#Cultura
“No hay lectura correcta para abordar un texto”
Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com
Desde el comienzo de esta columna semanal (que en los últimos meses ha pasado a ser, de manera irónica y por cuestiones fuera de mi control a mensual), se ha venido defendiendo la idea de que cualquier tipo de lectura es buena, benéfica para las personas. No hay lectura correcta para abordar un texto. Es cierto, pero también hay una especie de vacío legal que provoca mi propia frase que regresa a morderme.
¿Puede parecer contradictorio el hecho de que diga que esta vez sí que hay maneras correctas e incorrectas de leer un libro?
¿A qué me refiero con eso?, bueno, antes un poco de contexto. A partir de la invención de la imprenta y durante siglos, ha existido la censura a los libros, ya sea por personajes que manejan la iglesia católica, por políticos o en la actualidad, por grupos de personas que están a favor de un progresismo, que están en contra de la discriminación por credo, sociedad (antes llamada raza) o sexualidad.
Pero en sí, que es la censura. Para ello no hay que ir más lejos que una búsqueda en Google en su navegador de preferencia. De acuerdo a la página https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/aepe/pdf/boletin_17_10_77/boletin_17_10_77_03.pdf Apuntes sobre la censura durante el franquismo, escrito por Pedro Jiménez, ya en el primer párrafo nos da una pista de lo que este autor nos comenta sobre el tema: dice así: “La censura se siente como una humillación, como una falta de respeto a la población adulta, que se encuentra infantilizada, considerada menor de edad.”. Continúa el mismo autor con el siguiente párrafo: “El ejercicio prolongado de la censura provoca la autocensura, la castración intelectual y destruye potenciales vocaciones, al mismo tiempo que priva a los ciudadanos de los elementos necesarios para su formación cultural.”.
Es decir, al haber censura no hay un avance real en las luchas para la sociedad, solo hay represalias ante los actos que una persona haga. Se le pone una especie de objetivo donde, otra persona, que se siente con derecho y poder, aunque no la tenga, puede desde recriminar hasta insultar y falsear al autor por simple gusto.
Alguien censurador se convierte en censurado de conocimiento que no lo deja ver más allá de sus narices. Cree que lucha a favor de ciertos sectores de la sociedad que considera minorías, lucha contra un monstruo que al final son molinos de viento
Casos de censura y ataques viles y atroces han vivido los distintos autores de las etapas de la humanidad. Autores como J.K Rowling, quien es acusada de una supuesta transfobia, en la red social de los progres o “generación woke”, Twitter. Dichos ataques hacia la autora británica han tenido repercusiones en sus libros y hasta en los videojuegos. A finales del mes de enero, del año 2023, salió el juego llamado Howart´s Legacy. En dicho juego, uno de los NPC es transgénero y se siente tan natural su inclusión que muchos jugadores alabaron este hecho, pero no fue así para los censuradores de la escritora inglesa.
Ha habido intentos de boicot para aquella persona que se atreva a jugar Howart´s Legacy, indicando una supuesta transfobia a quienes lo juegan. Casos de acos a jugadores en la plataforma de streaming Twitch se han dado a conocer. Incluso, dicho acoso llegó a una V-Tuber (virtual tuber) de nombre Pikamee. Esta vtuber anunció que se “graduará” (graduar significa retirar) el 31 de marzo del 2023. Solo por jugar un inocente juego en febrero del mismo año. Pikamee fue una vtuber japonesa, muy alegre, ocurrente y con transmisiones que, aunque no entendieras lo que estaba diciendo, podías interpretar y reírte con ella sobre lo que estaba pasando.
Otro caso conocido fue también en Twitch, donde una pareja que estaba reuniendo fondos para una organización LGBTQ+, fue acosada por jugar Howarts Legacy, llegando al punto de hacer llorar a la mujer e interrumpir su transmisión. Pero la generación woke le echa la culpa a la streamer por tener sentimientos. Cualquier persona que no entre en el tema woke, es atacada, hasta amenazar de muerte a aquellos que no piensen igual que ellos. El insulto más “ligero” tiene que ver con los alemanes de la década de los 30 del siglo pasado.
Aunque la palabra fobia tiene una connotación de tenerle miedo a algo, esta generación woke la utiliza para referirse a algo que se le tiene repulsión, que no te guste
Pero eso no queda ahí, porque los defensores de las personas transgénero continúan con su boicot. Hay casos en Twitter, donde personas transgénero, son fans de Harry Potter y han expresado su deseo de jugar el juego mencionado en párrafos anteriores. La autora de la saga más icónica del siglo 21, harta de tanto acoso, va a empezar una demanda masiva contra aquellos que resulten responsable de desearle la muerte o que la compararon con los alemanes de 1939-1945.
Volviendo al tema, los cambios de palabras, pero sin perder la idea principal de los libros que son adaptados a las generaciones actuales. le pasó a Roahl Dahl, autor de libros como Matilda y Charlie y la fábrica de chocolate donde la editorial que publica a este autor, Puffin Books y The Roahl Dahl Story Company, decidieron “reestructurar” los libros para quitar palabras como “fea” y “gordo”, con temas como la salud mental, la violencia, incluso, de los trabajos que sueña la pequeña niña, cambiándolos a un empoderamiento que se ve como forzoso, con tal de quedar bien con un público que al final no van a leer dichas obras, además de menospreciar a los lectores y su capacidad de análisis y raciocinio. Cabe recordar que Roahl Dahl falleció en 1990.
Otro ejemplo de censura es con el caso de James Bond, tratando de eliminar frases o expresiones que se puedan malinterpretar y que puedan ofender a los lectores. Todo este acto de censura parece sacado del libro 1984, de George Orwell, donde la corrección política está al orden del día.
Pero el problema viene de querer ver con los ojos actuales libros que fueron escritos en una determinada época. Se ve en las advertencias de las caricaturas de la Merrie Melodies, la advertencia que le pusieron a la película animada de Dumbo y un larguísimo etcétera. Por ejemplo, James Bond fue escrita durante la época de la Guerra Fría, en la Inglaterra de esa misma época.
Reconstruir el pasado diciendo que antes era peor que ahora, puede que parezca muy noble, pero lo único que provoca es que haya un alejamiento a algo que nos ayude un poco a entender cómo eran los años anteriores a nuestra existencia actual.
Consideran que hay una sola y única forma de leer, que es la del progresismo woke, la mentalidad de “estás conmigo o estás en mi contra”, que lo único que provoca es una división innecesaria. Censuran y queman en la hoguera a autores y escritores por algo que nunca dijeron o que ya no pueden opinar, como los casos de Ian Flemming y Roahl Dahl, quienes ya fallecieron, con el único motivo de que “me ha ofendido”.
¡Hasta la próxima!