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“Tengo miedo de acostumbrarme al olor a muerte”, asegura el sacerdote Gregorio López
Con información de EL UNIVERSAL
El sacerdote Gregorio López Gerónimo, mejor conocido como el Padre Goyo, acusó que en Michoacán gobierna el crimen organizado y que el mandatario estatal, Alfredo Ramírez Bedolla (Morena), es un empleado de los delincuentes.
En entrevista para El Universal, el también presidente y fundador de la Asociación Civil El Buen Samaritano reveló que ha recibido amenazas de muerte y su cabeza ya tiene precio.
Denunció que en el corazón de la Tierra Caliente se vive un clima de inseguridad y miedo total. “Hay desplazamientos, hay expulsados y personas privadas de su libertad que están desaparecidas; esos son los tres grados de vulnerabilidad de la población”.
¿Quién gobierna en estos municipios de mayor violencia de la Tierra Caliente y en todo el estado?
—Gobierna el narco, gobierna la delincuencia organizada, apoyada y apadrinada desde las esferas de gobierno. El cáncer está muy metido, los gobernantes están involucrados y reciben dádivas.
(El gobernador Alfredo Ramírez) Bedoya a los delincuentes no los ha tocado, ni los va a tocar. A los que mataron a Hipólito Mora, no los va a tocar. A Heladio Cisneros, La Sirena, ni a Nicolás Sierra Santana no los va a tocar, porque él es parte del problema.
¿Los clérigos son voceros del
crimen organizado?
— Nosotros no necesitamos y no estamos aliados con nadie. ¿Cómo puedo ser vocero de quien estoy atacando?
Se ocupa nomás un pelo de sabiduría para entender eso.
Dice el gobernador que Hipólito Mora fue víctima de una estrategia maquiavélica, ¿qué decir ante eso?
— Ellos van a seguir echándole la culpa a Felipe Calderón y a Enrique Peña Nieto, pero cuando el arriero es pendejo, les echa la culpa a las mulas.
Les quedó grande el puesto y que lo reconozcan. Para ser políticos se tiene que ser humano y se tiene que ser hermano, y ellos ni humanos son ni hermanos. Que tienen otros datos y los datos que tienen son del diablo, porque el único que miente es el diablo, y al mentir ellos de esa manera es un crimen, estar hablando de que en Michoacán hay seguridad.
¿Ha recibido amenazas recientes por sus críticas?
— Claro que sí. Ya le pusieron precio a mi cabeza. Me dicen que ya me están buscando y que ya tienen la paga para que me liquiden. Todavía ayer alguien me preguntó que quien era el magnate o el capo que estaba de tras de mí, y yo le dije: ‘pues diles que no es un capo, pero sí es el jefe de jefes y el día que se mueran los perros van a ser aniquilados por Él. Trabajo para Cristo, es mi jefe y tengo toda la confianza. Soy su protegido. Es mi protector. Así, que le tope.