Editorial InPerfección Principal

HASTA LA VISTA 2022.

#InPerfecciones
“2022 ha sido un año de revelaciones, sin temor a equivocarnos, pudimos constatar que la ideología sin autocrítica solo es evangelio.”

 

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

Andrés Calamaro dice que todo lo que termina, termina mal, sin embargo, a la apuesta poco optimista del cantautor argentino podemos argumentar en contra y muy a la mexicana, qué, al mal paso, darle prisa, el 2022 agoniza y paradójicamente aunque sea de manera figurada cada año es la única defunción que esperamos y celebramos, porque la temporalidad que inventamos nos permite abrirle la puerta a nuevas oportunidades, personales, colectivas, políticas, económicas, deportivas, religiosas o familiares, gustamos de reunirnos para celebrar que estamos juntos y vivos, en muchos otros casos habrá quienes no tengan nada que celebrar, ya sea porque no tienen los medios para hacerlo o simplemente porque no tienen con quien hacerlo, lo cierto es, que el paso del tiempo es implacable, nos va derrotando poco a poco y nos pone a prueba a cada segundo, quizá por eso celebramos, no obstante, a la algarabía que resuena por todo el mundo cuando llega el año nuevo, la nostalgia y la melancolía nos invaden al recordar a los que ya no están de un modo u otro en nuestras vidas.

 

Pero la tenacidad es una característica de la vida, nos empeñamos en seguir respirando para que el corazón siga latiendo, el sentido que le damos a nuestra vida dentro del colectivo al que llamamos sociedad es el que nos impulsa a seguir adelante a pesar de las complicaciones cotidianas; sabemos que a la vuelta de la esquina hay incertidumbre y desazón que son inevitables, pero para eso existe el valor, rendirse, por supuesto que es una opción, estrictamente nada nos obliga a mantenernos de pié y aun así, tomamos la decisión de hacerlo porque asumimos que de nuestras acciones dependen otros de manera directa o indirecta, incluso encontramos edificante el sentimiento que nos empuja a ayudar a otros que necesitan una chispa de confianza y amor para encontrar su camino; seamos religiosos o no, sarcásticos y mordaces, apáticos o proactivos, sabemos que hay algo por ahí que está esperando por nosotros en solitario o en colectivo, por eso somos tenaces, no solo porque sobrevivimos, sino porque tenemos la voluntad de resistir, resistimos el paso del tiempo, las inclemencias del clima, el hambre, las enfermedades, las preocupaciones, la falta de recursos, la falta de nuestros seres queridos, los regímenes gobierno y sobre todo resistimos los embates de ese inconsciente más profundo que nos habla al oído y al que todo le parece imposible.

 

2022 ha sido un año de revelaciones, sin temor a equivocarnos, pudimos constatar que la ideología sin autocrítica solo es evangelio, el retroceso del pensamiento crítico se ha puesto de moda porque vende más la fe a los charlatanes que la revisión de sus métodos, la descalificación como mecanismo de defensa ideológica nos ha brindado todo un catálogo de argumentaciones tan banales que terminan confirmando el oscurantismo que vive en los postulados de una izquierda que una vez instalada en el poder ha preferido quedarse hemipléjica monopolizando el discurso crítico que tanto la caracterizó en el pasado, esa izquierda, de cara al 2023 ya no lo es más porque se autonombró como transformación, y se transformó tanto, que vive su momento más derechista y conservador de todos los tiempos, con breves pinceladas del socialismo utópico que prefiere la ruina a cambiar el rumbo dejando de lado el recetario de los represores de closet, la elevación de sus postulados al nivel de la religiosidad y el fanatismo que persigue y castiga el cuestionamiento.

 

Por eso 2022 ha sido tan revelador, los que se asumen como profesionales de la política, siguen siendo los mismos malnacidos que se bañan con la sangre de los ciudadanos, esos que minimizan la violencia, los muertos y los desaparecidos, porque importa más el valor de la puta imagen pública de un farsante disfrazado de Presidente que presume su complejo de inferioridad con encuestitas de aprobación y popularidad que apuntalan un discurso repetitivo que alienta los radicalismos, el resto, solo es relleno, el mismo relleno de los discursos de campaña, el Gobierno de todos, el Gobierno del pueblo, solo es una dicotomía de ese discurso abigarrado que presume lo inacabado, que premia a los mafiosos, que se codea con el crimen organizado.

 

La lista de incongruencias es larga para resumir un año en el que los ciudadanos hemos resistido el cinismo y la incompetencia de todos esos políticos y su camaradería insultante, la izquierda rindiendo homenaje a la derecha y la derecha rindiéndose ante la izquierda para no perecer víctima de su propia descomposición; eso es lo que hemos resistido, podríamos celebrar que la tenacidad nos ha permitido mantenernos con la dignidad en su lugar que ya es mucho decir en tiempos donde a la dignidad se le puso un precio y que desafortunadamente se tendrá que pagar con altos intereses.

 

Y seguimos aquí, aquí donde vale la pena mantenerse de pie, aquí donde el análisis y la crítica nos permiten pensar en lugar de creer, a pesar de la bajas y de la incertidumbre resistimos y nos reímos y nos enojamos, con buenos y malos días, pero aquí seguimos de frente al año que se avecina y que probablemente nos tenga muchas más sorpresas que el agonizante 2022, con bríos renovados, podemos decir con mucho valor, ¡sorpréndenos 2023!, a pesar de los mentirosos y traidores, a pesar de los demagogos, a pesar de los cínicos, a pesar de los delincuentes instalados en el poder, vendrán otras disecciones y muchos debates, pero nunca ninguno de ellos de rodillas ante los que se asumen dueños del destino de nuestras vidas; a todos muchas gracias, por toda su atención, por todo su cariño por su preocupación y como lo hemos externado muchas veces, gracias tambien por la crítica, gracias por sus aportaciones y por hacernos parte de su día a día, que el año 2023 tenga para todos maravillosas sorpresas, mucha alegría y mucho amor de sus seres queridos, mucha salud –aunque no estemos en Dinamarca- y mucha claridad de pensamiento para tomar las mejores decisiones, hasta la vista 2022, nos dejaste mucho aprendizaje que seguramente tendremos que ocupar en 2023; que vengan más disecciones, más comentarios y sobre todo, más emociones en compañía de todo el extraordinario auditorio.

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