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“1979-1999, los primeros 20 años de la entrega del Premio Pritzker marcan el camino que ha seguido la arquitectura de cara a un nuevo mileno lleno de desafíos.”
Carlos Rosas C / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
27 de diciembre de 2020, el Especial de Arquitectura en InPerfecto, le dio la bienvenido a la serie “Premio Pritzker, Los Galardonados”, un especial donde se rinde homenaje a todos y cada uno de los arquitectos que merecidamente bajo los criterios de la Fundación Hyatt han recibido desde el año de 1979 éste que es el máximo galardón considerado para destacar el aporte al enriquecimiento del entorno humano.
El Premio Pritzker, inspirado por la influencia arquitectónica del primer hotel Hyatt en Los Ángeles, consideró que un premio a esta actividad podía servir como incentivo para una mejor y más creativa práctica de la arquitectura, así como estimular una más clara comprensión entre el público de las nociones arquitectónicas de las grandes edificaciones.
La organización del Premio Pritzker, el protocolo para la selección del ganador y la ceremonia de entrega, siguen un patrón similar a los de la entrega del Premio Nobel, y quizá sea esta una de las razones por las que los medios consideran a estos dos galardones al mismo nivel de importancia.
El quehacer arquitectónico ha visto pasar infinidad de arquitectos muy destacados por una muy definida labor dentro de un estilo o una modalidad específica de edificaciones, sin embargo, el selecto grupo de arquitectos que han recibido éste galardón no solo son representantes de varias corrientes estilísticas, sino que también son un cúmulo de historias que inspiran y catapultan la sensibilidad de todos los que se encuentran inmersos en la tarea creativa de resolver desafíos que demandan una capacidad técnica y un oficio que llega a sobrepasar los límites de lo extraordinario; belleza, tecnología, innovación, sensibilidad, teoría y arte se conjugan para deleite de los que aprecian a la arquitectura como uno de los oficios más destacados de la humanidad.
El especial de arquitectura, ha traído a lo largo de 23 especiales la obra de extraordinarios exponentes que merecidamente han sido premiados; la entrega anterior dedicada al arquitecto británico Norman Foster remata un ciclo de 20 años en los que desde 1979, año en que le fue otorgado el Pritzker al arquitecto Philip Johnson, hemos sido testigos de las tendencias arquitectónicas que ha visto pasar el tiempo hasta 1999, motivo por el cual es importante hacer un corte para resumir y recordar a cada uno de los arquitectos que impulsaron la arquitectura mundial antes de entrar al nuevo milenio.
Este periodo (1979-1999) transitó por los estertores de la Guerra Fría hasta verla culminada con la caída del Muro de Berlín en 1989, las nuevas tendencias y la teoría arquitectónica caminaron de manera paralela a la historia mundial entre regímenes políticos e ideologías que cambiaron la configuración geopolítica mundial, sin embargo, la arquitectura, ya sea de manera intempestiva o de manera espiritual se manifestó con una potencia de lenguaje que ha quedado plasmado en obras de un significado tan importante que hoy forman parte no solo de la memoria de la humanidad sino que forman parte del acervo del patrimonio de la humanidad.
La polémica ha estado presente a lo largo de la historia del Premio Pritzker, hasta el año de 1999, ninguna arquitecta ha sido galardonada aún, ningún afroamericano, ningún africano o árabe tampoco han sido considerados para recibir el premio, Denise Scott Brown aún siendo parte fundamental del despacho de Robert Venturi (Premio Pritzker 1991), no fue considerada para recibir el galardón, aspecto que deja de manifiesto un paradigma ideológico que le ha sido muy criticado a la organización que otorga el Premio Pritzker, sin embargo, las cosas están a punto de cambiar con la llegada del nuevo milenio, los criterios habrían de cambiar y veríamos gratas sorpresas en materia de premiación.
Demos paso entonces a este resumen de los primeros 20 años del Premio Pritzker, una lista encabezada por el polémico Philip Johnson y que remata el extraordinario Norman Foster, un recorrido por lo más destacado de “Los Galardonados”.
