#Sexualidad
Hoy te cuento sobre mi experiencia en el New York Fashion Week, pásale al chismecito.
Dulce Merlos / @la_dulce_vita.mx @matrioska_libro
dulmerlos@gmail.com
No sé si a ti te pase pero hasta hace algunos años yo pensaba que las cosas se tenían que hacer de una sola manera, en un cierto orden, bajo ciertos esquemas y expectativas de lo que la sociedad, tu familia o el exterior espera de ti. Así que hoy no esperes mucho orden, pero si algunas valiosas lecciones que he aprendido en las últimas semanas y que quiero compartir contigo.
La primera tiene que ver con mi reciente viaje al Fashion Week de Nueva York. Si, tuve la fortuna de ir a la semana de la moda, porque estoy a dos segundos de cumplir 40 y fue uno de mis pre regalos y un sueño que aunque pueda parecer banal, yo quería experimentar. La sensación de tocar ese mundo glamoroso de cerca, de la música sonando alto y las luces rojas iluminando las cúpulas de la ex sinagoga convertida ahora en escuela de artes, donde tuvo lugar el primer desfile, fue una experiencia muy al estilo sex & the city. Estar ahí sentada en esa silla alta, mientras a metros de mí desfilaban modelos altísimas y espirifláuticas con ropa preciosa, fue orgasmico, hasta ahí todo bien. Mi expectativa sobre el viaje, estaba siendo lo que yo esperaba.
Ese mismo día, alguien me cuestionó a través de mi Instagram si no me daba bajón compararme con esas modelos sabiendo que por supuesto yo no tengo ese cuerpo, a lo que respondí muy oriunda que no, que yo llevaba literal años trabajando en la relación con mi cuerpo, lo cual es cierto, así que hasta aquí seguimos bien. Al día siguiente tuvimos otro evento, en el que se dió cita la crema y nata del diseño mexicano- latino, más muchas influencers de esas norteñas con miles de seguidores y hasta tu tía Bárbara del Regil con su hija Mar, quien diseño un oufit para una pasarela que se presentaría al día siguiente, y pues ahí tienes que yo decidí llegar a ese evento vestida con un pantalón de encaje con el que me sentía en mood perra sexy empoderada, no contaba con que Bárbara llevaría un look muy parecido pero obviamente con el cuerpazo que todos le conocemos.
Conforme comenzó a correr el evento, empecé a voltear a mi alrededor, a observar el movimiento del lugar, los cuerpos de otras mujeres y el mío en las fotos que me tomaron las compañeras del grupo en el que iba, y entonces si que me dio el bajón, la ansiedad, la angustia de sentirme como intrusa en un mundo al que no pertenezco y empecé a juzgarme durísimo, me sentía incómoda, gorda, fuera de lugar, sin saber como relacionarme en ese entorno donde entendí que si bien la delgadez no es una prioridad, si es parte de las expectativas de ese mundo donde hay que tener el caparazón grueso y el corazón blindando para lograr sobresalir, mis respetos para quienes son capaces de hacerlo, porque créeme no está fácil. Y aquí es donde la puerca torció el rabo, donde mi expectativa chocó con mi realidad, donde esa Dulce que llegó segura de su cuerpo, que ama la ropa y que quería experimentar el mundo de la moda de cerca, se sintió chiquita, con pocas habilidades sociales, incapaz de descifrar como mostrarse para dar el ancho o sea de perra empoderada pase a perra atropellada.
Y aquí espero que a ti también te surja la pregunta de dar el ancho ¿para qué o para quienes? En realidad ¿alguien estaba esperando algo de mí que no fueran mis propias expectativas? Lo dudo mucho, pero me deje ir por ese camino que acompañe con muchas copas de prosecco, tú no lo hagas, no son la mejor combinación, créeme.
Me ha tomado muchos días procesar lo que viví en ese viaje y si bien hay muchas cosas lindas que también sucedieron, y que te platicaré próximamente, tuve que tomar distancia para entender que había pasado conmigo, porque sentía desazón en el pecho y no la satisfacción de haber vivido el sueño de un Fashion Week. Y lo que descubrí fue que de tanto mirar hacia afuera, se me olvidó mirar hacia adentro, mirar-ME, olvidé todas las herramientas que he aprendido a lo largo de los años que me ayudan a recordarme quien soy yo, a centrarme en mi esencia y la autenticidad de mi ser, olvidé que se trataba de disfrutar y no de compararme, me olvidé de que absolutamente a nadie le importa lo que hagas con tu vida más que a ti misma, si querida, la realidad es que todos vivimos muy ocupados con nuestra propias situaciones como para tratar de resolverles las suyas a los demás. Nadie es tan especial como para que el mundo deje de girar por ti.
Así que lo que trato de decirte hoy, es que dejes de vivir en guerra por lo que no tienes, que soltemos la expectativa y la comparación porque la realidad es que cada quien esta luchando su propia batalla ya sea con su cuerpo, con su pareja, con sus hijos, con su carrera o con el tema que se te ocurra, no puedes evitar que te llueva de vez en cuando pero si puedes decidir que hacer con esos días, puedes aceptar lo que es, tomarte una pausa para procesar la lluvia y decidir si quieres mojarte o si mejor te quedas adentro hasta que escampe, y también puedes decidir que no quieres decidir nada y esta bien, el chiste es tener consciencia de lo que estás decidiendo.
Y entre mis descubrimientos de estos últimos días tuve la fortuna de toparme con el perfil y el podcast de l’ amargeitor, así la puedes buscar en Instagram. Oír su podcast, me ayudo a tomar perspectiva y empezar a observar desde la curiosidad y no desde el juicio. Ayer, por esas diosidencias de la vida, tuve la oportunidad de escucharla en vivo, y no sabes la paz que sentí en el alma cuando dijo que ella escribía para procesar su propia vida y ahí si que pude identificarme, para decirte con honestidad que todo lo que escribí el día de hoy, tiene la misma intención, contártelo para contármelo. Recordarme a mi misma que el camino no es recto, que a la vida le encantan los exámenes sorpresas y que al ego siempre le va a doler la expectativa no alcanzada, que no hay que desperdiciar las crisis porque ahí es donde esta la respuesta, ahí es donde esta la oportunidad de conectarte con tu sabiduría interna para conocerte un poco más a ti misma, porque sin importar cuantas veces se le caigan las hojas al árbol, mientras su raíz este intacta, el árbol sigue siendo árbol.
El Fashion Week es más que ropa cara, moda, tendencias, modelos, diseñadores y pasarelas, es más que el brillo de las luces y las copas de champagne, es la materialización del trabajo de muchos seres humanos que quieren poner un mensaje en el mundo para hacerlo embellecerlo, es el sueño de una maquillista de 24 años que demuestra sus habilidades por primera vez en una pasarela, es el orgullo de una madre que desfila de la mano de su joven hija diseñadora en Nueva York, es la visión de un famoso diseñador que supo salir a flote en la pandemia vendiendo trajes quirúrgicos. Nada en el mundo de la moda es banal, todo comunica, la ropa que usas comunica quien eres, tu ropa habla de quien eres, y si hoy tuviera que quedarme con un mensaje sin lugar a dudas sería, que bonito que exista una semana dedicada a hacer del mundo un lugar más bello, más chic, más lleno de color y encajes, porque si los seres humanos necesitamos de la belleza externa para poder conectarnos con nuestra propia chispa interna, esa que nos impulsa a cumplir nuestros sueños.
PD: Ahí te dejo en la foto, mi momento más editorial del viaje, a veces es bueno verse a través de los ojos de alguien más.
Duls
#InPerfecto