#InPerfecciones
“La política hoy, es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos” – Louis Dumur
Pablo Ricardo Rivera Tejeda / @PabloRiveraRT
pricardo.rivera@gmail.com
Una vez más, los martes se han vuelto días oscuros para Alejandro Moreno Cárdenas. Son incómodas aquellas tardes en las que poco a poco se va levantando el velo de la mentira e hipocresía y contemplamos al dirigente del PRI tal como es: un político de lo peor, y también, una persona en su totalidad, vomitiva. El verdugo de la oposición sigue afilando la hoja con la que habrá de mutilar por completo cualquier esperanza de Va X México en los años siguientes, pues de no ponerle un alto, las consecuencias serán devastadoras.
Durante casi un siglo, el PRI gobernó México de una forma repugnante. Los políticos de dicho partido no eran más que los estafadores por excelencia de las personas que depositaban en ellos su esperanza. Una país que entrevía un futuro prometedor, sólo fue testigo de la corrupción y el colapso de un proyecto de nación a causa de los dictadores, abusivos e inmorales que llegaron como una plaga a las cúpulas del gobierno, y se extendieron como un cáncer irremediable hasta el punto de no tener cura.
Hace poco, el PRI resurgió de las cenizas como aquella alternativa, junto con PAN y PRD, para combatir la “tiranía” de López Obrador. Se vendió como la mejor opción de la mano del sector privado para curar a México de los actos atroces que la Cuarta Transformación estaba causando, sin embargo, este es un claro ejemplo de la incontable cantidad de mentiras que existen en la política, es otra muestra de que vivimos en una sociedad que encumbra a los inmorales y alaba ciegamente al primero que lance la carnada, a pesar de ser venenosa.
ALITO no hace mas que encabezar una mentira, sus audios son prueba de ello. El filtrado la semana pasada, confirmó lo que muchos ya pensábamos, y es que a Moreno Cárdenas no le interesa nada mas que el poder, es ciego por la ambición y un agresivo monstruo que busca terminar con la libertad mediante influencias y como siempre, el amaestrado manejo de la corrupción. En el mencionado fragmento de una conversación, se escucha al político hablando de una manera verdaderamente vulgar y repulsiva, se burla de aquellos que ejercen con honor y valentía su trabajo; los periodistas, se mofa de aquellos a los cuales ha violentado y se cree el muy “machito” por decir que con amenazas –por no usar otra palabra–, puede doblar y manipular a quien le venga en gana. Pero no sólo eso, sino que denigra de tal manera a las mujeres, ya no sólo por comprometer su integridad con fotos de ellas desnudas, sino amenazandolás con difamarlas, dañarlas y llamarles prostitutas por no “hablar bien de Alito”. En síntesis, actitudes dignas de un patán misógino como él.
Además, y por si no fuera poco, el dirigente del PRI dice con seguridad que tiene “brothers” que obedecen todo lo que él indique. Hace mención a López Dóriga, Ciro Gómez Leyva, los dueños de Proceso, entre otros. Si bien los supuestos “brothers” de ALITO son personas que comparten con el político su afán por el dinero y una prepotencia descomunal, sería de gran bajeza –incluso para ellos–, afirmar que siguen sin cuestionar lo que un ignorante con delirios de grandeza les indique. Pero bueno, ¿qué se podía esperar de las amistades de Alejandro Moreno?, que resultaron igual de cobardes y convencieras que él.
México ha sido víctima de personajes como lo es ALITO, que han saqueado y corrompido a nuestro país hasta los huesos, dejando sólo el gabazo de todo aquello que royeron. Me pregunto con qué cinismo se puede defender a Moreno Cárdenas, ya que ni siquiera en Europa, cuando iba con su traje de víctima, le creyeron, cosa que por el contrario la oposición sí ha hecho.
Cada vez se vislumbran más cercanas las elecciones de 2024 que definirán –en gran medida–, el futuro del país, y ante esto, PAN, PRI y PRD no hacen nada más que defender lo indefendible, no hacen más que criticar a un presidente por cómo iba vestido en su encuentro con Joe Biden, que por cierto, a pesar de vestir sus lujosos trajes y transmitir una imagen impecable, es más odiado que muchos en la historia de su país. Si aquellos que se oponen a López Obrador se dedican a criticar un saco abotonado, dejan en claro su desconocimiento y fanatismo, que a juzgar por la popularidad del presidente, creo que no les ha servido del todo. AMLO es el claro ejemplo de un líder querido por el pueblo, no por sus lujos y apariencias, sino por su austeridad y humildad. Sería irrisorio pensar que una persona como él, que no proviene de renombrada alcurnia, siguiera al pide de la letra protocolos –que a mi juicio, son a veces obsoletos–, por el contrario, López Obrador representa a los mexicanos, defiende con orgullo sus orígenes y no cae en las frvolidades propias de magnates y poderosos que se preocupan más por el nudo de su corbata, que por aquellos a quienes deberían proteger.
En fin, es doloroso ver cómo aquellos en el poder sólo nos llevan a escenarios cada vez peores. Es irónico pensar que los que se dicen partidarios de la libertad, la censuren con amenazas y artimañas de una bajeza indignante, sin embargo, ni sus “brothers” los podrán rescatar del abismo en el que se sumen sin descanso, y sólo ellos serán los responsables de su paso por la historia como las calamidades que destruyeron a nuestro país, dejando aquellos audios como evidencia flagrante de su traición inevitable.