#InPerfecciones
“Jugaremos muévete luz verde”
Maikel Ansted Hoffmann / @AnstedM
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Me parece extremadamente preocupante la serie, que desde hace un par de semanas Netflix la tiene entre las 3 más populares a nivel internacional: “El juego del Calamar”.
Es una serie para adultos, sin embargo, se presume que la ven todo tipo de personas, incluso niños y adolescentes.
Sinceramente yo no la he visto, más que unos fragmentos pequeños con los que me doy cuenta que el ser humano está cayendo demasiado, ¿cómo podemos ver (con tranquilidad) que unos juegos para niños, se convierten en asesinatos? ¿Qué imagen estamos dando a los pequeños de la sociedad: “si pierdes te matan” “si alguien pierde, lo matas”? ¿qué aberración es esa?
La psicóloga social Sandra Wheatley, con sede en Londres, aseguró al Daily Mail que el programa violento de Netflix podría impedir el “desarrollo social y emocional” de los niños pequeños, alentándolos a normalizar la violencia en sus escuelas, o incluso a unirse, cuando otros estén bajo ataque.
Se está normalizando la violencia gratuita de la que hace referencia esta espantosa serie y es muy peligroso. Si a edades tan tempranas ya hablan de ella quiere decir que “o la han visto en el ámbito familiar, en algún dispositivo o han sabido de ella por amigos o compañeros”.
Como experto en la educación y político juvenil, me deja realmente preocupado, ya que esto podría sacudir los cimientos de lo que se les enseña en la escuela y desde la familia, que es que nos debemos preocupar y ayudarnos unos a otros.
¿Esta bien ver series? Por supuesto que sí, pero debemos educarnos antes y no dejarnos influenciar por series tan denigrantes como esta… que, si lo pensamos, lo único que hace es dañar la mente de los más inocentes de la sociedad: los niños.
“¡Debemos permanecer atentos para que se detenga este juego malsano y peligroso”, decía un anuncio de la escuela en Facebook, después de que se viera a los estudiantes golpeándose unos a otros como penitencia por perder en el juego “Luz roja, ¡luz verde”! En la TV, los descalificados en el juego son asesinados.
Wheatley dijo que la serie está enviando a los niños un mensaje equivocado sobre cómo manejar el acoso en público.
“No nos quedamos al margen si somos testigos de una injusticia. Si vemos que alguien más está siendo acosado o lastimado, se lo decimos a un maestro y no nos unimos o nos alejamos”, reflexiona la experta.
Si algún miembro, pequeño, de nuestra familia llega a saber de la serie, debemos sentarnos a reflexionar con ellos y decirle que es una serie, y que los juegos de niños deben seguir siendo seguros. Así mismo, hay que animar a las escuelas a hablar del tema con los alumnos, solo Dios sabe lo que podría pasar…
Para Juan Antonio Planas, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, ya es “preocupante” que haya trascendido un único caso “que será la punta del iceberg”. “El mundo infantil y juvenil es muy rápido. Cualquier alarma por pequeña que sea tiene que hacer que todos nos pongamos las pilas y anticiparnos”. Insiste en que un niño que cuente con pocos recursos emocionales para gestionar la frustración puede acabar refugiándose en estas actitudes. En su opinión, tanto padres como docentes tienen que ser “más exigentes” para educar “en la responsabilidad”.
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Saludos, un abrazo virtual.
#YoMeQuedoEnCasa
