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Cuando Asterix fue quemado en la hoguera

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El “chouvinismo” es una creencia moral superior de aquellos que se creen virtuosos

 

 

Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com 

 

Nos parecería increíble que en pleno siglo 21 se sigan quemando en la hoguera de la “justicia social” libros como lo hacían con las personas que, tras un juicio que estaba muy parcializado, eran declarados como herejes. Si pongo la ironía original que atravesó por mi mente, estoy seguro que me van a cancelar.

 

Al dictamen de los jueces de la justicia social, por allá del 2021, en Canadá, tierra de los alces, la miel de maple y los alces (¿ya dije sobre la miel de maple?, se alzaron contra una tira cómica por supuestamente “enterrar las cenizas del racismo, de la discriminación y del racismo”. 

 

Las dos personas detrás de esta creación fueron Renè Goscinny (1926-1977)  y el dibujante francés Albert Urdezo (1927-2020), Asterix ha sido llevado a múltiples partes mundiales, siendo traducida incluso al griego antiguo y al latín. Vamos a dar más detalles antes de continuar.

 

Veamos de dónde viene Asterix, no de su lugar de creación (Francia), sino del lugar donde está ambientado: año 50 antes de Cristo. Su clásica introducción al español sería más o menos así: “Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste, todavía y como siempre, al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de legionarios romanos en los reducidos campamentos de Babaorum, Aquarium, Laudanum y Petibonum…

 

Así comienzan las historias del héroe galo más popular, donde gracias a una poción hecha por su druida, de nombre Panorámix, los guerreros que intentan defender a la Galia de la invasión salvaje de Julio César, se vuelven muy fuertes. Fuera de Asterix y Obelix, los personajes centrales de la comiquita, tenemos otros personajes como el mismísimo emperador de Roma, a piratas, comerciantes fenicios, a Cleopatra, entre muchas otras figuras históricas, tanto dentro como fuera de su tiempo, como es la representación de Winston Churchill, llamado Zebigbos, jefe de una aldea británica que tambien resiste los ataques de las legiones romanas.

 

¿Con este rápido contexto nos llega la duda de si su autor utilizó los estereotipos europeos de su época para hacerlo racista? Por ejemplo, con los españoles los temas recurrentes son el flamenco, el aceite de oliva, don Quijote y, hasta hace unos años, la corrida de toros. En el caso de los belgas, suelen estar obsesionados por las patatas fritas. En el caso de los alemanes, estos eran ilustrados como si fueran regimientos de la antigua república de Prusia, haciendo que los cascos se parecieran a los Pickelhaube, cascos usados por el ejército alemán durante la primera guerra mundial. 

 

Años antes de su muerte, Goscinny tuvo una entrevista en la revista Bang! (1973).  Ahí, el autor decía lo siguiente: <<Astérix es una parodia. Yo diría, si acaso, que es precisamente una parodia del chauvinismo. De partida es francés, como podría ser de cualquier otro país que hoy en día se halle en parecidas circunstancias. Sus temas, si se mira con detalle, son los de la gente que nos rodea, aunque para determinar las nacionalidades hay que acudir a los tópicos. El español medio, como el francés medio o el italiano medio, tienen su pluriempleo y sus problemas laborales, y por la calle no son reconocibles, pero para determinarlos tengo que reírme precisamente de sus tópicos, vestir al español de torero, convertir al francés en un “Monsieur Dupont” y hacer ardiente al italiano.>>

 

El “chouvinismo” es una creencia moral superior de aquellos que se creen virtuosos a las personas consideradas “débiles”. Antes era una manera extrema de ser patriota, ahora siendo considerada como una palabra que describe una devoción fanática y parcialidad a un grupo que se pertenezca. Como se puede interpretar, el chouvinismo actual es estar a favor de las causas minoritarias, pero haciéndolas forzar en la sociedad que naturalmente encuentra rechazo en ello. Un ejemplo es el caso del remake de la película La Sirenita, protagonizada por Hallie Bailey, donde ella, para evitar retroalimentación “no lee los comentarios, pero llora por dos días seguidos cuando le muestran videos de niñas afrodescendientes “sorprendidas” por los videos promocionales de la película”. Pero al mismo tiempo, la actriz te llama racista por estar en contra de algo que al pueblo en general no le gusta. Esa situación sería el chouvinismo actual muy (muy, pero muy) resumido.

 

Regresando al tema de la parodia que mencionaba Gosinny, ahora ofenden a muchas personas. Al exigir que se introduzcan personajes, que no dudo que existieran, que no eran la mayoría de la población de determinada época, se tergiversa el hecho de hacer una burla a la sociedad, en el caso de Asterix, de la sociedad europea de su época. Como se mencionó en un texto anterior, se trata de ver el pasado con ojos actuales, juzgando y señalando con el dedo, hechos que antes se consideraban como “normales”, mientras que en la actualidad se normalizan otras situaciones. 

 

Las escenas de cacería de los Galos y a la postre, los jabalíes asados podrían “eliminarse” por supuesto maltrato animal. Quien hizo esta declaración fue Lucas Jakubowicz, redactor en jefe de la revista Dècideurs. Tras la funa que recibió por las redes sociales, salió a desmentir sus dichos y a decir que todo se trató de una broma. 

(https://revistajaraysedal.es/jabalies-asados-escenas-caza-asterix-obelix/

 

Por su parte, un tema que en su momento causó opiniones divididas, fue el tema de que varias escuelas canadienses quemaron libros de Asterix y Obelix y también de Tintín, por supuestamente “ofender a poblaciones indígenas”. Otros de los libros quemados en la hoguera de la “justicia social”, fue La Caperucita Roja, Pocahontas, entre otros libros por supuestamente ser una historia “sexista”. Obviamente, las historias de los cómics, francesa y belga, fueron canceladas por sus historias que pasan en Norteamérica.

 

Los autores de dicho crimen fueron de escuelas católicas con el pretexto de “enterramos las cenizas del racismo, la discriminación y los estereotipos con la esperanza de hacer crecer en un país inclusivo donde todos puedan vivir con prosperidad y seguridad”. Como aclaración, dichas cenizas fueron usadas para plantar un árbol (cita sacada de: https://www.losandes.com.ar/por-las-redes/asterix-y-tintin-cancelados-quemaron-sus-libros-en-canada-por-considerarlos-racistas/ 

 

Solo que, para aquellos que aún digan que Canadá es un país pacífico y que respeta a todas las civilizaciones, muchos niños de las comunidades indígenas de ese país fueron enviados a escuelas católicas para “ser educados y reintegrados a la sociedad canadiense”. Estos actos sucedieron desde el siglo XIX, hasta la década de 1970. 

En el siglo XXI aunque estemos más cerca de la tecnología y la información, sobretodo para explicar que era otra época y que ver las cosas de antes con los ojos de ahora para destruir el pasado y hacer ver y creer que ahora es lo importante, me hace ver que, cuando pasen las generaciones y nos vean ahora, van a decir que, a pesar de tanta tecnología seguimos igual de cerrados que cuando ocurrió la inquisición.

 

¡Hasta la próxima!

 

#InPerfecto