Cultura

Ortografía, el arte olvidado por las redes sociales

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“¿qué es lo primero que te dicen cuando se enteran que te gusta leer o escribir?”

 

 

Luis RIcardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com  

 

En escritos anteriores ya estuvimos hablando sobre algunos de los problemas en la lectura, la diferencia entre leer y lectura y ahora les hablaré de la escritura en las redes sociales. Un tema que para muchos es considerado como, valga la expresión, mamonería el andar corrigiendo a las personas en las redes sociales. 

 

Todos entendemos un mensaje bien escrito, que decir un artículo de una revista o un periódico, un libro ni se diga. Estas benditas redes sociales nos da la oportunidad de expresarnos como queramos, hasta de volvernos expertos en cierto tema gracias a una visita rápida a Wikipedia, aquella página que ha salvado a muchos estudiantes y que irónicamente, está llena de faltas de ortografía que los estudiantes no se fijan.

 

Claro, el asunto de la ortografía es mucho más complejo de lo que se escribe en estas líneas, ya que empieza por el dúo emisor-receptor e influyen demasiados tecnicismos que los nombres dados aburrirían a los lectores.

 

Por supuesto que la palabra es lo más importante si queremos dar un mensaje. Detrás de una pantalla decimos aquello que nos agrade o nos molesta, sin censura ni tapujos.

 

Sino, entren a Twitter y vayan a una discusión política, como lo es el Poeta de la mansión del bienestar y van a ver los mismos comentarios una y otra y mil veces repetidos por cientos de personas con dos o tres celulares a la mano. ¿Pero eso es una forma de libertad de expresión o no?

 

Estas benditas redes sociales ayudan a que dichos mensajes tengan impacto en el mundo. Se han hecho estudios del impacto de la escritura en las benditas redes sociales. Uno de ellos, realizado en el 2017 por la Universidad de Alcalá, dio como resultado que el 90% de los encuestados admitieran cometer faltas de ortografía, las cuales no son que simplemente se hayan saltado acentos, poner comas y demás, sino escribir mal las palabras a propósito. 

 

Un 88% de los encuestados ni se fijan en la manera en cómo elaboran sus escritos y el 150%, lo ganó el PRI. ¿Cómo le hizo?, no tengo idea, pero ganó el PRI y de alguna manera, también estuvo en la pelea un grupo de estos de pop coreano. 

 

Es una cuestión muy compleja de analizar a ojo de buen cubero. Aunque ahora se busque la rapidez. El asunto de los procesos ya quedó atrás. Si te pasó algo malo, vamos a lo que sigue. En el asunto de la escritura, en general, hay que invertir tiempo, tiempo que se considera dinero. 

 

Porque a ver, ¿qué es lo primero que te dicen cuando alguien ajeno a tu familia se entera que te gusta leer o escribir?, pues su respuesta de ellos mismos es que dejemos de estar de ociosos y mantenidos. Y ahora yo hago la siguiente pregunta. Gracias a esa forma de pensar, cuántos lectores en potencia se han quedado en el camino.

 

Pero escribir un cuento, una novela, incluso un poema no es nada fácil. Hay que investigar, hacer borradores, leer sobre el tema que va a tratar tu escrito. Una vez escrito ese primer boceto, viene el proceso de edición. Por el contrario, hay los Yordi Rosado y esos personajes que le pagan, malamente, a un escritor fantasma para que, justamente, escriba por ellos. Un paréntesis, vean la película llamada justamente así, El escritor fantasma

 

Ahora, ese formalismo, por llamarlo de alguna manera que se suele ver en los libros, se rompe de manera hegemónica en las benditas redes sociales. Nadie está exento de cometer errores ortográficos, como escribir la palabra cajón con la letra G. Esto se debe a que escribimos como hablamos. Ese lenguaje coloquial que se traslada al lenguaje escrito por medio de los mensajes instantáneos y demás plataformas. 

 

Pero para mí, la ortografía no es impedimento para dar un mensaje, con que se entienda, lo considero suficiente. Ahora, si es algo como el lenguaje inclusivo, donde cambian las vocales por las letras X, para no ofender a cierta sección de la sociedad, pues en lugar de mensaje se vuelve una fórmula matemática y se pierde el sentido del mensaje.

 

Por su puesto, si se fijan bien, también cometí alguno que otro error u horror ortográfico. Pero el resultado de mi mensaje quedará.

 

¡Hasta la próxima!

 

ç#InPerfecto