Sexualidad

El pergamino de la seducción, un placer literario

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“… él sumergiendo su mano entre mis piernas, untándose los dedos, llevándose los a la boca, para luego pasarlos sobre mis labios dándome a beber a mí conmigo misma” El acto de seducir es un instinto frenético que vale todo sólo por experimentarlo y provocarlo.

 

Diana Villamarin P
dianitavp@outlook.com / sexualidad@inperfecto.com.mx

“Quiero que levantes con tu imaginación los escenarios que te describiré, que los veas y te veas en ellos, que te sientas como Juana por unas horas”… “Hay quienes fabrican complejas máquinas para viajar en el tiempo. Yo te propongo un viaje sin más artilugios que la seda y el terciopelo. A través de mi palabra ella vendrá a ti y los dos podremos conocerla”

La reina Juana de Castilla, hija y madre de reyes, es el personaje más carismático y fascinante de un período crucial de la historia de España. Hermosa, inteligente, segura y poderosa, se rebeló contra la represión y los abusos, y luchó sin descanso por ser fiel a sí misma. Manuel, un historiador sensato y apasionado busca resolver el enigma de quien fuera más conocida como Juana la Loca. Seducida por la pasión de la palabra, Lucía se adentra en un pasado que alterará su presente para siempre. En esta novela, histórica y contemporánea, Juana de Castilla regresa para contar su propia versión de los hechos.

Manuel le dice a Lucía: “No te será muy fácil al principio, pero un mundo construido con palabras puede llegar a ser tan real como el haz de luz que ilumina tus manos en este momento”.

Una mujer que nunca falseó sus opiniones y demostró cada una de sus emociones, era consciente de que “el fuego en las mujeres asusta a los hombres” y sin embargo, nunca lo guardó con discreción como le aconsejaron y vivió cada situación a plenitud a expensas de un día ser catalogada como loca. “¿Será que la falta del amor es como la muerte y entonces uno se aferra a la vida a cualquier precio?”.

Cabe destacar, que Juana no estaba loca y la posibilidad de analizarlo y exponerlo desde el recurso narrativo de los Vasos comunicantes es una gran ventana que abre todo un horizonte para quien disfruta leer una novela llena de descripciones de lugares maravillosos, que caracterizan personajes reales e imaginarios con tal fluidez que no siempre alcanzas a distinguirlos y desde el principio hasta el final te seduce con cada situación y las preguntas sobre el amor, las relaciones humanas, nuestras decisiones en particular y la vida en general nos envuelven en la dulce degustación de quien se deja llevar por las palabras. “Sé que me he metido en tu vida de sopetón. Eres tan joven. Mirándote ahora, mientras comíamos, lo pensé. Pensé en el mundo lleno de dudas de mi adolescencia. Tu soledad me recuerda la mía a tu edad. Ambos nos quedamos huérfanos muy jóvenes, ¿te das cuenta? Quizás por eso nuestras psiquis encuentran vasos comunicantes”.

Sin lugar a dudas, la lectura fluye con las dos historias de tal manera que es exquisito el recorrido por las escenas eróticas, la presentación de las pasiones humanas y los dolores pasionales que revelan la fragilidad de nuestros deseos ante la potencia de nuestra imaginación. “En medio del jadeo de nuestros cuerpos, sin que él se percatar a, escudriña a su rostro y presentía ocultas memorias tras sus párpados cerrados”. Cuál es tu versión amatoria que seduce a quien podría ser víctima o victimario?

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