Cultura

Mijail Bajtin, “La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento: el contexto de François Rabelais”

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liga la risa como contraparte de lo serio, lo religioso.

 

 

Luis Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5 
luizandcar18@gmail.com 

Para empezar este texto, me gustaría comenzar con una breve biografía de Mijail Bajtin y un previo sobre el texto mencionado en el título.

 

Mijail Bajtin, fue un crítico literario, historiador, teórico y filósofo ruso (1895-1975). Al ser crítico, se le considera como uno de los opositores al formalismo ruso de principios del siglo XX, donde expone que la obra literaria es una especie de obra arquitectónica, oponiéndose a la visión limitada e importancia estética de los libros que le daban los formalistas.

 

Uno de los aportes que dio Bajtin a la literatura, fue en el estudio de la semiótica. Este campo estudia los símbolos y los signos, así como la forma en que las personas los crean y los estructuran. Es decir, el mensaje del emisor hasta la interpretación, literal o no del mensaje hacia el receptor. 

 

Bajtin escribió muchos otros textos, como el de a continuación, donde expresa que su idea de novela es un carnaval, que no hay una sola forma de escribirla y que es menos rígida y menos “fifi”. En otras palabras, el eterno conflicto entre lo popular (del pueblo) contra lo tradicional (lo conservador)

 

Utiliza un análisis histórico de la cultura popular de la Edad Media donde se aprovecha del conocimiento de François Rabelais, un sabio francés del siglo XVI quien investiga las fuentes populares y su rebelión a lo establecido en la literatura francesa de su época, llevándolo, irónicamente, a la incomprensión de su sociedad.

 

Regresando a Bajtin, este estudia, bajo sus propios términos las claves de la cultura popular, usando como base el conocimiento de François Rabelais. Bajtin liga la risa como contraparte de lo serio, lo religioso. 

 

Con este contexto rápido sobre esta obra de Bajtin titulada “La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento: el contexto de François Rabelais”, me gustaría enfocarme en tres de las citas que vienen dentro del texto:

 

  1. Entre las numerosas investigaciones científicas consagradas a los ritos, los mitos y las  obras populares, líricas y épicas, la risa no ocupa sino un lugar modesto.
  2. La ignorancia o la subestimación de la risa popular en la Edad Media deforma también el cuadro evolutivo histórico de la cultura europea en los siglos siguientes.
  3. En suma, durante el carnaval es la vida misma la que interpreta, y durante cierto tiempo el juego se transforma en vida real. Esta es la naturaleza específica del carnaval, su modo particular de existencia

 

Así como sucede en el teatro, que es una representación de la vida, el carnaval también lo es. Durante el tiempo que dura la el carnaval, el humano es libre. No tiene que encadenarse a los estereotipos que dicta la sociedad. El actor y la persona del pueblo se vuelven uno. Las pasiones humanas suelen ser tachadas por los miembros de una comunidad. De manera algo irónica, las fiestas religiosas se derivan de los carnavales, solo que las iglesias imponen reglas para que el pueblo no se descontrole, aprovechándose de la buena voluntad, por decirlo de alguna manera, de las personas al mismo tiempo que les dicen que los propios carnavales están mal. 

 

Pero a pesar de todos los intentos para menospreciar y denostar a los carnavales, nunca pudieron. Es por esto que aceptaron algunas de las cosas y las adaptaron a las fiestas patronales. De esa manera, no perdieron tanto el control.

 

El carnaval, en sí, acepta, unifica a la gente. El rico y el pobre conviven bajo un disfraz, una máscara donde no se sabe ni les importa las opuestas realidades en que viven. En cambio, las fiestas religiosas amplían estas diferencias. Separan a la gente. Debido a que el carnaval es una burla a la vida, se opone diametralmente a la religión, porque esta última intenta exponer la vida y las conductas que cada quien debe seguir.

 

También algo que menosprecian es la risa. Suele ser ignorada por los de la denominada alta cultura. Aunque esté dentro de nosotros, lo ignoran y menosprecian. ¿Por qué no se ha estudiado la risa popular?, ¿ha cambiado la cultura popular de la edad media a ahora? Para intentar responder la primera hay que regresar un poco al tema del carnaval. Ya que la risa es general, alegre burlona y hasta sarcástica, una de las maneras de utilizarla es para burlarse de la vida como tal. Yace en una dualidad de aceptación y negación al mismo tiempo. Junto al carnaval, se burla de los que se burlan (valga la expresión). 

 

El pueblo no se excluye en ningún momento de la festividad. Se alegra de ser el centro de atención, así también para librarse de las estrictas reglas de la sociedad. No esconden sus vicios ni sus defectos, es más, mi interpretación es que hasta los resaltan más. La vida es un caos, una constante lucha por sobrevivir. Las fiestas religiosas le tratan de dar sentido a ese caos, que todo tenga un orden preestablecido. En el sentido más estricto se pueden considerar como la lucha del bien y el mal. Una buena persona es, según el orden religioso, alguien que no se embriaga, que no trasgrede la razón.

 

Y respecto a la segunda pregunta, es probable que haya cambiado un poco la cultura popular a lo que conocemos el día de hoy. El pueblo muere y renace, de manera espiritual. Se renueva. No se excluye de la evolución y lo acepta como, lo que es: una farsa de la vida aburrida que tienen. Esa es lo que se considera como la risa popular. En cambio, la risa de ahora es lo opuesto. Se aleja de todo sentido humano y nos deja ver un solo esbozo sin dejarnos ser partícipes porque lo único que hace es que le da mucha alegría burlarse del objeto a quien se le hace alusión.

 

Para terminar, la misma cita lo dice: “En suma, durante el carnaval es la vida misma la que interpreta, y durante cierto tiempo el juego se transforma en vida real. Esta es la naturaleza específica del carnaval, su modo particular de existencia.”. Es una lucha no ganada, ya que es similar al teatro, donde dos fuerzas que nos dicen que se oponen, en realidad son ambiguas y ayudan incluso a forjar el pensamiento contemporáneo.

 

¡Hasta la próxima!

#InPerfecto