1.- PHILIP JOHNSON, PREMIO PRITZKER 1979. (Estados Unidos)
UN POLÉMICO DEL ESTILO INTERNACIONAL.
“Soy una puta, Me pagan bien”. La definición más descarnadamente honesta que Philip Johnson dio de si mismo cuando le preguntaron por el hotel que diseñó para Donald Trump en Columbus Circle, Nueva York. Con esa frase contundente reflejó su falta premeditada de consistencia, su poco apego a una corriente concreta y su ojo infalible para detectar y crear tendencias sin casarse con ninguna de ellas.
Salvo la icónica Glass House que construyó para él mismo en New Canaan, Connecticut, en 1949 -pero que en realidad apenas habitó-, pocos edificios de Philip Johnson pueden considerarse fundamentales para la historia de la arquitectura contemporánea. Lo que no impide reconocer su extraordinaria labor como divulgador cultural, mecenas y comisario arquitectónico.
Personaje polémico Philip Johnson fue de los pocos arquitectos que se declaró abiertamente homosexual, además de manifestar en su momento simpatía por la corriente Nacional Socialista de Adolfo Hitler, aspecto que llevó a Johnson a intentar fundar el Partido Nacional en EE.UU., fascinado por la grandilocuencia y la imagen de poder que emanaba el movimiento de Hitler. En línea con esa moralidad cambiante y huidiza que siempre se le achacó, más tarde intentó sin éxito ocultar ese capítulo oscuro de su biografía.
A pesar de sus claroscuros, Philip Johnson fue el primer arquitecto en recibir el Premio Pritzker en 1979, un galardón que, haciendo honor al afán de notoriedad del propio Johnson, se convertiría en el más célebre del mundo. Y a la fiesta de su 90 aniversario acudieron los más emblemáticos personajes de la arquitectura moderna como Frank Gehry, Zaha Hadid, Rem Koolhaas y Arata Isozaki. El mejor homenaje a un hombre cuya mayor contribución fue su capacidad para anticipar transformaciones.
2.- LUIS BARRAGÁN, PREMIO PRITZKER 1980. (México)
ARQUITECTO MÍSTICO.
El arquitecto mexicano Luis Barragán, en su discurso de aceptación del Premio Pritzker en 1980 dijo lo siguiente:
“En proporción alarmante han desaparecido en las publicaciones dedicadas a la arquitectura las palabras belleza, inspiración, embrujo, magia, sortilegio, encantamiento y también las de serenidad, silencio, intimidad y asombro.”
Las palabras del maestro Barragán hacen eco desde aquel lejano 1980 donde se inmortalizó la trayectoria del arquitecto jalisciencie al ser galardonado con el máximo reconocimiento en materia de arquitectura a nivel mundial.
Nacido el 9 de abril de 1902 en Guadalajara, México. Su formación profesional fue en ingeniería, resultando en un título a la edad de veintitrés años. Sus habilidades arquitectónicas fueron autodidactas. En la década de 1920, viajó extensamente por Francia y España y, en 1931, vivió en París durante un tiempo, asistiendo a las conferencias de Le Corbusier. Su paso por Europa, y posteriormente en Marruecos, estimuló el interés por la arquitectura autóctona del norte de África y el Mediterráneo, que relacionó con la construcción en su propio país.
3 de junio de 1980, las palabras del fundador del Premio Pritzker son contundentes, “Estamos honrando a Luis Barragán por su compromiso con la arquitectura como un acto sublime de la imaginación poética”, dijo Jay Pritzker durante la ceremonia de premiación en 1980, segundo año en que se realizó el evento.
“Ha creado jardines, plazas y fuentes de belleza inquietante, paisajes metafísicos para la meditación y el compañerismo. Una aceptación estoica de la soledad como el destino del hombre impregna el trabajo de Barragán”, comentó Pritzker.
3.- JAMES STIRLING, PREMIO PRITZKER 1981. (Inglaterra)
EL NIÑO PRODIGIO DE LA ARQUITECTURA MODERNA.
