Editorial

El espejo que más quiero.

#InPerfecciones
Nuestros padres, nos guste o no, son uno de los reflejos más fieles que tenemos de nosotros mismos.

 

 

Georgina Valez / @gini_friski
gvt3377@outlook.es

El festejo de la semana que acaba de concluir no puedo pasarlo desapercibido, tengo la fortuna de tener a mi papá aún presente en este plano existencial y es de las cosas que más agradezco todos los días. Recuerdo cada paso importante que he tenido que dar a lo largo de mi joven vida y en todos estaba él, apoyándome, acompañándome y sobre todo llenándome de un amor tan desbordante que a la fecha de repente me asusta, no en mal sentido, sino todo lo contrario, es solo que a veces no entiendo cómo es que alguien puede quererme tanto. Ha sido de las muestras más fieles de amor incondicional que he recibido, no sé qué hubiera hecho sin las historias que me contaba cuando era niña para que me quedara dormida, sin lo mucho que me festejaba cada cumpleaños y hasta la fecha sigue intentando, sin las noches en las que se volvía mi maestro para explicarme todo lo que no entendía en la escuela, sin sus sorpresas, sin su impulso para que yo siga aprendiendo. La lista de cosas que ha hecho/hace por mí es interminable, si de algo estoy segura es de que sin todo esto hubiera sido más infeliz, más miedosa, incapaz o estaría perdida, porque también reconozco que es mi guía más grande para seguir. Además de que soy su viva imagen, estoy llena de todas sus manías, costumbres, pensamientos, carácter y demás, hasta de las cosas que no me llegan a gustar de él, las tengo. Nadie jamás me había reflejado tanto como él y sé que ese puesto que tiene en mi vida de “espejo” es único, e inevitable. 

Sé que mi historia paternal no aplica en todos los casos, pero espero que sí en la mayoría, y siendo así, no sé qué tanto estén enterados de lo bien que lo han hecho como papás. Sus esfuerzos una vez que los reflexionas son increíbles, genuinos e incomprensibles. Cada que nos dicen que no vamos a entender todo lo que sienten por nosotros hasta que tengamos hijos suena muy molesto, pero al final es cierto, por más que he intentado ponerme en su lugar y acercarme, aunque sea un poco a lo que siente cada vez que me voy, que no respondo o que sabe que algo no anda bien conmigo, no lo logro, pero aunque existan diferencias como en cualquier relación humana, ambos sabemos lo mucho que nos queremos y lo vitales que somos uno en la vida del otro, o eso espero, que mi papá sí esté enterado de mis sentimientos por él, y si no, espero que nuestra historia dure lo suficiente como para que se lleve tatuado lo mucho que lo amo, como yo lo llevo a él. 

 

#InPerfecto