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Dictadura abecedario

#Cultura
“Antes era mal visto, ahora es aceptado y en un futuro (muy cercano) será obligatorio”.

 

 

Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com

El tema por desarrollar se divide en muchas aristas y es más complejo que una simple opinión. Como la sociedad es más compleja de lo que se hace ver por las redes sociales, es que me atrevo a hacer este ensayo.

En vista de lo anterior, el adoctrinamiento, una palabra utilizada y hasta sobreexplotada en tiempos actuales. Ha sido un medio para persuadir a las personas y que hagan la voluntad de los que tienen el poder. Empezó en la parte política y religiosa, aunque ahora abarca a muchos otros sectores de la sociedad, como lo son, los grupos “progres” de la extrema izquierda. Vivimos en una dictadura, no del gobierno como lo quieren hacer ver los ultraconservadores, sino en una dictadura, a la que yo le llamo abecedario, donde incluiré a las feministas radicales.

Pero ¿qué es el adoctrinamiento o qué significa? Se inculca o se alinea a una o más personas en un tipo de pensamiento único con una finalidad en particular, haciéndoles ver que esa idea o creencia es la verdadera y cualquier cosa que se oponga, está mal. Impone, controla, persuade y hasta destruye opiniones de las personas con un menor poder de influencia. Reeducan en los valores y las creencias de las personas.

Al quitarles el pensamiento propio, la crítica convertirla en ataque personal, los adoctrinados lucharan ciegamente por las propuestas que les inculcaron y no por un cambio verdadero que termine beneficiando a la sociedad ya que, de esos pensamientos, es que se forman organizaciones sociales extremas que usan y abusan de su poder para terminar perjudicando al pueblo, al común de las personas.

Aunque parezcan sinónimos el adoctrinamiento y la educación, en realidad no es así. La educación consiste en dar conocimiento y sabiduría a las personas con el objetivo de que estas se desarrollen, generen sus propias opiniones y críticas, que sepan que sus acciones tienen consecuencias y un larguísimo etcétera.

Por su parte, retomando lo que dice el título de esta nota, me gustaría continuar con la siguiente cita: “Los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean tiempos fáciles, los tiempos fáciles crean hombres débiles, los hombres débiles crean tiempos difíciles”. Esta famosa frase aparece en el libro Those Who Remain escrita por el estadounidense de G. Michael Hopf. Pero ¿en qué se relaciona esta frase con lo que estamos viviendo, si se supone que fue dicha para representar los ciclos de la vida? y por sobre todas las cosas de este ensayo, ¿qué tiene que ver con el adoctrinamiento?

Actualmente y a pesar de todo lo que hemos vivido en los últimos cuatro años, una pandemia global, una guerra en Europa, una masacre que ocurre contra el pueblo de Palestina, orquestada por Washington, Inglaterra e Israel, fake news, que los medios de comunicación no investigan las notas y las sacan como si fueran reales; caso reciente el de la colombiana Geraldine Fernández, como ahora, en este mes de febrero, con las investigaciones contra el presidente López Obrador, cerradas desde hace años, pero esa guerra mediática va a seguir a lo largo de los siguientes meses, incluso, el día de la misma elección presidencial en junio próximo.

Pero lo que es más importante, por sobre todo lo anterior que mencioné, son las quejas y lloriqueos progres en Twitter, ahora llamada X, por Tik Tok o cualquier otra red social. Tanto así que quieren obligar a las personas que critiquen a la comunidad abecedario a algo que no existe en México: la cadena perpetua en la cárcel o siquiera, la expulsión del país. Pero no por haber cometido traición a la patria o un crimen que afecte a la soberanía del país como lo es una traición a la patria. Muy lejos de la realidad. Lo que la comunidad abecedario quiere es que se den estos castigos, como criminal, por el simple hecho de que los critiques.

Solo por tener una opinión distinta a la suya, ya es meritorio de que te metan a la cárcel. Se ha perdido la cabeza por completo.

Se ha dicho, a lo largo de estos textos, que los ensayos sirven para plantear problemas, como para criticar a una sociedad en un momento determinado. Deben de existir las bases y la investigación, cosa que muchos medios de comunicación no hacen.

Ideologizar a los niños, no dejando que tengan su proceso natural, que hay éxitos y fracasos, que dichos fracasos nos ayudan a mejorar como personas y como sociedad, además de saber lo que queremos y que con solo “echarle ganas” no siempre es suficiente”. En cambio, es más fácil adoctrinar, reeducar a los pequeños que a los mayores. Metiéndoles ideas para los cuales, los pequeños no están ni cerca de preparados física ni mentalmente para eso. Los niños son vistos, por esta dictadura abecedario, como “pequeños adultos”, como piezas en un tablero que serán desechados cuando cumplan el objetivo.