James Stirling, es considerado por muchos como el principal arquitecto de su generación, un innovador sin igual en la arquitectura internacional de la posguerra. Stirling nació en Glasgow Inglaterra el 22 de abril de 1926. Se educó en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Liverpool y comenzó su propia práctica en asociación con James Gowan en Londres en 1956.
Comenzó su carrera cuestionando la composición e ideas teóricas del Movimiento Moderno. Con el tiempo, Stirling, recopiló un conjunto único de creencias arquitectónicas que se manifiestan en su obra. Su arquitectura, comúnmente descrita como “no conformista”, consistentemente causó descontento en los círculos convencionales. Se destaca especialmente por su voluntad de renovar los postulados arquitectónicos que, en su tiempo, estaban dictados por el modernismo. Así, Stirling es considerado como uno de los más importantes posmodernistas en la arquitectura del siglo pasado.
En un artículo escrito en 1979 para el libro Contemporary Architects , Stirling dijo:
“Creo que las formas de un edificio deberían indicar, tal vez mostrar, el uso y la forma de vida de sus ocupantes y, por lo tanto, es probable que sea rico y de apariencia variada, y es poco probable que su expresión sea simple. La forma particular en que los elementos funcionales-simbólicos están juntos puede ser el arte en la arquitectura. Si la expresión de las formas funcionales-simbólicas y los elementos familiares es lo más importante, la expresión de la estructura será secundaria, y si la estructura se muestra, no está en mi obra. En mi opinión, la ingeniería cuenta, pero la forma en que se construye el edificio es importante “.
4.- KEVIN ROCHE, PREMIO PRITZKER 1982. (Irlanda)
REFINADO Y VANGUARDISTA.
Cuando en una entrevista en 1970 le preguntaron a Kevin Roche si se pensaba como artista respondió: “Creo que ese tipo de descripción no tiene sentido. Acepto el término ‘artista’ en un sentido muy limitado. Si lo usa en el sentido general de creatividad, de acuerdo. Pero si lo usa en el sentido de tomar decisiones que dependen esencialmente del aspecto visual de un problema o en el sentido de hacer de la arquitectura algo que depende sólo de conceptos estilísticos, no quiero tener nada que ver con eso.”
“Los arquitectos debemos limpiar nuestra mente y pensar en lo que se supone que debemos hacer, en cuál es nuestra responsabilidad con la sociedad y en qué nivel podemos desempeñarnos.”
“Parte de nuestro problema como arquitectos es nuestra educación, porque tiene que ver con una serie de cosas ninguna de las cuales tiene que ver con la gente. Tiene que ver con ingeniería, que es una abstracción, con planificación, que es una abstracción, con teorías del diseño, que son abstracciones, y con la historia en términos de esas abstracciones, pero raramente tiene que ver con la persona que recibe nuestros servicios. No estamos entrenados a considerar a la gente; simplemente no es parte de nuestra programación. La función, como se interpreta por los arquitectos modernos, tiene muy poco que ver con el uso de la gente, a pesar de lo que se diga en sentido contrario. Todo lo que llamamos arquitectura hoy y todo lo que estudiamos en nuestras lecciones de historia no fue construido realmente para la gente como estamos hablando, sino para emperadores o faraones o reyes o papas, para una clase especial.”
5.- IEOH MING PEI, PREMIO PRITZKER 1983. (China)
SUTILEZA, LIRISMO Y BELLEZA.
Protagonista de la arquitectura del siglo XX con su célebre estudio y máximo intérprete del International style. La arquitectura de Ieoh Ming Pei se puede caracterizar por su fe en el modernismo, humanizado por su sutileza, lirismo y belleza.
Ieoh Ming Pei nació en el Cantón de China el 26 de abril de 1917 y se crió entre Hong Kong y Shanghái; llegó a los Estados Unidos en 1935 para estudiar primero en la Universidad de Pensilvania, luego en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y la Escuela de Graduados de Diseño de Harvard en 1942, donde estudió con Walter Gropiuis.
