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“La actuación de la Fiscalía a lo largo del sexenio de la Cuarta Transformación ha jugado un papel más parecido al de un saboteador”.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
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Fue una lástima que Jesús Murillo Karam, ex procurador de la PGR, no se encontrase viviendo en España o Francia cuando el pasado viernes 19 de agosto, la Fiscalía General de la República lo detuvo veinticuatro horas después de que Alejando Encinas Subsecretario de Derechos Humanos hiciera público el informe sobre los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Fue una lástima porque ya se nota la “pobreza franciscana” que ha implementado la Cuarta Transformación en materia de espectáculo mediático cuando se detiene o se extradita a las figuras de la vieja mafia del poder. ¿Cómo no acordarse de la llegada de Emilio Lozoya extraditado de España en 2020? Sin duda aquello fue un recibimiento como “Dios manda” para todo un “rockstar”, desafortunadamente Murillo Karam se encontraba en su domicilio y todo el dramatismo se fue por la borda, empezando porque a los agentes de la Fiscalía se les olvidó llevar el documento para leerle sus derechos al detenido, ya no hay respeto por las formas, y menos cuando los abogados de la Fiscalía hicieron el ridículo y se llevaron un regaño del Juez a la hora de presentar al detenido ya que no iban preparados para llevar a cabo una diligencia de semejante calado.
Resulta irónico, aunque no sorprende, que la seriedad que representa el informe presentado por Alejando Encinas en el que se oficializa el concepto de “crimen de estado” sobre la detención y asesinato de los estudiantes de Ayotzinapa y que aporta información que pudiera esclarecer el caso, se tropiece con la deficiente actuación de la Fiscalía; si bien se detiene a Murillo Karam y se giran órdenes de aprehensión en contra de militares y policías implicados, nombres como el de Enrique Peña Nieto y Salvador Cienfuegos no salieron a relucir en esta primera ronda de implicados, nombres que pensando en un “crimen de estado” pueden obviarse, sobre todo si acudimos a la frase aquella de que “el Presidente se entera de todo”, sin embargo, el nombre de Omar García Harfuch Secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX salta a la vista al estar señalado como parte de la conjura llamada “la verdad histórica” y que mientras se aclara si tiene que ver o no, políticamente ya le metió un calambre a la “corcholata” y Jefa de Gobierno de la CDMX Claudia Sheinbaum.
La actuación de la Fiscalía a lo largo del sexenio de la Cuarta Transformación ha jugado un papel más parecido al de un saboteador, cometiendo errores que entrampan los “casos estrella” para hacer justicia, recordemos de nuevo a Emilio Lozoya, a Salvador Cienfuegos cuando fue extraditado de Estados Unidos acusado de narcotráfico y recientemente la débil integración de la investigación en contra de Rosario Robles que la tiene de vuelta en casa bajo libertad condicional; solo esperemos que el caso en contra de Murillo Karam no se les vaya a caer por impericia y termine todo siendo un monumental ridículo por lo que parece haberse convertido en un síndrome, el síndrome de convertir los aciertos en errores.