron y sirvieron en la histórica derrota

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La afición jugó su partido y lo hizo muy bien: apoyó a su equipo y presionó a Messi en cada aparición que tuvo.

 

 

Con información de YAHOO DEPORTES
OMAR PERALTA

Rayados de Monterrey cumplió con su misión en el Estadio BBVA: eliminar al Inter Miami de Lionel Messi y acceder a las Semifinales de la Concacaf Champions Cup. Fue un partido de un sólo lado. El equipo de Fernando Ortiz entendió que debían aprovechar la desesperación inicial de Las Garzas, que querían empatar el global, y así controlaron el encuentro a placer.

El gol de Brandon Vázquez, en el primer tiempo, tras un error grotesco de Drake Callender, dejó prácticamente definida la serie. El segundo tiempo fue un formalismo con los tantos de Germán Berterame y Jesús Gallardo. Hubo un gol de honra por parte de Diego Gómez, pero el 5-2 global fue fiel reflejo de la distancia que existió entre ambos clubes. Ni Messi ni Suárez pudieron marcar diferencia en ataque. Tampoco Busquets ni Jordi Alba, que se fue expulsado víctima de la frustración por ser derrotado de manera tan abrumadora.

Fue una serie en la que no hubo lugar para las dudas, por parte de Monterrey, en ningún aspecto. Así lo demostró sobre todo su afición, que no dudó en abuchear a Lionel Messi. Lo hicieron en todo momento. Cuando salió al calentamiento, cuando su nombre fue anunciado en las alineaciones, y cuando tocaba el balón apenas por unos segundos. En las tribunas, se llegó a captar a algún niño con la playera de Cristiano Ronaldo, eterno rival deportivo de Messi, para ampliar ese ambiente de rivalidad.

Hubo a quienes no les gustó esto. ¿Cómo era posible que abuchearan a Messi, el mejor jugador de la historia? Era lo normal, ni más ni menos: la afición local apoyando a su equipo y presionando al rival. Luego dirán que no sirve de nada presionar a Messi, que lo ha vivido todo y en escenarios mucho más apremiantes. Y, sin que eso deje de ser verdad, tampoco podría esperarse lo contrario: que lo aplaudieran, que lo motivaran a hacerles goles, si al final lo que más deseaban era que su equipo le ganara. También hubo aficionados que expresaron su admiración por Messi.

No caben las exageraciones: que nunca se ha visto, que es una falta de respeto. Forma parte del futbol. Y, de hecho, aunque no se conoce qué pensó Messi de los abucheos, la presión que metió Fernando Ortiz, entrenador rayado, sí que tuvo efecto en él. Así se explica el intento de agresión que confesó Nicolás Sánchez tras el partido de Ida. No le fue indiferente a Messi el palabreo de Ortiz en el que sugirió que le preocupaba que pudiera haber beneficios para Miami.

Al final, el propio Ortiz apagó el fuego: “Para mí Messi es el mejor jugador de toda la historia de este deporte. Yo no quise ofender a nadie. Simplemente mi opinión respecto a lo que pienso. No se dio el saludo y si se daba no sabía cómo iba a reaccionar”, expresó en conferencia de prensa. Hizo su trabajo de manera impecable durante esta fase: sacar de sus casillas a Messi, poner al público a su favor y ganar la serie de manera contundente.

Es lo que haría cualquier afición: ejercer una carga extra sobre el mejor jugador del rival. Si eso afecta o no, ya lo sabrá el jugador, pero por voluntad no quedó. Rayados nunca tuvo una posición de inferioridad y eso se saldó con su boleto a las Semifinales. En esta ocasión, hicieron valer su jerarquía actual, al ser mejor equipo, y también la jerarquía histórica, con cinco títulos de este certamen en sus vitrinas. Ahora en Semifinales se mediarán con el Columbus Crew, actual campeón de la MLS que echó a Tigres del torneo. Inter Miami podrá concentrarse en la Liga y en la Leagues Cup de julio.