Dos de sus encargos más destacados han incluido el Edificio Este de la Galería Nacional de Arte (1978), en Washington, DC, y la Ampliación del Louvre en París, Francia. La necesidad de modernizar y expandir el Louvre, respetando su historia y arquitectura, llevó a la pirámide de vidrio ubicada en el centro que forma la nueva entrada principal y proporciona acceso directo a las galerías en cada una de las tres alas del museo.
Al recibir el Premio Pritzker, I.M. Pei realiza un emotivo discurso del que se desprende el siguiente fragmento:
“La práctica de la arquitectura es una empresa colectiva, con muchas personas de diversas disciplinas y talentos que trabajan en estrecha colaboración. Y desde la puesta en marcha hasta la finalización de un proyecto, también hay muchas personas para las que trabajan los arquitectos, cuya contribución a la calidad suele ser tan importante como la del arquitecto. Así que acepto este premio para todos los que han trabajado conmigo en esta empresa única. Estemos todos atentos a las nuevas ideas, a los medios que avanzan, a las necesidades emergentes, a los impulsos de cambio para que podamos lograr, más allá de la originalidad arquitectónica, una armonía de espíritu al servicio del hombre”.
6.- RICHARD MEIER, PREMIO PRITZKER 1984. (Estados Unidos)
LUZ Y GEOMETRÍA EN ARMONÍA
“Para mí el blanco es el color más maravilloso, porque refleja todos los colores que nos rodean. Para mí, de hecho, es el color que, con la luz natural, refleja e intensifica todas las tonalidades del arcoíris, que cambian constantemente. Porque la blancura del blanco nunca es sólo blanca: casi siempre se transforma con la luz y el ambiente; con el cielo, las nubes, el sol y la luna.
El blanco ha sido asociado convencionalmente con la perfección, la pureza y la claridad. Si nos preguntamos el porqué de este caso, nos damos cuenta de que donde otros colores tienen valores relativos dependiendo del contexto, el blanco retiene valor absoluto. Al mismo tiempo, puede funcionar como un color en sí mismo”.
Su arquitectura desciende de los postulados de las corrientes modernas establecidos por personalidades como Le Corbusier, Mies Van der Rohe y Frank Lloyd Wright, además de escuelas como el Constructivismo (Rusia), Bauhaus (Alemania) y el D’Stijl (Holanda).
Nacido el 12 de octubre de 1934 en el estado de New Jersey (EEUU), Richard Meier recibió su formación profesional en la Universidad de Cornell y se graduó en 1957. Meier recuerda que buscó desarrollarse profesionalmente junto a Le Corbusier, arquitecto que él incluye dentro de sus principales influencias: “Toqué esa puerta, traté de trabajar en su despacho pero no me aceptaron… Lo conocí en la ceremonia de apertura de la “Maison du Brésil” (Casa de Brasil), donde finalmente pude acercarme y hablar con él, pero igualmente se negó a aceptarme como practicante”.
7.- HANS HOLLEIN, PREMIO PRITZKER 1985. (Austria)
ARTISTA ECLÉCTICO MAGISTRAL.
Hans Hollein nació en Viena, Austria el 30 de marzo de 1934, fallecido el 24 de abril de 2014. Desde sus primeros días de escuela, manifestó su talento para el dibujo. Aunque eligió la arquitectura como profesión, sus obras de arte se encuentran en muchas colecciones públicas y privadas de todo el mundo.
Se le ha descrito como mucho más que un arquitecto: artista, maestro, autor y diseñador de muebles y cubiertos. Se graduó de la Academia de Bellas Artes, Escuela de Arquitectura, en Viena en 1956. Se le otorgó una beca Harkness que le brindó la oportunidad de viajar a los Estados Unidos. Realizó trabajos de posgrado en el Instituto de Tecnología de Illinois en Chicago y completó su maestría en Arquitectura en la Universidad de California, Berkeley en 1960.