Una toma de decisión tan importante como cambiarte físicamente de sexo, con todas las consecuencias que le pueden afectar a las personas. Hace un tiempo, conocí en la universidad a una persona trans. Ella decía que al tomar la decisión de dejar de ser hombre a mujer no era únicamente cortarse los genitales y ya. Iba con psiquiatras, con especialistas que la fueron orientando en los pasos a seguir para su transición. No fue una decisión de un día para el otro, eso le llevó varios años, aún siendo adulta. Obtuvo el apoyo de su familia en dicha decisión.

Al ser educados de una manera en la que no nos costara mucho lograr los objetivos, desde lloriquear porque los papás no les compran el dulce en la tienda, hasta hacer berrinche solo por darle un poco de agua simple a un niño que toda su vida ha tomado refresco y jugos, como si el agua fuera veneno, es lo que ha provocado esta crisis de la cual muchos nos quejamos también. Es una eterna lucha que divide la opinión.

Por una parte, los que nos oponemos a esta dictadura, decimos que están adoctrinando a la sociedad para ganar no derechos, sino privilegios. ¿De qué privilegios hablo?, que las mujeres, trans, lesbianas, gays, queers, etc., ganen más que los hombres “blancos heterosexuales”, pero qué ofrecen a cambio, sus quejas de que se les mal mira y menosprecia. Exigen un trabajo para el que no están capacitados o si lo están, no quieren iniciar de abajo, que se desarrollen, que aprendan de sus errores, que alguien de mayor experiencia los oriente y les diga sus áreas de oportunidad para así crecer como persona.

Este grupo dictador solo busca que, como se mencionó, se les pague más solo por ser de X colectivo, que haya inclusión, que no haya consecuencias para sus actos y victimizarse todo el tiempo. Si fueran quejas válidas, como el derecho al voto, el derecho a la libertad de expresión se comprendería su lucha, pero se quejan de que, si no usan los pronombres adecuados, amenazan con cerrar locales de los cuales depende una familia para comer, para pagar las cuentas. Familias que viven el día al día se ven amenazadas en sus ingresos económicos por personas de esta dictadura de pelo azul y sobacos morados, porque se sienten ofendidos de que no les salió el berrinche en las redes sociales.

Son estas mismas dictaduras que se quejan porque no se les presta atención a determinada cosa, cuando son ellos los que tampoco le hacen caso y es más, mucho menos les interesa apoyar, ya sea el fútbol femenino, del cual buscan igualdad salarial, que se vería reflejado en si este grupo, este colectivo abecedario también hiciera su parte para ayudar a las jugadoras.

U otro caso viral la de una jugadora del Fútbol Club Barcelona que aventó tanto camisetas como bufandas que los niños (y niñas) le aventaron/acercaron para que las autografiara, señal de desprecio a aquellos que gastan su dinero para salir de la rutina por un par de horas.

En las producciones cinematográficas, en las empresas donde buscan cumplir una agenda para que ciertas personas o actores/actrices tengan el papel protagónico por su físico, dejando de lado a otros actores/actrices que, independientemente de eso, de si son minorías o no eran las indicadas para dicho papel. No solo eso, sino que su adoctrinamiento va más allá al regañar al público de que debemos de ser más perceptivos, más abiertos a sus ideas, en cambio, ellos, los de la dictadura abecedario, no permiten que alguien los critique o exponga sus ideas.

Quieren adoctrinar a un público que se rehúsa a que les achaquen cosas que no tienen nada que ver, que no les interesa ni mucho menos la entienden. La gente busca un poco de esparcimiento, no que les llamen la atención por no ser de una forma que la dictadura abecedario quiere, pero con tanta agenda, la violencia crece y crece. La frustración de que “no son escuchados”, “se les censura”, de que sus “derechos” son violentados por una crítica o que les digan un NO, provoca en esta dictadura abecedario los sentimientos y pasiones más bajos que todas las personas tenemos pero que muchos logran controlar: la ira, el berrinche.

Supongo que, con este texto, van a buscar cancelarme, echarme del país cual traidor a la patria, como si le hubiera vendido secretos de Estado a algún informante extranjero, me quitarían la ciudadanía mexicana o en el peor de los casos, me llevarían a unos “cursos de reeducación” para que cambie de opinión y me vuelva un aliade sin cerebro ni crítica. No les importaría quitarme un derecho fundamental como lo es la libertad de expresión. Es más, buscarían donde trabajo y provocarían que me despidan, sin importarles que tengo una familia que mantener y cuentas que pagar.

Pero como decía un chiste: “antes (la homosexualidad, ahora, la dictadura abecedario) estaba mal vista, ahora es aceptada y en un futuro (al que yo le agrego, muy, muy cercano), será obligatorio.

#Inperfecto