En palabras del Arquitecto Hans Hollein “La forma no sigue a la función ni surge por sí misma. Es la decisión más grande del ser humano el hacer edificios en forma de cubo, pirámide o esfera. La forma de la arquitectura es una forma decidida y construida individualmente”.
La cita del jurado del Premio Pritzker resume el trabajo del arquitecto austriaco con mucha precisión y contundencia señalando lo siguiente: “En el diseño de museos, escuelas, tiendas y viviendas públicas, mezcla formas y colores atrevidos con un exquisito refinamiento de detalles y nunca teme reunir los más ricos mármoles antiguos y lo último en plásticos”.
“El jurado lo saluda como un maestro soberbio, que insta a los jóvenes con su ejemplo a correr grandes riesgos y, sin embargo, asegurarse de que no sea el diseñador, sino lo diseñado, lo que sigue siendo de suma importancia. Continúa practicando incansablemente lo que proclamó en nombre de sus compañeros arquitectos hace un cuarto de siglo, al comienzo de su distinguida carrera: “Devolvemos al hombre la alegría de construir”.
8.- GOTTFRIED BÖHM, PREMIO PRITZKER 1986. (Alemania)
PASADO Y PRESENTE EN ARMONÍA.
Hijo, nieto, marido y padre de arquitectos, Gottfried Böhm tiene motivos para reconocer el sustento que las formas y medios tradicionales proporcionan en la arquitectura, como en todas las artes.
Gottfried Böhm nació el 23 de enero de 1920 en la ciudad de Offenbach, cerca de Frankfurt, Alemania. Formó parte de la tercera generación de una familia de arquitectos, hijo de Dominikus Böhm, uno de los arquitectos de iglesias católicas y edificios eclesiásticos más respetados de Europa. Dado que su abuelo paterno también había sido arquitecto, no es de extrañar que Gottfried comenzara por ese camino. El pasado 9 de junio de 2021 el arquitecto Gottfried Böhm falleció en Colonia Alemania a la edad de 101 años.
Su carrera académica comenzó en 1942, cuando asistió a la Technische Hochschule de Munich. Se licenció en 1946. Un año más, continuó su educación, estudiando escultura en la Academia de Bellas Artes de Munich. Esa formación ha sido importante para los modelos de arcilla que desarrolla durante el proceso de diseño de sus edificios. Luego de finalizar sus estudios comenzó a laborar en la empresa de su padre, haciéndose cargo de la firma con sede en Colonia en 1955.
En su enseñanza, Böhm advierte contra “las exageraciones del movimiento historizador y la imitación sin sentido de épocas anteriores”. Ha insistido en “enriquecer espiritualmente los valores humanos en la arquitectura”, hablando en contra de “sobrepoblar el medio ambiente con características de diseño innecesarias”. Se ha opuesto tanto a la esterilidad reductiva como al brutalismo que reinó durante un tiempo. Aunque el lenguaje de sus formas no está en el estilo “modernista”, se adhiere a muchos de los principios éticos de la Bauhaus como “la austeridad, la honestidad y la expresión del propio tiempo en el trabajo”.
De acuerdo con su ideología, el futuro de la arquitectura “no radica tanto en seguir llenando el paisaje, como en devolver la vida y el orden a nuestras ciudades y pueblos”.
9.- KENZO TANGE, PREMIO PRITZKER 1987. (Japón)
TRADICIÓN Y MODERNISMO.
Kenzo Tange nació el 4 de septiembre de 1913, en la ciudad de Imabari, situada en la isla de Shikoku, Japón. Creció en Osaka y realizó parte de su formación escolar en Hiroshima. Fue el trabajo de Le Corbusier lo que agitó su imaginación de modo que en 1935, se convirtió en estudiante en el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Tokio.
Kenzo Tange fue el arquitecto principal del Modernismo en Japón. Sin embargo, Tange no hizo caso omiso de la arquitectura tradicional de Japón, y a menudo se esforzó por incorporar lo tradicional y lo moderno en sus diseños. Maestro, escritor, arquitecto y urbanista, es venerado no solo por su propio trabajo, sino también por su influencia en los arquitectos más jóvenes. En 1946, se convirtió en profesor asistente en la Universidad de Tokio y organizó el Laboratorio Tange. Entre sus estudiantes más destacados se encuentran figuras como Fumihiko Maki, Koji Kamiya, Arata Isozaki, Kisho Kurokawa y Taneo Oki.
Además de su afinidad por el modernismo, Tange ayudó a crear el movimiento arquitectónico Metabolista. Presentó un plan maestro para una ciudad flotante en la Bahía de Tokio en la Conferencia Mundial de Diseño de 1960; el plan era diferente a todo lo que los arquitectos hayan visto antes.
Tange estuvo a cargo de la reconstrucción de Hiroshima después de la Segunda Guerra Mundial. El Centro y Parque de la Paz de Hiroshima, inaugurado en 1946, convirtió a la ciudad en un símbolo del anhelo humano de paz. Arquitectónicamente, el Peace Center muestra un profundo conocimiento de la cultura tradicional y al mismo tiempo es un indicador en la búsqueda de un estilo moderno en Japón.
Las palabras del arquitecto japonés Kenzo Tange dejan muy clara una postura que mira hacia el futuro sin perder la memoria en un proceso de aprendizaje que enseña una gran lección para cualquier arquitecto: “(…) Me siento muy afortunado de haber atestiguado la transformación de Japón desde la devastación de la guerra hasta su crecimiento actual. Como arquitecto, no deseo repetir lo que ya he hecho. Creo que cada proyecto es un puente para el próximo, por lo que es muy importante rescatar el pasado para cambiar el futuro (…)”
10.- GORDON BUNSHAFT, PREMIO PRITZKER 1988. (Estados Unidos)
PRECISIÓN Y ELEGANCIA.
La obra de Bunshaft aúna racionalidad, exactitud, contención formal y un excelente manejo de la escala. Exploró en sus inicios las posibilidades sintácticas del acero y el vidrio para finalmente adentrarse en un ámbito más expresivo acompañado del uso de la piedra o el hormigón.
Se le atribuye la apertura de una era completamente nueva en el diseño de rascacielos con su primer gran proyecto de diseño de 1952, la Lever House de 24 pisos en Nueva York. Muchos lo consideran la piedra angular para establecer el Estilo internacional como el estándar arquitectónico corporativo de Estados Unidos, al menos durante la década de 1970.
Su enfoque minimalista se extiende más allá de su arquitectura. Al recibir el Premio Pritzker en 1988, dio el discurso más corto de cualquier ganador en la historia de la adjudicación, indicando: “En 1928, ingresé en la Escuela de Arquitectura del MIT y comencé mi viaje de arquitectura. Hoy, 60 años más tarde, he recibido el Premio de Arquitectura Pritzker por el que doy las gracias a la familia Pritzker y los distinguidos miembros de la comisión de selección por honrarme con este prestigioso premio. Esto es la culminación de mi vida en la arquitectura. Eso es todo. “
Gordon Bunshaft nació en Buffalo, Nueva York, el 9 de mayo de 1909, hijo de padres inmigrantes rusos. Se graduó como arquitecto en el MIT-Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1933 y dos años más tarde obtuvo el grado de Máster en Arquitectura en la misma escuela. Bunshaft recibió tanto el MIT Honorario Traveling Fellowship y la beca de viaje Rotch, lo que le permitió viajar por Europa y el norte de África desde 1935 hasta 1937.
El año de 1988, el máximo galardón de la Arquitectura es otorgado por primera vez a dos grandes figuras, los arquitectos, Gordon Bunshaft y Oscar Niemeyer, de América del Norte y del Sur respectivamente, cuyas obras se encuentran entre las más influyentes y reconocidas en el siglo XX, además de representar ideologías diametralmente opuestas. En la siguiente entrega estaremos iniciando con el arquitecto brasileño Niemeyer.
